Aulas diversas

Medalla de oro para el Aula Hospitalaria

Lo que empezó con una biblioteca sin nombre culminó con la visita de una campeona olímpica. Susana Rodríguez Gacio visitó a los niños y niñas del aula del Álvaro Cunqueiro y amadrinó la clase en un acto marcado por la música y la emoción: “Nos regaló uno de sus monos de competición, lo vamos a enmarcar”

Momentos del acto, al que acudieron los alumnos del Aula Hospitalaria y sus familias.

Momentos del acto, al que acudieron los alumnos del Aula Hospitalaria y sus familias. / Cedida

“Todo comenzó hablando con Bibliotecas Escolares, de la Consellería de Educación” explica Chus Iglesias, todavía con resaca emocional de lo vivido el 22 de diciembre, al cierre del primer trimestre en el Aula Hospitalaria del Álvaro Cunqueiro.

“Nos dimos cuenta de que nuestra biblioteca no tenía un nombre” explica, relatando la cantidad de espacios escolares apadrinados por diferentes figuras del mundo de la cultura. “Nosotros queríamos a alguien de Vigo, mucho mejor si era una mujer... y de pronto surgió su nombre: Susana Rodríguez Gacio (recientemente nombrada, además, Premio Nacional del Deporte). Y nos dimos cuenta de todo lo positivo que tenía: referente de esfuerzo, resiliencia... un montón de valores que en nuestra aula son imprescindibles, además de ser, precisamente, médica”.

Una vez decidido, las maestras  (Chus Iglesias y su compañera Amalia Otero)se pusieron manos a la obra: “Estábamos buscando su contacto, ya con la idea en mente y el proyecto a punto de empezar... cuando de pronto la propia Susana nos contactó por instagram para felicitarnos por nuestro trabajo. ¡Es que tenía que suceder!”.

Momentos del acto, al que acudieron los alumnos del Aula Hospitalaria y sus familias.

Momentos del acto, al que acudieron los alumnos del Aula Hospitalaria y sus familias. / Cedida

“Estábamos buscando su contacto para proponerle el amadrinamiento cuando ella misma nos felicitó por instagram”

Así, se preparó un acto para el día 22:con flores, regalos y una gran placa con la que conmemorar el evento.

Hasta entonces, el alumnado del Aula Hospitalaria (“diverso, como la vida que Susana insiste en defender”)se había estado preparando durante las clases. Ismael, profesor en prácticas, estuvo muy implicado en todas las fases del proyecto y preparó con los niños y niñas una presentación para recibirla el día del amadrinamiento.

“Además estuvimos trabajando en el aula el tema del deporte, documentándonos sobre su vida, y se nos ocurrió que los niños le escribieran y dibujasen un álbum, de regalo”.

Dibujaron y escribieron todo lo que les evocaba como atleta y como persona, pero había un problema: “Claro, si estamos hablando de diversidad... necesitábamos escribir en braile. Así que llamé a la ONCE para que nos dejasen en préstamo una máquina perkins y los folios especiales”. La respuesta, por supuesto, fue positiva, y estuvieron utilizando los aparatos en el aula. El resultado, un álbum lleno de mensajes en braile: ‘Vale la pena el esfuero’, ‘Eres una campeona’, y diferentes dibujos, también en relieve. “Creo que fue lo que más le gustó” sonríe Chus. 

Momentos del acto, al que acudieron los alumnos del Aula Hospitalaria y sus familias.

Momentos del acto, al que acudieron los alumnos del Aula Hospitalaria y sus familias. / Cedida

“Le pedimos a la ONCE una máquina perkins para regalarle un álbum escrito en braile por los alumnos del Aula”

Así, el acto de amadrinamiento comenzó sobre las 11:30h de la mañana, al que acudieron desde la Jefatura de Pediatría, de Planta, Psiquiatría, Servicio de Salud Mental Infanto-Juvenil, el gerente del hospital... y también representantes de la Consellería de Educación y Bibliotecas Escolares. Amenizados con la actuación del Conservatorio de Música, se descubrió la placa y le dieron los regalos. “Sin olvidar destacar que Susana había sido residente en el Álvaro Cunqueiro” explican.

Ya dentro del aula, Ismael y los alumnos le enseñaron la presentación que habían preparado, y ella contó, “de la forma más natural y preciosa”cómo su fue su vida, y su forma de adaptarse con sus dificultades y obstáculos.

“¡Me olvidaba de algo super importante!” apura Chus, al teléfono. “Susana llegó antes de comenzar el acto y quiso ir, de forma desinterasa y no visible, por las habitaciones de los niños y niñas que no podrían ir al acto en el aula por diferentes motivos. Yo la acompañé a los cuartos, ya que soy la maestra que se encarga de esos alumnos, y fue impresionante el carño con los que los arropó, cómo contestaba a sus preguntas… les dejó tocar a todos su medalla de oro y nos regaló uno de sus monos de competición. Lo vamos a enmarcar”.