Gran Vigo

Las obras del AVE entre Braga y Galicia se retrasan hasta al menos dentro de 4 años

Portugal adjudica la actualización de estudios en 70 kilómetros hasta principios de 2026

La nueva línea clave para reducir tiempos a Oporto “difícilmente estará en 2030”

Desde enero se desbloqueó un 80% del trazado desde Urzáiz

Puente internacional del ferrocarril que conecta Valença y Tui sobre el río Miño

Puente internacional del ferrocarril que conecta Valença y Tui sobre el río Miño / Marta G. Brea

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

La construcción de la Línea de Alta Velocidad entre Lisboa, Oporto y Vigo suma casi tantos avances sobre el papel como retrasos. Después de un cuarto de siglo de intentos fallidos y el último arreón burocrático del gobierno de Antonio Costa, Portugal acaba de adjudicar la actualización de los estudios técnicos y medioambientales para el tramo entre Braga y Valença do Minho hasta comienzos de 2026.

De esta manera, teniendo en cuenta los plazos necesarios para la redacción del proyecto y la adjudicación de su construcción; las obras no arrancarían hasta mediados de 2028. Este horizonte supone una demora de casi tres años respecto a los plazos anunciados por el Primer Ministro al entonces presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en mayo de 2021.

El contrato adjudicado este lunes por 420.710 euros al estudio lisboeta AVPL - Serviços de Consultoria cuenta con un plazo de ejecución de 690 días; por lo que garantiza el avance en la planificación durante los dos próximos años.

La importancia de los casi 70 kilómetros que separan ambos municipios de la Eurorregión radica en que con este nuevo trazado llegará el principal recorte en el tiempo de viaje entre Vigo y Oporto. Si actualmente requiere de 140 minutos al discurrir por la vía convencional por Viana do Castelo, con la nueva infraestructura completada rondará los 60 minutos entre ambas.

Y es que la línea de Alta Velocidad ha dado un paso crucial en los últimos meses. Si en diciembre apenas el 10% de sus 140 kilómetros contaba con plazos o fondos asignados –los correspondientes al túnel entre Urzáiz y Porriño, en Estudio Informativo hasta 2025– ahora la cifra crece hasta el 89%.

Solamente los “cuellos de botella” del nuevo puente internacional sobre el río Miño –8 kilómetros pendientes del acuerdo entre países– y la mejora de los 7 kilómetros del acceso sur a Braga desde Nine se encuentran sin avances ni partidas presupuestarias en marcha.

Este contrato fue avanzado por el vicepresidente del gestor ferroviario, Carlos Fernandes, el pasado 12 de enero. “Pienso que, en condiciones normales, tenemos la posibilidad de lanzar también este concurso dentro de uno o dos años”, aseguró durante el acto de licitación del primer tramo de Alta Velocidad entre Oporto y Aveiro por 2.140 millones de euros.

Con este cronograma, no obstante, no comenzarían las obras de la nueva línea de Alta Velocidad hasta “2027 o 2028”, por lo que bajo su criterio “difícilmente estará concluida en 2030”. Así lo afirmó en noviembre en una jornada informativa y así quedó ratificado con las últimas noticias.

Cuando se presentó este proyecto en septiembre de 2022, el proyecto y la ejecución debería arrancar a mediados de 2026. No obstante, desde la administración lusa alegan que la Unión Europea no exige su finalización hasta 2040 por lo que no estaría en compromiso la llegada de fondos comunitarios.

Gracias a la legislación lusa vigente, más laxa y ágil que la española, podrán reutilizar los estudios elaborados por la empresa pública Rede Ferroviária de Alta Velocidade, S.A. (RAVE) entre 2005 y 2010 antes de que el gobierno de Pedro Passos Coelho abandonase “definitivamente” estos proyectos.

Incertidumbre política

Sin embargo, esta planificación está a merced de la formación de un nuevo ejecutivo después de las elecciones legislativas del pasado 10 de marzo. El triunfo de la coalición Alianza Democrática (29,5% de los votos y 79 actas de 226 asignadas) no se ha traducido en una mayoría que le permita formar Gobierno fácilmente tras la caída de la mayoría absoluta del Partido Socialista; quien tras la trama de presunta corrupción que provocó esta convocatoria resiste con el 28,66% y 77 actas.

Es precisamente esa posibilidad, la de una inestabilidad e interinidad, la que podría dejar en vía muerta la construcción de la ansiada infraestructura del tren rápido que vertebrará todo el Eje Atlántico. A ello se suma la “no victoria” de su principal impulsor y valedor, el exministro de Infraestruturas, quien apenas suma tres meses en el cargo tras la precipitada dimisión de Antonio Costa en noviembre.

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