Opinión | Mirador de Lobeira

La Prehistoria no está de moda

Las intervenciones arqueológicas viajan en una montaña rusa permanente, unas veces están en lo más alto con actuaciones en pluralidad de espacios, y otras quedan condenadas al ostracismo y ni se las menciona, a capricho del político de turno.

Este último es el momento actual, un período en que historiadores y arqueólogos pasan más hambre que un maestro de escuela, básicamente porque las acciones son absolutamente limitadas.

La situación es especialmente visible en O Salnés y Ullán, con verdaderos tesoros prehistóricos a los que ya nadie presta atención, simplemente porque pasaron de moda.

Por simple casualidad, hace unas semanas se localizó la puerta marítima de Vilagarcía en un solar próximo al parque Valdés Bermejo y parecía que iban a resucitar algunas excavaciones. Pero el silencio impera y eso demuestra que no hay ni un duro para más intervenciones en zonas calientes, de poblados de la Edad de Hierro, celtas o del Imperio Romano, así como siguientes civilizaciones; cuando hace unos años se invertían verdaderas fortunas en estudiar esa parte de la historia.

Lo cierto es que da verdadera pena que todo aquel trabajo en yacimientos como el Castro Alobre, Monte do Castro, Adro Vello, A Lanzada, Igrexa Vella y otros, vuelvan a quedar ocultos bajo la tierra.

Baste con recordar que cada excavación deparó interesantes sorpresas, aunque luego su resultado final sea tan desconocido para el común de los mortales que casi nadie eche en falta una nueva fase de campo.

Pero ha habido hallazgos que sí merecerían una mayor atención, desde esqueletos humanos de adultos y niños junto a la ermita de A Lanzada, a una dolabra romana en Ribadumia o el ara romana que hace décadas se localizó en O Castriño, sin olvidar cerámica mediterránea, las fíbulas, calderos de bronce y, sobre todo, construcciones como salgadeiras, hornos, casas de base circular y cimientos superpuestos o paredes de pajabarro, típicas de la arquitectura galaica de la época.

Cada día se sabía de algo nuevo en aquellos tiempos de esplendor de las excavaciones, pero de golpe y porrazo se acabaron los encargos. De nuevo, los yacimientos vuelven a desaparecer de las prioridades políticas, simplemente porque ha habido un cambio de gobiernos tras los distintos procesos electorales.

Y las raíces deberían cuidarse siempre y de forma especial. Conocer los orígenes de un pueblo permite entender la historia actual, básicamente porque la reproducción no es por esporas.

Pero sobre todo porque tener en estado de revista estas joyas de la historia de la antigüedad puede reportar muchos beneficios económicos a los ciudadanos actuales.

Llega un verano más y el compromiso de musealización de todos estos espacios arqueológicos de O Salnés sigue sin cumplirse, salvo algunos carteles y sendas que se han colocado hace unos años en el yacimiento urbano de Alobre.

Rescatar el proyecto de los 18 yacimientos galaico-romanos debería ser una prioridad para las distintas áreas de Cultura y también para la Dirección Xeral de Patrimonio, que tiene la obligación de velar por estos bienes.Por descontado que también otros organismos deberían tener presente que el patrimonio es uno de los recursos turísticos por excelencia de un pueblo. No es un gasto, es una inversión.

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