Vecinos de la Privada Moderna piden ayuda al Concello: "Temo que se me caiga el techo y me mate"

Denuncian la inacción de la Sareb, que desoye a la justicia y el gobierno municipal desde 2017

“Me ofrecieron 13.000 euros. ¿Adónde voy yo con ese dinero?”, lamenta una residente de 88 años

Algunos vecinos afectados, ayer

Pedro Fernández

Quieren “dormir tranquilos”, sin temor a que se les caiga el techo y vivir sin miedo a que el agua de la lluvia les entre en sus casas. Es la petición desesperada que lanzan los vecinos de la calle Privada Moderna por enésima ocasión ante la inacción de la Sareb (Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria), propietaria de sus viviendas, en las que residen en régimen de alquiler con rentas antiguas, algunas, de tan solo 12 euros al mes. El también conocido como “banco malo”, participado mayoritariamente por el Estado, desoye una sentencia judicial y los expedientes del Concello de Vigo avalados por la Valedora do Pobo, María Dolores Fernández Galiño, por lo que instan al Ayuntamiento a que ejecute de forma subsidiaria la totalidad de las obras urgentes para “garantizar la seguridad tanto de las edificaciones como de los 12 residentes”, de entre 56 y 88 años.

El pasado miércoles, varios vecinos registraron esta demanda en la entidad de la Praza do Rei por segunda vez –lo habían hecho ya en diciembre– con la esperanza de que el gobierno local les ayude. En respuesta a preguntas del concejal del BNG Xabier Pérez Igrexas efectuadas a finales de abril, este departamento del Concello expuso que no efectúa la ejecución subsidiaria de las medidas urgentes de seguridad porque, desde 2017, “en todos los expedientes, fueron ordenadas medidas urgentes de seguridad o se procedió a su ejecución forzosa mediante la imposición de multas coercitivas –34.000 euros– hasta que se logró en todos ellos su cumplimiento y/o su revisión por parte de la propiedad”, justificación que no entienden los afectados.

“Desde 2017, la Sareb no ha arreglado nada de lo urgente, simplemente, enviaron a unos trabajadores a limpiar un canalón en enero de este año cuatro meses después de avisar. Nos entró el agua en los pisos todo ese tiempo. Y el Concello puso esas multas, precisamente, porque no cumplía los expedientes en los que se le requería que ejecutara las obras más necesarias”, explica Mariano Iglesias, uno de los residentes más jóvenes. “Pasé la última Nochebuena en casa de mi hija y, al volver a la mía, vi que estaba inundada y también el piso de la vecina de arriba, que se encontraba en la aldea, para que no me cayera más en el mío. Estuvimos recogiendo agua toda la noche del 24 al 25 de diciembre. Cuando llueve, mi marido y yo no podemos dormir y nos tenemos que levantar a las 5 de la mañana para ir a trabajar”, destaca otra de las vecinas.

Semanas antes de que el Gobierno central anunciase la derivación de pisos de la Sareb al alquiler social, el “banco malo” recurrió la sentencia del juzgado de lo contencioso número 1 de Vigo que les da la razón al Concello y los vecinos al obligarle a ejecutar la reforma de los edificios de la calle Privada Moderna, cuyos inquilinos, según denuncian, llevan años soportando “acoso” por parte de la entidad para que abandonen sus hogares y les ofrece pisos en la ciudad “que son un desastre”. “Los que nos enseñaron son pequeños, de unos 30 metros cuadrados, y están en mal estado: sin los marcos de las puertas, con los cristales rotos y hasta sucios. Llegamos a ver un tampón en el suelo”, explican a FARO los vecinos, que se reunieron ayer para denunciar a este periódico, una vez más, su calvario.

Insisten en que la intención de la Sareb es echarlos de sus viviendas, en las que se criaron y guardan las memorias de toda una vida, para poner los 42 pisos actuales en el mercado y sacar mayor rentabilidad frente a las rentas antiguas que abonan. Actualmente, solo están ocupados seis. El resto, tapiados, coyuntura que sorprende en un escenario tensionado de falta de oferta de alquiler y venta de viviendas, con los precios coqueteando con el récord en Vigo.

“La Sareb quiso que nos fuésemos mediante la catalogación de las propiedades como ruinosas, y solo lo logró con un edificio en San Roque. Hay un informe de un arquitecto que determina que el resto está bien. Para ello, mandaban a obreros a destruir partes de las zonas comunes y de los pisos vacíos: eso paró cuando FARO publicó nuestro problema, en mayo de 2022. Casi llegamos a las manos en alguna ocasión porque no queríamos permitirlo. No existía licencia para tales actuaciones. Nuestras viviendas no están ruinosas, simplemente, son viejas y sufren desperfectos que la Sareb no quiere arreglar”, indica Iglesias. “Tengo miedo de que se me caiga el techo encima y me mate. Cuando llueve, no puedo cocinar porque me entra agua en la cocina, también en la habitación, entonces, me voy a casa de un familiar a comer”, apostilla la vecina más veterana, Carmen Guntín, de 88 años: “Me ofrecieron 13.000 euros para que me fuera. ¿Adónde voy yo con ese dinero?”.

Ejemplos en la ciudad

Los vecinos reiteran que su único objetivo es que se realicen las obras urgentes, que se centran, sobre todo, en las cubiertas, para no tener que pasar más meses y meses pendientes del color del cielo. “Pedimos al Concello que actúe cuanto antes, como hizo en el talud entre la avenida de Madrid y San Roque: lo consolidó el Ayuntamiento y, después, le pasó la factura a la propiedad, que es Abanca. Sabemos que hay una partida en Urbanismo para realizar este tipo de intervenciones”, anota.

Promotores muestran interés en la compra de los pisos para reformalos “íntegramente”

Los vecinos indican que, recientemente, les visitó por segunda vez un promotor privado para indicarles que tiene interés en la compra de todos los pisos, que ya se ha puesto en contacto con la Sareb y que el Concello conoce su intención. “Nos dice que se trata de un grupo de promotores que quieren reformar de manera integral el conjunto, incluso nuestras viviendas, y nosotros no pagaríamos nada. Nos iríamos a vivir a los pisos reformados mientras actúan en los nuestros”, explican los vecinos, que están asesorados en todo momento por un abogado.

No ven con malos ojos esta propuesta, pero dejan claro que ellos quieren que les arreglen cuanto antes los desperfectos para poder vivir tranquilos. “Si compran las viviendas y las arreglan, es otra cuestión diferente. Primero, que realicen las obras urgentes, la Sareb está obligada a ello”, expone Mariano Iglesias antes de destacar que los comportamientos del banco malo, que es el casero desde 2012, son denunciables: “Quieren echarnos desde hace mucho tiempo. Uno de los primeros gestos que tuvieron fue cortar la comunicación con la calle San Roque: tapiaron los accesos y, ahora, la Privada Moderna solo tiene salida hacia Urzáiz”.

Suscríbete para seguir leyendo