Educación emocional y salud mental

“Mostrarse como espacio seguro en el aula ya es trabajar en la prevención del suicidio”

“No nos queda otra que expresarnos, ¿cuántas generaciones llevamos callando? Hablar de lo que nos pasa nos ayuda a transitar el malestar”

Pablo R.Coca, psicólogo  y autor de ‘Esas cosas que nos pesan’ y ‘Durante la  tormenta’.

Pablo R.Coca, psicólogo y autor de ‘Esas cosas que nos pesan’ y ‘Durante la tormenta’. / Cedida

María Bueno

María Bueno

“Creo que no había oído hablar de salud mental en mi vida”. El psicólogo y viñetista Pablo R.Coca tenía 16 años cuando su hermana pequeña Laura, con Síndrome 22q11, tuvo que cambiarse de centro porque sufría bullying. No mucho más tarde, le diagnosticaron depresión y esquizofrenia. Con la pandemia, sus síntomas empeoraron todavía más. 

En aquel entonces, R. Coca estaba terminando la carrera de Psicología y se sirvió de aquello que ambos más disfrutaban para conectar con ella: el arte; y así, en forma de trazos y dibujos en la mesa del comedor de su casa, nacieron Occi y Morons, los protagonistas de las viñetas que, dos libros y 174.000 seguidores después, ya han ayudado a miles de adolescentes en nuestro país. 

Sobre el ambiente que se respira en los institutos, sobre la importancia del papel de los docentes — “La primera persona a la que le conté que no estaba bien fue a mi profe de filosofía”—; y también sobre positividad tóxica, sanidad pública o redes de cuidados, hablamos con él en una larga entrevista en la que nos responde tranquilo, sin prisa. 

No todo el mundo tiene que ir al psicólogo, pero si todo el mundo debería poder tener la oportunidad de ir al psicólogo

¿La felicidad es una cuestión de actitud? 

(Sonríe) Hay cierta actitud en la felicidad, pero no lo es todo: hay muchos factores que intervienen y algunos están en nuestras manos, otros no. El problema de este tipo de mensajes es que son muy reduccionistas. 

Así que si yo te digo: “querer es poder” o “los problemas son problemas porque tú los interpretas así”, tú me dices…? 

Estas frases pueden ser útiles en momentos muy concretos, pero cuando alguien te está contando que está mal, no es el momento de decirle ‘si tu quieres: puedes’. Lo que necesita es que le escuches, poder compartir lo que le está pasando, y no que invalides sus emociones. 

A menudo visitas institutos, ¿qué ambiente respiras? 

La recepción suele ser bastante buena, se nota que la salud mental les interesa mucho, están atentos a lo que les vas contando. Una cosa que me llama la atención es que aún hay preguntas de estigma hacia la salud mental, pero ese estigma viene del desconocimiento y lo importante es que se puedan expresar para poder trabajarlo. También preguntan mucho qué pueden hacer si lo están pasando mal, pero no se sienten escuchados. Una vez un chaval me preguntó si se podía aprender a llorar. No digo que necesariamente tuviese un entorno invalidante, pero ahí hay que buscar la causa de ese bloqueo. 

Si solo pudieses darle un consejo a un docente que esté en contacto con adolescentes, ¿qué le dirías como psicólogo? 

Les diría que se muestren como un lugar seguro para sus alumnos, que sean accesibles. Recuerdo que la primera persona a la que le conté que lo estaba pasando mal fue a mi profesora de filosofía. Se mostraba cercana, sensible… y allí fui (sonríe). Aunque ellos no sean profesionales de la salud mental, pueden escucharles porque a lo mejor esa es la primera o la única vez que la persona se atreve a dar ese paso; a contar lo que le pasa. 

¿Podemos prevenir el suicio desde las aulas? 

No necesariamente tenemos que hablar de suicidio para prevenirlo. El mero hecho de mandar el mensaje de aquí estoy, de mostrarse como espacio seguro y emocionalmente disponible, puede ayudar ya a prevenirlo mucho.  

@Occimorons nace en redes sociales en abril de 2020, plena pandemia…

Tiene mucho que ver con mi hermana pequeña. Cuando llegó el confinamiento, empeoraron sus síntomas. Así nació el proyecto, porque a Laura también le gusta mucho el arte y mi forma de conectar con ella fue el dibujo: nos poníamos en la mesa del salón a pintar y colorear y, aunque no duraba mucho, durante esos 15 minutos ella estaba tranquila, no se alteraba. 

¿El arte funciona como terapia?

