Las cofradías urgen estudiar el impacto de la subida de la temperatura del mar en la pesca
La Federación de Pontevedra solicita en el pleno del Consello Galego de Pesca estudios “claros y valientes” | En Bueu ponen como ejemplo la mortandad en la cara exterior de Ons
El aumento de la temperatura del agua del mar hace tiempo que ha dejado de ser una sensación o materia de discusión entre los bañistas y usuarios de las playas. Ahora mismo es un hecho indiscutible. Así lo atestiguan las imágenes de las playas en estos primeros días de octubre y que se asemejan más al mes de agosto. Y lo más importate: los datos científicos, que corroboran que aguas como las de la ría de Vigo vivieron su verano más cálido en la última década con una temperatura media de casi 19 grados y picos de hasta 23 grados. Ahora está por ver los posibles efectos que puede tener sobre la actividad pesquera y marisquera y en el último pleno del Consello Galego de Pesca el patrón mayor de Bueu y presidente de la Federación Provincial de Confrarías de Pontevedra, José Manuel Rosas, aprovechó para solicitar a la Consellería do Mar que a través de sus biólogos estudie qué es lo que está ocurriendo en las rías.
“A veces es fácil atribuir las cosas a lo que uno piensa que puede estar ocurriendo, como el cambio climático, pero a lo mejor nuestra experiencia en este caso no vale de nada”, argumenta Rosas para defender la necesidad de esos estudios. Esa experiencia a la que alude el patrón mayor de Bueu a lo mejor no resulta suficiente para dar explicación a los cambios que el sector percibe, pero sí que constata que esos cambios existen. “Sí que hay modificaciones, pero no a a mejor, sino a peor”, subraya José Manuel Rosas. Entre esas alteraciones destaca el hecho de que a estas alturas del año aún se puedan ver hembras de pulpo ovadas, cuando su periodo habitual es de marzo a mayo y, como muy tarde, principios de junio. “En el caso del pulpo lo sabemos porque es fácil comprobarlo, pero es probable que también ocurra con otras especies”, augura el patrón de Bueu y presidente de las cofradías de Pontevedra.
En esa relación de cambios también apuntan a lo que está sucediendo en la cara exterior de la isla de Ons, con la alarmante desaparición de vida en la zona intermareal, como es el caso del percebe, la mejilla o el arneirón. “A lo mejor es atribuible al aumento de la temperatura del agua, pero hacen falta estudios claros y valientes porque a lo mejor esto no es únicamente el cambio climático”, subraya Rosas, en referencia a las actividades en tierra. “Deberíamos ver el mundo en que vivimos, cómo nos comportamos, qué es lo que usamos y cómo lo usamos. Hay que hacerse muchas preguntas”, defiende. En todo caso sostiene que “el cambio está ahí, el que no vea las evidencias es porque está ciego o porque no quiere verlas”.
En el caso de la actividad marisquera, en el caso de la ría de Pontevedra se perciben dificultades en la modalidad de a flote y, al menos de momento, no tantas en el caso de la actividad a pie. Sin embargo, en la ría de Vigo se detectan problemas en ambas variantes. En el caso del pulpo en el inicio de la campaña se notaba que existía abundante cría, pero faltaban ejemplares de tamaño comercial. “Faltaba un eslabón de la cadena, parece que las cosas van a destiempo. En su momento hubo que hacer un plan de recuperación de la sardina y ahora parece que se come toda la ría”, sentencia José Manuel Rosas.
La Xunta ya valora la situación del percebe en Ons
El plan del percebe de Bueu es uno de los que está viviendo una situación más complicada. El sector paró cuatro meses durante este año y volvió a la actividad en agosto, un regreso con cupos limitados a cuatro kilos por persona y un máximo de dos días de trabajo a la semana. Sin embargo, la situacion que se encontraron en los “penedos” es dramática por la ausencia de recurso. En las últimas semanas desde la Consellería do Mar se comenzó a estudiar la situación para intentar determinar las causas de esta alarmante escasez de vida en la parte exterior y más “batida” de la isla de Ons.
La centolla regresará el 6 de noviembre
Uno de los recursos más apreciados para los próximos meses es la centolla, cuya campaña arrancará el primer fin de semana de noviembre en las costas de A Coruña y Pontevedra (en Lugo esperarán hasta finales de mes). Los barcos podrán salir al mar en la jornada del domingo 5 de noviembre, pero solo para largar los aparejos. Para traer las primeras capturas a puerto habrá que aguardar hasta el lunes 6 de noviembre. El plan de explotación fija un tope de 35 kilos de centolla por embarcación y otros 35 kilos por cada tripulante enrolado y a bordo. La fecha de apertura volvió a estar precedida del debate entre quienes prefieren esperar hasta finales de noviembre o principios de diciembre para aguantar el recurso con buenos precios hasta navidades y quien apuesta por comenzar a principios de noviembre ante los problemas con otras artes.
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