La flota gallega en Malvinas intentará un reembolso por la campaña “perdida”

La patronal, Fifca, cree que la flota perderá rentabilidad por la suspensión de la pesca de calamar y pedirá la devolución de parte del coste de la licencia, que subió un 12%

Uno de los buques con base en Vigo durante una parada en el puerto de Stanley

Uno de los buques con base en Vigo durante una parada en el puerto de Stanley / Craig Thain

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

El cierre prematuro de la segunda campaña de calamar Loligo en las Falklands (Malvinas) sigue dando que hablar tanto en Vigo o Marín, donde los 16 grandes arrastreros tienen puerto base, como en el propio archipiélago. Con parte de los buques volviendo a casa y otros aprovechando los cupos de especies demersales (principalmente merluza), la patronal isleña de la que forman parte las empresas socias de las gallegas está planteándose reclamar al Gobierno local un reembolso del precio de las licencias, que precisamente este año aumentó en un 12%. La Asociación de Empresas Pesqueras de las Islas Falkland (Fifca, en inglés) estima que este año se dará “un descenso de la rentabilidad” de la flota por “este período de pesca perdido” y los factores ya de por sí complicados en materia de costes de suministros, precio del combustible o los aranceles a raíz del Brexit

Según adelantó Faro, el Gobierno local alertó a la flota que la biomasa del calamar Loligo estaba llegando a su límite después de varias jornadas con escasas capturas. Aquel aviso se confirmó días después y con solo un mes de trabajo la Administración, con el apoyo del sector, adoptó el cierre prematuro de la segunda campaña del año, que dejó unas capturas totales este 2023 de unas 68.000 toneladas, un 30% menos que en la temporada anterior.

El periódico local Penguin News se hizo ayer eco de la noticia. En sus páginas, el secretario ejecutivo de la Fifca, James Bates, habló de la situación difícil de la flota, fruto de la “combinación factores” como “los elevados precios del combustible” o “los niveles de inflación de la cadena de suministro mundial”. A ello, Bates añadió que en estos momentos “alrededor del 20% de la flota de Loligo se está renovando o está a punto de renovarse”.

El Beagle FI saliendo ayer del puerto de Montevideo

El Beagle FI saliendo ayer del puerto de Montevideo / Rodrigo Dávila

El responsable de Fifca avanzó que están analizando el impacto del cierre sobre las empresas y que, de encontrar un perjuicio, solicitarán la devolución de parte del coste de la licencia, que este año ascendía a 13,4 millones de euros entre todos los barcos. Sin embargo, en la misma noticia la miembro de la Asamblea Legislativa encargada de la cartera de Recursos Naturales, Teslyn Barkman, avisó de que la posibilidad de un reembolso no tendría “base legal”.

“En las últimas ocasiones en que se han producido cierres por motivos de conservación no se ha reembolsado nada”, apuntó Barkman.

Solo el año pasado, el valor alcanzado por el Loligo alcanzó un valor de 365 millones de euros, la mayor cifra registrada desde al menos 2014.

Sea como sea, la mayor preocupación de la flota se encuentra ahora mismo en la recuperación de la biomasa a niveles aceptables. La directora de Recursos Naturales, Andrea Clausen, indicó a preguntas de este medio que “el cierre de la pesquería se debe a razones de conservación” y que de cara a la próxima campaña, en 2024, habrá “una mejor idea sobre el stock” cuando se realice “el estudio previo al reclutamiento a mediados de febrero”.

Durante 10-15 años una captura total de 40.000 toneladas se consideró ‘normal’, solo desde 2017 hemos visto este crecimiento constante de la biomasa y las capturas, por lo que la gente está considerando ahora como normal 80.000-100.000 toneladas”, avisó.

Suscríbete para seguir leyendo