Galicia gasta el doble en pescado africano que hace diez años: 700 millones en 2022

Los congelados de pulpo y calamar, el 56% de la importación total en dinero, encarrilan el subidón de compras gallegas al continente tropical, liderado por Marruecos y Namibia

Venta de pulpo en un mercado de Pontevedra

Venta de pulpo en un mercado de Pontevedra / Rafa Vázquez

El Adexe Primero (Camerún), el Praia de Areamilla (Mauritania), el Galaxia Dos (Marruecos) o el Mercedes Emilia (Namibia) son algunas de las embarcaciones viguesas que durante los últimos años han hecho del continente africano su nuevo hogar. En total, desde 2019, cerca de una veintena de buques con base en Galicia han sido exportados al Atlántico Sur –como pasó también con el Siempre Jesús Dolores (Cabo Verde) o el Abrela (Senegal)–, con el objetivo de acceder al negocio más rentable que representa la pesquería de cefalópodos frente a caladeros menos lucrativos como Gran Sol. La actividad extractiva ha menguado en Europa y se ha empoderado en reinos como el que comanda Mohamed VI, donde las ventas de pulpo y calamar congelado han crecido en volumen a la par que su flota se incrementaba. ¿El resultado? Las importaciones gallegas de productos del mar capturados en las costas de África alcanzaron cifras récord en 2022, superando ya los 702 millones.

Este número significa que los países del Sáhara han duplicado en diez años los ingresos que obtienen con la venta de pescado a la comunidad. Su facturación fue de 306 millones de euros en 2013, un montante que se ha propulsado un 129,4% hasta la fecha, trazando una vertiginosa subida que fue posible gracias a su industrialización pesquera.

¿Los catalizadores del proceso? Muchos y muy variados. Desde el despliegue sobre el terreno de grandes jugadores de capital gallego como el vigués Grupo Profand –que en 2021 compró la armadora marroquí Sofinas, con diez arrastreros y el propósito entonces de aumentar la captura de pulpo en 2.000 toneladas al año– o Congelados Maravilla –que en 2022 adquirió la compañía Hansen Seafood, asentada en Gambia y especializada en la elaboración de cefalópodos–, pasando por empresas como Iberconsa, Pereira o Pescapuerta, que también se han ido introduciendo en el continente africano, forjando una red de aliados locales dirigida a explotar el potencial de su litoral.

Una cosa a tener en cuenta en este sentido es precisamente el peso que los moluscos han ido ganando en el total de las ventas de pescado de África a Galicia. Mientras hace diez años suponían el 27,3% del total de ingresos, el pasado año representaban ya el 51,8%, un porcentaje que en lo que va de ejercicio se ha elevado al 56,4%. De hecho, en los primeros siete meses de 2023, el continente africano ha facturado dos veces más con moluscos (192 millones) que en 2013.

Menos kilos, mejor precio

A modo de ranking, el país que más se ha desarrollado en esta línea –o, dicho en otras palabras, el que más pescado ha exportado en cuanto a su valor– ha sido Marruecos (237 millones), el 33,7% del total; continuado por Namibia (189 millones), el 26,8%; Mauritania (88 millones), Sudáfrica (80) y Seychelles (47). Del igual manera, y aunque las ventas se han mantenido in crescendo, el volumen de productos del mar africanos destinados a Galicia ha caído a lo largo del último lustro, pasando de las 152.000 toneladas de 2018 a las 138.000 toneladas de 2022. Un 9,2% menos.

El precio medio por cada kilo que compró la comunidad a África superó el año pasado los cinco euros, cifra lejana de los escasos dos euros por kilo que costaron a África los 51,1 millones de kilos de pescado que en su caso importó desde Galicia, por 113,5 millones. En cuanto a las especies, por valor gana el pulpo congelado, que se sitúa como la que más ingresos dejó en el continente africano (235 millones). A ella le sigue la sepia y el calamar congelado (128 millones), y entre estas tres especies abarcan el 56,4% de la facturación global.

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