Todo lo creativo. Con la palabra, con la pintura… poder expresar y dar un significado, conectar con lo que te está pasando, es muy importante.  

¿Y la risa?

El humor es muy importante,nos da perspectiva y sirve como alivio emocional, pero ojo porque también se puede utilizar como evitación.

En las viñetas de tu primer libro ‘Esas cosas que nos pasan’, Occi está mal, pero no pide ayuda, ¿por qué no lo hace?

Hay una creencia general de que debemos tener un motivo súper catastrófico y socialmente razonable para pedir ayuda. En los adolescentes todavía más, creen que pedir ayuda es mostrar su debilidad. 

Pero, afortunadamente, cada vez hablamos más de cómo nos sentimos, ¿implica eso que seamos una generación de cristal? 

No nos queda otra, ¿cuántas generaciones llevamos callando, creyendo que si expresas lo que sientes eres débil y te vas a derrumbar emocionalmente? No es así, hablar de lo que nos pasa nos ayuda a transitar ese malestar. Hay que tolerar el malestar porque la vida también implica sufrimiento, pero teniendo en cuenta que, al igual que puedes coger un pesa de 2 kilos, pero una de 200 te destroza, lo mismo ocurre con el peso emocional. 

Morons, por otro lado, es la persona que te dice ‘date cuenta’, que te acompaña, ¿todos necesitamos una persona así?

Probablemente sí. Morons ocupa muchos lugares: puede ser tu padre, tu abuelo, tu amiga, tu pareja… Refleja a esa persona que te confronta, aunque también hay muchas formas de confrontar y hay que saber hacerlo para no hacer daño.Es esa persona que, con amabilidad y tacto, te dice que está bien no estar bien, pero que hasta cierto punto, que tampoco puedes normalizar no estar bien constantemente durante dos años. 

El proceso de acompañamiento es clave, pero no fácil… 

De esto habla el segundo libro. ‘Durante la tormenta’ es acompañar entero, enterito. Quería transmitir esa idea de que el que lo pasa mal tiene su proceso, pero que el que acompaña también. Todo se desarrolla a través de la metáfora del paraguas y la nube: le llueve a Occi, pero Morons está con el paraguas, y al final les llueve a los dos. Acompañar implica mojarse en el sentido de vivirlo, pero también de correr el riesgo de resfriarse. Por eso, hay que encontrar esos momentos para salir de ahí y secarnos un poco en la medida en la que nuestras circunstancias nos lo permitan, porque, si no nos cuidamos, tampoco podemos cuidar. 

Las redes de cuidados son otra constante en tus viñetas, ¿no parece fácil construirlas en una época dominada en muchos casos por el individualismo?

Las redes de cuidados son muy bonitas, pero a veces se complican por nuestro estilo de vida; sin constancia ni reciprocidad, no se sostienen. No es fácil y puede costar, pero también te gusta sentir que otras personas están ahí y que ellas sienten que tú estás ahí. En mi caso, yo llamo a mi abuela, mi madre y envío mensajes a mis colegas casi a diario. 

¿La salud mental es un privilegio a día de hoy? 

Para muchas personas, sí. No todo el mundo puede pagar 200 o 300 euros al mes para ir al psicólogo… 

“¿Todo el mundo debería ir al psicólogo?”

No todo el mundo tiene que ir al psicólogo, pero si todo el mundo debería poder tener la oportunidad de ir al psicólogo si lo necesita. Se está lanzando mucho este mensaje del psicólogo como una obligación y hay muchos problemas que afectan a tu salud mental contra las que el psicólogo no puede hacer mucho como por ejemplo la precariedad laboral. 

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Nos lo cuenta él. Aquella vez en la que un profesor se acercó para pedirle que le dedicase un libro a un alumno suyo que llevaba un mes en su casa por problemas de salud mental; o esa otra, en la que un chico le dijo en el pasillo que se había sentido muy identificado con su viñeta del baño sobre el bullying (“prefiero pasar los recreos encerrado antes que salir al patio”). Y hubo otra, en la que pudo compartir un rato con un chico con TEA, su profe y su padre: “Le gustaban mucho los cómics y me trajo uno hecho por él mismo, pintó a mi personajillo y, a su lado, se dibujó a él”, sonríe. 

“La profesora había conseguido sacarle cosas a nivel emocional a través de @occimorons. Tú publicas el libro, pero no te imaginas... Necesitas que otros profesionales hagan la magia”, dice visiblemente agradecido el autor, que, en colaboración con Cristian Olivé, ha publicado una guía educativa gratuita de apoyo a la impresionante labor que docentes como los mencionados llevan cada día en el aula. 

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