La reforma de la biblioteca de Bueu arranca pendiente de si hay restos de amianto
Concello y empresa firmaron ayer el acta de replanteo y los operarios comenzaron a trabajar | Si finalmente hay presencia de amianto se necesitará un nuevo plan de seguridad
El viernes se montó la grúa de obra y ayer comenzaron los trabajos propiamente dichos. La contratista del proyecto para la reforma de la Biblioteca Torrente Ballester comenzó ayer las obras, que implicarán la dotación de una planta a mayores y la supresión de las barreras arquitectónicas. No obstante, el proyecto podría enfrentarse a un nuevo inconveniente: la posible presencia de materiales con restos de amianto, lo que obligaría a tramitar un proyecto específico de seguridad y salud.
El primer paso fue el montaje de la grúa, que requirió cortar el tráfico y limitar el estacionamiento en el entorno de la calle Ramal dos Galos. Ayer se procedió a la firma del acta de replanteo y a continuación los obreros comenzaron a trabajar.
En esta primera fase se está retirando el material que queda dentro y derribando los tabiques interiores. Si finalmente se confirma la presencia de amianto en algunas partes de la construcción sería necesario aprobar un proyecto específico para garantizar la seguridad de los trabajadores.
La biblioteca municipal de Bueu se inauguró en marzo de 1991 y el actual proyecto pretende una transformación completa del edificio, con nuevos espacios, la dotación de un ascensor y el traslado del archivo municipal, que ahora mismo se encuentra en las dependencias del Centro Sociocultural de Cela. La obra se licitó por 1,1 millones de euros y la empresa contratista, Construcciones Castro, ofreció una rebaja de más de 120.000 euros.
Para poder acometer los trabajos fue necesario licitar dos veces el proyecto. La primera adjudicataria decidió renunciar al contrato debido al incremento del precio de algunos de los materiales, como el hierro. Después de una actualización de valores el contrato se volvió a licitar con un sobrecoste de 190.000 euros.
La obra se financiará con cargo a los fondos del Plan ReacPon y del Plan Concellos, de la Diputación de Pontevedra. La previsión es que los trabajos puedan estar listos antes de finalizar el año. Mientras tanto. el servicio de préstamo bibliotecario se concentra en la planta alta del Centro Social do Mar y en las próximas semanas el Concello deberá encontrar una nueva localización para el aula de estudio. Actualmente está en la planta baja del consistorio, pero en breve se acondicionará allí la oficina de turismo.
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