#sharenting: nacer con una cámara debajo del brazo

Y con un foco en la cara. Son estrellas de las redes sociales. Arrasan en Instagram y tiktok. Millones de personas conocen sus caras, sus gustos, su día a día... y tienen menos de cinco años

Una cámara bajo el brazo y un foco frente a la cara.

Una cámara bajo el brazo y un foco frente a la cara. / E. Elements

“El fenómeno del sharenting o la práctica de los padres de compartir fotos y detalles sobre la vida de sus hijos en las redes sociales ha generado preocupaciones significativas en términos de privacidad y protección de datos. Esta sobreexposición puede tener consecuencias negativas para los niños, ya que pueden convertirse en influencers colaterales sin su consentimiento y sin comprender completamente las implicaciones”. Así lo explica Ester Domínguez, abogada especializada en derecho digital del despacho de abogados EDMLEGAL, ante el aumento de niños protagonistas en las redes sociales de sus padres.

A partir de los 14 años, un menor puede consentir y gestionar el tratamiento de sus propios datos y, por tanto, puede crear su propio perfil en redes sociales si así lo desea. Antes de eso, son sus padres o tutores los que ejercen ese derecho, pero debe hacerse siempre con el mejor interés para el niño” continúa Domínguez. 

Y es que no hablamos solo de la exposición de su imagen, sino de su intimidad: sabemos cuándo va al baño, a quién le ha dado su primer beso, presenciamos sus berrinches mientras los padres les riñen mirando a cámara... 

Influencers colaterales (muy a su pesar)

La sobreexposición en las redes sociales puede tener repercusiones a largo plazo en la vida de los niños, desde el acoso cibernético hasta la falta de control sobre su propia narrativa digital. Si te ofrecieran dinero por leer a viva voz el diario de tu hija, ¿lo harías? Si la respuesta es no... ¿por qué cambia cuando desvelamos sus secretos ante la cámara?

“La Agencia Española de Protección de Datos, haciéndose eco de un estudio de la Universidad de Michigan indica que más del 50 por ciento de los padres suben fotografías de sus hijos que podrían resultarles vergonzosas” continúa la experta. 

Ester Domínguez, abodada de EDMLegal.

Ester Domínguez, abogada de EDMLegal. / Cedida

Otro estudio elaborado en el Reino Unido pone de manifiesto que los padres habrían publicado en redes sociales un promedio de 13.000 vídeos o fotos de su hijo o hija antes de que este cumpliera los 13 años, mientras que alerta de que la imagen de 8 de cada 10 bebés está en Internet antes de que estos cumplan 6 meses.

"Más del 50 por ciento de los padres suben fotografías de sus hijos que podrían resultarles vergonzosas”

Los menores tienen la capacidad, a partir de una determinada edad o madurez, de gestionar su persona y la información que se suministra de ellos. Esto es tremendamente complicado de medir cuando se trata de niños muy pequeños, pero aún así pueden mostrar señales de que algo no les gusta: se revuelven, escapan de la cámara, lloran cuando los enfocan o no hacen caso a las órdenes (y queda grabado): “En ese punto es muy importante respetar los límites: está expresando su deseo de no ser mostrado en las redes sociales, y los padres deben abstenerse de compartir información sobre ellos en línea.”

Se puede “compartir con seguridad” en cuentas privadas, de forma familiar y sin dar información de su situación personal o íntima, aunque la experta advierte que “todo lo que publicas escapa de tu control para siempre, y es muy difícil obtener la eliminación del 100% del contenido digital publicado.”

El #sharenting, a juicio

Para terminar, Ester Domínguez comparte algunos ejemplos de casos en los que esta difusión de imágenes se ha llevado a vía judicial: “Sin ir más lejos, en 2018 una madre italiana fue condenada a pagar una multa de diez mil euros y a eliminar el contenido que había publicado de su hijo a lo largo de los años”

No se libran los influencers: también en 2018, el Tribunal de Distrito de la Haya condenó a una instagramer a retirar permanentemente todas las imágenes en las que aparecían sus hijos y se le prohibió volver a publicar contenido de este tipo en el futuro (sí permitió que la madre siguiera publicando ese contenido cuentas privadas que no tuvieran más de 250 seguidores).