Portugal apuntala su ofensiva portuaria al extender las concesiones hasta los 75 años

El país luso busca atraer inversores aumentando los plazos y la rentabilidad de las mismas | Las terminales ya asumieron la gestión del tren o la ampliación de su capacidad para ser la referencia

Terminal de contenedores del puerto de Leixoes, en Oporto

Terminal de contenedores del puerto de Leixoes, en Oporto / APDL

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

Mientras Sá Carneiro recupera las cifras de pasajeros previas a la pandemia y el gobierno prepara la licitación de los primeros contratos para la Alta Velocidad entre Lisboa y Oporto, Portugal se lanza a culminar el plan en sus puertos que le permita convertirse en la gran referencia en el Atlántico. El país vecino prolongará el plazo de concesiones en los puertos de los 30 años actuales hasta los 75, maximizando así la rentabilidad y capacidad de amortización de las mismas.

Según adelanta el Jornal de Negócios” luso, el documento que cambiará las condiciones imperantes en el uso de estos espacios públicos desde los años 90 ha sido sometido ya a consultas en el sector. La justificación de esta medida y su objetivo son claros, ya que según el documento las concesiones portuarias “tienen un efecto directo en el desarrollo y capacidad de atracción de inversiones”.

De esta manera, busca garantizar una “adecuada reestructuración temporal de los contratos” que fortalezca al sistema portuario luso y atraiga a nuevas empresas.

El borrador que está a punto de finalizar su tramitación también apuesta por la sostenibilidad al obligar a las concesionarias a asegurar la existencia de una infraestructura para el suministro de combustibles alternativos. El reto del nuevo ministro de Infraestructuras, João Galamba, es convertir las actuales plataformas logísticas y de transportes en “‘hubs’ energéticos e industriales” ante el reto de la transición ecológica.

Por poner en contexto este nuevo plazo, este mismo lunes la Autoridad Portuaria de Vigo convocaba un concurso para la concesión de la antigua nave de Vulcano en la zona de Espiñeiro-Teis por los próximos 20 años, siendo prorrogables únicamente por otros diez.

Esta licencia aportará más de 4.300 metros cuadrados al músculo logístico de la terminal de Guixar, donde los récords de crecimiento en el tráfico de contenedores han llevado a la administración de Praza da Estrela a reorganizarse y buscas nuevos espacios en la Plisan o el antiguo carguero de Rande.

Apuesta decidida sobre tres patas

A pesar de los ceses en los máximos responsables del ministerio y de sus autoridades portuarias, Portugal mantiene un rumbo claro para convertir a sus terminales –con Sines a la cabeza, donde esta semana atracó el mayor portacontenedores del mundo– en la auténtica referencia para el tráfico de mercancías en el Atlántico.

Esta apuesta continental también incluye el ferrocarril, que el expresidente de la Administração dos Portos do Douro, Leixões e Viana do Castelo (APDL) calificó como “brazo armado y medioambientalmente responsable”.

El pasado mes de agosto Infraestructuras de Portugal transfería a esta entidad las competencias ferroviarias en el interior de los muelles a esta entidad con el objetivo de duplicar los actuales tráficos de mercancías en este medio y reforzar su posición en el hinterland del noroeste peninsular.

En la misma línea, se han iniciado los trámites para crear un nuevo ramal con el puerto de Viana do Castelo, especializado en eólica off-shore y graneles.

Ese acuerdo también incluía también la gestión de la terminal ferroviaria de mercancías que la APDL está levantando en Guarda tras una inversión de once millones de euros. Situada a tan solo media hora de la frontera en Vilar Formoso pretende servir de centro de conexión de todos los puertos lusos con Europa y contará con una reducción del 15% de los costes para todas las empresas que se instalen en él.

Este puerto seco se encuentra también en las proximidades de la factoría de Stellantis en Mangualde y con el cual ya intentaron en el pasado ejercer como base de exportación tras una importante huelga en Setúbal.

En su entrevista a FARO el año pasado, Nuno Araujo reconocía que su objetivo es tener la infraestructura preparada para prestar servicios a cualquier tipo de tráfico, incluido el de automóviles, y que a pesar de no estar en su horizonte “si algún día alguien lo pide, responderemos”.

Esta política permitió en el pasado año a la terminal de Oporto triplicar el tráfico de contenedores de Guixar a pesar de disponer de la mitad de espacio. Y es que la suma de condiciones fiscales ventajosas, la apuesta por la intermodalidad y las conexiones ferroviarias y la cesión de terrenos dentro y fuera de los recintos portuarios han sentado las bases del crecimiento luso sin depender de la llegada del Corredor Atlántico.

Los Ro-Ro híbridos, cada  vez más habituales en BouzasLa terminal ya se está acostumbrando a la operativa de buques Ro-Ro híbridos. Ayer le tocó el turno al Finneco III (tras estas líneas), de la finlandesa Finnlines, integrada en el poderoso grupo naviero italiano Grimaldi. De 238 metros de eslora, es capaz de lograr las cero emisiones durante las escalas en puerto con la energía de sus baterías. Embarcó 845 automóviles antes de partir hacia Amberes. | // ALBA VILLAR

El Finneco III embarcando vehículos en la terminal de Bouzas / Alba Villar

Los Ro-Ro híbridos, cada vez más habituales en Bouzas

La terminal ya se está acostumbrando a la operativa de buques Ro-Ro híbridos. Ayer le tocó el turno al Finneco III, de la finlandesa Finnlines, integrada en el poderoso grupo naviero italiano Grimaldi. De 238 metros de eslora, es capaz de lograr las cero emisiones durante las escalas en puerto con la energía de sus baterías. Embarcó 845 automóviles antes de partir hacia Amberes.

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