Herrera el mozo, el Barroco total

El Prado celebra la primera exposición monográfica de uno de los grandes pintores españoles del siglo XVII

Detalle de la obra "El triunfo de San Hermenegildo"

Detalle de la obra "El triunfo de San Hermenegildo" / Francisco R. Pastoriza

Muy poco conocido popularmente, Francisco de Herrera (Sevilla, 1627-Madrid 1865), llamado El Mozo para distinguirlo de su padre, El Viejo, fue sin embargo uno de los artistas más versátiles del barroco español del siglo XVII, un siglo ya en sí muy fecundo en pintores. Además de pintor, Herrera fue dibujante, grabador, arquitecto, ingeniero y escenógrafo de teatro. Todas estas facetas pueden verse ahora en una exposición en el Museo del Prado bajo el título “Herrera el Mozo y el barroco total”, que recupera la figura y la obra de este artista al que se dedica por primera vez en España una exposición monográfica, con más de setenta obras. Una de las más singulares es el manuscrito de “Los celos hacen estrellas” (la zarzuela más antigua que se conserva, con música de Juan Hidalgo), de Juan Vélez de Guevara, iluminado con las escenografías de Herrera.

Herrera se inició a la pintura en el taller sevillano de su padre, con quien vivió enfrentado toda su vida (no acudió a la boda de su hijo con Juana de Auriolis), y tuvo en esa ciudad amistad con Murillo, más tarde alterada por la competencia que ambos mantenían en relación con encargos de próceres. Pronto se trasladó a Italia, donde permaneció entre 1648 y 1653, unos años decisivos de formación durante los que se relacionó con los heterodoxos “pintores del dissenso”. En Roma recibió las influencias de Bernini y Pietro da Cortona y asimiló el concepto de “barroco total”. “El Triunfo de San Hermenegildo” fue una de las pinturas que le dio fama allí, donde era conocido como Il Spagnolo degli Pexe (el español de los peces).

HERRERA EL MOZO, EL BARROCO TOTAL

El triunfo del sacramento de la Eucaristía / Francisco R. Pastoriza

De regreso a Madrid, Juan Chumacero de Sotomayor le encargó el retablo mayor de la iglesia de los carmelitas descalzos de esta ciudad, para el que pintó “El triunfo de San Hermenegildo”, una obra admirable que le proporcionó numerosos encargos posteriores. En Sevilla, donde vivió entre 1655 y 1660, pintó para la catedral “El triunfo del sacramento de la Eucaristía” y el “Éxtasis de San Francisco”. De nuevo en Madrid, pinta “El sueño de San José” para el ático del retablo de la capilla de San José de la iglesia del colegio de Santo Tomás.

Herrera se especializó en grandes composiciones al fresco, que por desgracia no se conservan, pero fue esta dedicación a la pintura mural la que le otorgó el mayor prestigio y le abrió las puertas a grandes oportunidades de trabajo que culminaron con su nombramiento como pintor del rey y maestro mayor de Obras Reales. Entre las que se perdieron, un conjunto de pinturas para la cúpula de la iglesia del convento de San Agustín de Madrid. En esta exposición figuran también muchos de sus dibujos, que consideraba como el germen de toda su actividad y a través de los cuales se puede apreciar la evolución de su proceso creativo.

El triunfo deSan Hermenegildo.

Vendedor de pescado / Francisco R. Pastoriza

Entre las obras de Herrera El Mozo que se pueden ver en esta exposición figuran “El Triunfo del Sacramento de la Eucaristía”, prestado por la Archicofradía Sacramental del Sagrario de Sevilla; “El sueño de San José”, de la iglesia de Aldeavieja de Ávila; “Vendedor de Pescado”, de la National Gallery de Ottawa (el cuadro que le valió el apodo con el que se le conocía en Italia), “El bautizo del eunuco de la reina Cardace” y “El Cristo camino del Calvario” prestado por el Museo Cerralbo, un cuadro que ardió en 1872 cuando estaba en la iglesia del Antiguo Colegio de Santo Tomás y que se ha restaurado ahora completamente. En este sentido hay que destacar la labor del museo en la restauración del 90 por ciento de las obras que se exponen, algunas rescatadas de un estado lastimoso. Otras se han sacado por primera vez de las iglesias para las que fueron pintadas

El sueñode San José.

El sueño de San José / Francisco R. Pastoriza

Envidiado por muchos de sus contemporáneos, de aspecto bien parecido, seductor según varios testimonios (se dice que Diego Luque de Beas se inspiró en su persona para el galán de su novela “La dama del Conde-Duque”), Herrera El Mozo influyó en la obra de Juan Carreño de Miranda, Francisco Rizi y Claudio Coello. Es notorio su legado, no solo como pintor y dibujante, sino también como escenógrafo de obras de teatro (era amigo de Calderón de la Barca), muchas de ellas encargadas por Paolo Giordano Orsini para ser representadas en el Salón Dorado del Real Alcázar, actividad esta última de la que se han reconstruido varias para esta exposición.

  • Herrera el Mozo y el Barroco total

    LUGAR: Museo del Prado

    FECHA: Hasta el 30 de Julio

Suscríbete para seguir leyendo