Los viejos oficios: José Ramón Melchor, guarnicionero

El cuero como arte

Dice que es un material versátil al que se puede dar forma y volumen. De las manos de José Ramón Melchor salen piezas irrepetibles para cualquier lugar del mundo. De la guarnicionería lo sabe todo este artesano de Lugo que en su taller Quercus Leathercraft hace auténticas filigranas

Al igual que la cestería, la fabricación de objetos, utensilios y prendas de vestir en cuero ha acompañado al hombre desde sus inicios como factura de primera necesidad. Zapatos, vestidos, mantas, lonas para cubrirse e incluso embarcaciones forman parte de esta materia prima utilizada en la vida diaria a través de las civilizaciones. Es también el material de expresión que utiliza José Ramón Melchor para sus creaciones, con alta demanda dentro y fuera de Galicia. Desde su taller Quercus Leathercraft, en Lugo, salen bolsos, fundas, cinturones y muchas otras piezas irrepetibles que trabaja como si fueran un lienzo. Y con el mimo moroso que solo puede dar la artesanía.

José Ramón se inició en la profesión hace trece años con un material del que le gusta todo, empezando por su versatilidad y la capacidad de crear volúmenes, formas y colores. Lo que comenzó como una afición por pura diversión acabó como taller profesional en el que se apuesta por las pieles de curtición vegetal de origen español. El mismo lo explica: “Por mi experiencia en el gremio considero que son unas de las mejores del mundo y que siguen siendo curtidas con procesos tradicionales. Pero no descartamos pieles de origen europeo o norteamericano si cumplen con las exigencias de calidad y sostenibilidad que requerimos”.

Este artesano apuesta por pieles de curtición vegetal de origen español, consideradas de las mejores del mundo, trabajadas con procesos tradicionales

Comenzó haciendo fundas para caza y deportes de aire libre pero poco a poco fue diversificando los trabajos hasta su cartera actual, que incluye bolsos, carteras y complementos y accesorios. También piezas personalizadas a gusto del cliente. Su esposa Isabel Vázquez le ayuda en la tarea de hacer cada creación única e irrepetible.

José Ramón trabaja directamente con los curtidores, seleccionando una a una las pieles en origen. En su taller sirve tanto a particulares como a empresas manteniendo el espíritu de taller artesano. El que antes fue aprendiz desde hace años es maestro guarnicionero que a su vez ha formado a aprendices en el oficio. El tiempo ha permitido perfeccionar los trabajos e incrementar el amor por el cuero, a la vez que su taller ha ganado presencia en el sector.

El cuero como arte

José Ramón Melchor en su taller de Lugo / Quercus Leathercraft

Dice que en los trabajos personalizados los clientes suelen pedir grabados que representen momentos importantes en la vida de cada uno para recordar en el tiempo. Hace piezas para coleccionistas de todo el mundo, especialmente en el apartado de fundas de cuchillería. Desde Estados Unidos a Catar o Europa, sus trabajos pueden ir a cualquier parte del planeta. Guarnicioneros como Melchor quedan pocos y coleccionistas y clientes lo saben. De ahí el aprecio por su obra. Pero solo tiene 39 abriles, así que aún le quedan décadas en activo para insuflar vida al oficio y –quién sabe– formar a otros artesanos tan apasionados como él.

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