La fiscal jefe urge un segundo juzgado de violencia de género por el atasco del actual

Susana García-Baquero, que también ve necesarios más fiscales dedicados a esta materia, advierte del “sobreesfuerzo diario” que afronta el personal con jornadas maratonianas

La manifestación del 25-N celebrada el pasado año en Vigo. |   // MARTA G. BREA

La manifestación del 25-N celebrada el pasado año en Vigo. | // MARTA G. BREA / m. fontán

Marta Fontán

Marta Fontán

El colapso al que un día sí y otro también se ve abocado el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vigo no es nuevo. Ya viene de lejos. Pero el repunte de los casos de maltrato, con jornadas en las que junto al trabajo ordinario pueden llegar a pasar a disposición hasta tres o cuatro detenidos, ha vuelto a poner sobre la mesa un atasco que, a día de hoy, no queda más remedio que combatir con jornadas maratonianas. Igual que se ha advertido desde otros ámbitos judiciales, la fiscal jefe de la Fiscalía de Área de Vigo, Susana García-Baquero Borrell, pone el acento en esta situación. Y la solución, avisa, pasa por poner más medios. “Echo de menos un segundo juzgado de violencia de género que descongestione al que existe”, afirma. Y también son necesarios, añade, “más fiscales” dedicados a esta materia: “Ahora mismo hay un titular asignado, pero deberían ser al menos dos o incluso más”.

Reflexionando sobre esta grave problemática, García-Baquero valora que la ley integral de violencia de género española es “óptima”, de las “mejores de Europa”. Y quiere puntualizar que la solución para erradicar la violencia sobre las mujeres no debe buscarse en el ámbito judicial. “La igualdad, la no discriminación y el respeto a las decisiones que toma la mujer se tienen que enseñar desde pequeños. Igual que el control de la ira, el control de los impulsos... Porque al juzgado la gente ya llega hecha y derecha, con todas esas cargas. Así que desde un punto de vista judicial poco se puede hacer [en ese sentido] salvo, con respeto absoluto a la presunción de inocencia, establecer las medidas cautelares preventivas pertinentes y que el proceso penal siga su curso”, indica, precisando, en relación con el aluvión de asuntos que reciben, que también se están topando con casos que por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad se están tramitando como violencia de género “y que en realidad son problemas de convivencia”.

Toda la carga diaria en una jueza

Con un único juzgado especializado, Vigo, dice, necesita un segundo órgano judicial de esta materia. “Tenemos un juzgado que no así en el pasado, pero que en la actualidad se lleva de forma diligente, pero a costa del sobreesfuerzo diario de jueza, funcionarios y fiscales, sobreesfuerzo que no respeta horarios, porque allí se acaba muchas veces a las seis de la tarde: hay que celebrar juicios de Familia, pasar a disposición a los detenidos...”, afirma, citando parte de la carga de esta sala junto a la celebración de vistas rápidas o decidir sobre medidas de protección. Un segundo juzgado, agrega la fiscal jefe, permitiría que los tribunales se organizasen de forma que hubiese semanas que uno estuviese liberado de comparecencias de detenidos para centrarse en los juicios y otras diligencias.

Sobre la atención a las víctimas, no solo de violencia machista sino también de otros delitos, para lo que hay oficinas dependientes de los decanatos judiciales, como la de Vigo, opina que en la ciudad olívica es clave coordinar bien el “flujo” en la característica –arquitectónicamente hablando– nueva sede judicial, para garantizar que no coincidan con sus agresores. Y, junto a otras medidas, sería idóneo tener funcionarios de auxilio dedicados a “recibir” a las víctimas y “acompañarlas” al juicio o a las oficinas judiciales “para que no vayan solas”, sobre todo si no están personadas con abogado: “Sería interesante tener más personal de refuerzo para este cometido”.

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El ámbito competencial de la Fiscalía de Área de Vigo abarca el partido judicial vigués junto a los de Redondela, Porriño, Tui y Ponteareas. Dotada con 30 fiscales –una de las plazas es temporal–, Susana García-Baquero considera que esta plantilla “necesita crecer”. “Desde que soy fiscal jefe [desde 2013] ya creció, pero siempre lo hace de una manera desproporcionada por la baja en relación a los juzgados que se crean, siempre vamos un poco a remolque”, indica, concretando que la ciudad precisaría “tres o cuatro” fiscales más, siendo violencia de género el ámbito con una necesidad “más acuciante”. Con una sede actual en la Ciudad de la Justicia que solucionó los problemas de espacio que la Fiscalía sufría en la calle Lalín, disponen de suficientes despachos y metros cuadrados “para encarar el futuro en condiciones”.

Sobre las numerosas especialidades de la Fiscalía –recientemente se creó por ejemplo la de delitos de odio tras nombrarse a un fiscal de sala a nivel nacional–, cree que sería interesante tener en Vigo una de ejecutorias penales, que daría “mayor agilidad y especialización” a esta labor de hacer cumplir las sentencias. Y en relación con el nuevo fiscal jefe de la provincia de Pontevedra, Pablo Varela, valora que es un profesional “muy preparado” que sucede a Juan Carlos Aladro, quien, subraya, “sentó las bases de una Fiscalía del siglo XXI en Pontevedra, cambiándola por completo y llevándola a niveles de formación y conocimiento muy elevados”.

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