Vigo, capital del yoga y la meditación

El Centro de Yoga Sananda organiza un seminario teórico-práctico el fin de semana con una docena de expertos

Alumnos de Madhana  practicando yoga junto a él en Patos, este verano.

Alumnos de Madhana practicando yoga junto a él en Patos, este verano. / coco vecino

Para una mentalidad occidental gobernada por la ciencia y la tecnología, sin tiempo para la reflexión y con la preocupación constante sobre el futuro y la imagen, hablar de practicar yoga o meditación, son cosas de hippy que suenan a chino. Pero se trata de prácticas milenarias que parten del budismo y el hinduismo, y cuyos beneficios para el organismo demuestra la neurociencia. Así, en un mundo que avanza hacia el caos a velocidad de vértigo, Vigo será este fin de semana capital del Yoga, la meditación, la neurociencia contemplativa y la filosofía de oriente y occidente.

“No hay inteligencia sin corazón”, dice el profesor Juan Arnau, filósofo, astrofísico y profesor de la Universidad Complutense de Madrid, donde imparte clases sobre pensamiento de la India (además es colaborador habitual de El País). Es uno de los mayores especialistas sobre filosofías orientales y hoy llega a Vigo para participar en el seminario teórico-práctico, junto a una docena de expertos internacionales, organizado por Centro de Yoga Sananda. Tres días de clases, coloquios y mesas redondas que se inician esta tarde a las 18.30 horas en el Hotel Ciudad de Vigo.

El profesor, vuelve ilusionado a “una ciudad que me marcó mucho”. “El proyecto moderno es un fracaso. Hemos logrado dominar la materia, pero nosotros estamos perdidos. Nuestro mundo está oprimido. Estamos inmersos en mitad de algoritmos mecánicos y estos son un peligro para la humanidad. Las máquinas no tienen corazón, pues no tienen experiencias ni recuerdos, solo tienen datos”. Afirma que la ciencia y la tecnología, que crean mentalidades mecanicistas, “se basan en la objetividad y sacan al sujeto de la ecuación. Esto nos lleva a un cajón sin salida”. El doctor en filosofía explica que, en este contexto, al arte o la religión son para muchas personas vías de escape, pero “hay otras vías para salir de este enredo”, haciendo referencia a las culturas orientales.

Vigueses practicando yoga en Patos junto a su maestro, Madhana Agulla

Vigueses practicando yoga en Patos junto a su maestro, Madhana Agulla / FDV

“Se nota una necesidad, el mundo se ha hecho muy pequeño y poco a poco, las tradiciones y sabidurías milenarias se están transmitiendo”, observa el director de la editorial Kairós, Agustín Paniker. Hijo y sobrino de grandes filósofos, está al frente de uno de los sellos editoriales más importantes de divulgación científica, tradiciones espirituales de Asia, psicología profunda y ensayo. El también profesor universitario, observa un cambio en la mentalidad de los españoles.

“Llevo cuarenta años publicando libros de estas temáticas, al principio era algo muy exótico, ahora hay una corriente muy importante hacia libros de filosofía del pensamiento de China, Japón o Tíbet. Hacia el yoga y la meditación”. Y explica que “de entrada, uno llega de manera tangencial, pero luego entiende que hay detrás principios y valores”.

El yoga, es una de esas tradiciones de “espiritualidad y filosofía práctica” y, como la meditación, o el tai chi, sus efectos sobre el organismo son positivos. “Hoy tenemos formas de estas tradiciones adaptadas, como el mindfulness, que es la aplicación de dos mil años de sabiduría budista a un contexto totalmente secularizado”, aclara. Y recuerda que “el cerebro y nuestro estado de ánimo influyen en nuestra salud. Y al revés. Es bien sabido y está estudiado por el método científico”.

El maestro vigués, Agulla, durante una de sus estancias de formación en India.

El maestro vigués, Agulla, durante una de sus estancias de formación en India. / FDV

Paniker hace una última reflexión. “Occidente ha empleado mucha energía en cambiar el mundo. Oriente lo entendió al revés, primero debe cambiar uno mismo. Si todos hacemos el esfuerzo de integrar estos valores (paz, empatía...) a nivel personal y en nuestro entorno, estaremos cambiando el mundo. Y es una necesidad urgente”.

El Centro de Yoga Sananda es un emblema en la ciudad olívica. Casi tanto como su fundador y director, Madhana Agulla, uno de los pioneros del yoga en España e introductor de la tradición en Galicia. Es uno de los fundadores de la Asociación Internacional de Profesores de Yoga Sananda y su experiencia le ha llevado por todo el mundo, participando en congresos y seminarios sobre neurociencia, medicina o bienestar, en colaboración con profesionales de otras disciplinas.

Aún hay posibilidad de inscribirse al seminario, los interesados en participar deben rellenar el boletín de inscripción (https://sanandayoga.es/seminarios/) y enviarlo a info@yogasananda.com.

El director del Centro de Yoga Sanada, Madhana Agulla, en un curso de formación de profesores de yoga hace años.

El director del Centro de Yoga Sanada, Madhana Agulla, en un curso de formación de profesores de yoga hace años. / FDV

Cerebro del meditador: positivo, en paz y bajo control

La meditación es una manera de entrenar el cerebro. Un músculo tan elástico que puede modificarse. Son muchos los estudios en el campo de la Neurociencia que reflejan cambios estructurales y funcionales en el cerebro fruto de la meditación.

“La profundidad de la experiencia meditativa depende de cuanto nos acerquemos a la tradición antigua del budismo en todos sus aspectos (tanto la filosofía como en la forma de vida). Aun así, su adaptación en la cultura occidental y su unión con la ciencia, ha demostrado que la práctica ofrece mucho más que una simple doctrina ideológica”, explica la psicóloga Marta Zoilo, en su trabajo de revisión científica. En él recoge las conclusiones de los diversos especialistas que se han focalizado en los efectos que la práctica continuada de la meditación tiene sobre el cerebro. Incluso llegando a preguntarse si, además de como método preventivo de trastornos psicoemocionales (ansiedad, depresión), también tendría capacidad para mejorar la respuesta cerebral cuando ya hay patologías como Alzheimer. De momento, esto es lo que se sabe.

“A corto plazo se observa que el cambio de ondas beta a alfa (al inicio de la meditación) ya muestra efectos en la disminución de la ansiedad, el aumento de emociones positivas o la mejora de la representación somatosensorial. Por otro lado, los efectos de la práctica a largo plazo muestran un aumento de la activación, el rendimiento y mejor desarrollo consciente de facultades como la autorregulación (atencional, emocional y conductual), la conciencia (somatosensorial), la metaconciencia, la metacognición y la memoria”, concluye Zoilo.

“Meditar tiene efecto relajante, el cerebro aprende a no perderse en las emociones y pensamientos negativos. Por ejemplo, en las relaciones interpersonales, se aprende a controlar el dejarse llevar por la emoción, rabia, miedo o querer expresarnos sobre los demás”, remata el doctor en filosofía y experto en yoga y meditación, Vicente Merlo.

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