El exalcalde pedáneo de Bembrive ingresa en A Lama para cumplir su condena por prevaricación

Roberto Ballesteros acudió a la cárcel pontevedresa el pasado sábado por la tarde, horas después de tramitarse una orden judicial de detención y encarcelamiento

El alcalde pedáneo de Bembrive, Roberto Ballesteros.

El alcalde pedáneo de Bembrive, Roberto Ballesteros. / Alba Villar

R. V.

Roberto Ballesteros afronta este miércoles su quinta noche entre rejas. El que fuera alcalde pedáneo de Bembrive entre los años 2011 y 2018 acudió el pasado sábado 10 de febrero por la tarde a la cárcel de A Lama, un día después de que la Sección Quinta de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo, y según trasladan fuentes jurídicas, dictase una orden judicial para su detención y encarcelamiento,

Sería el segundo auto de resolución acordado para su ingreso en A Lama, después de que la sala le hubiese trasladado una primera orden de internamiento, el pasado 23 de enero. Ese primer auto desestimaba el recurso de súplica presentado por el condenado. En dos días tendría que acudir a la prisión bajo apercibimiento de que, de no hacerlo, se daría traslado a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado para que llevasen a cabo la medida acordada. Pero Ballesteros aseguró que ese auto no se lo habían notificado. "Ese viernes no estaba en casa, estaba trabajando, y me dejaron una nota de aviso indicando que tenía un plazo de cinco días hábiles para recoger dicha notificación”, afirmó.

Finalmente, el exalcalde pedáneo acató la segunda orden judicial y el sábado por la tarde se presentó en la prisión para cumplir la condena de dos años y dos meses de cárcel por los delitos de prevaricación, falsedad y malversación por pagar una obra que no se llegó a ejecutar.

Tres condenas penales

Roberto Ballesteros fue condenado en mayo de 2017 a 7 años de inhabilitación por retirarles, en una decisión ilegal, las retribuciones a los vocales del PP en la Junta Vecinal de Bembrive.

Posteriormente, en abril de 2021, fue condenado por pagar una obra que no se llegó a ejecutar, por los delitos de falsedad documental, prevaricación y malversación; en ese caso la sentencia fue de dos años y dos meses de prisión, y 7 años de inhabilitación (y también fue condenado un constructor como cooperador necesario).

En marzo de 2022, en una tercera causa, Roberto Ballesteros aceptó 9 años de inhabilitación por prevaricación administrativa, por la adjudicación de varias obras 'a dedo' por valor de casi 800.000 euros, entre 2013 y 2016.