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Miedo al sexo

MIEDo AL SEXO | //@A2C_ILUSTRACIONS

MIEDo AL SEXO | //@A2C_ILUSTRACIONS / @A2C_ILUSTRACIONS

Emma Placer

Emma Placer

Las emociones son súper eficientes, nos hacen actuar rápido y nos ayudan en la adaptación, supervivencia y mejora de la especie, parecen algo grande ¿no? Y lo son. Por eso me ha parecido buena idea relacionar las emociones primarias (miedo, alegría, tristeza, asco, ira, sorpresa) con la sexualidad.

Así que empezamos probablemente con la emoción más funcional que existe: el miedo.

¿Existe el miedo en el sexo?

Como en cualquier situación o pensamiento que pueda rondar nuestra cabeza, podemos sentir miedo, sea éste un miedo real o no. Si me imagino cruzando una calle con mucho tráfico sin mirar a los lados, puedo sentir miedo a que me pille un coche aunque esta situación no esté sucediendo realmente. Piensa en una película de miedo y ya lo tienes.

A nivel sexual, históricamente nos han inducido miedo, con una intención preventiva muy higiénica y proteccionista, pero con una visión del sexo basada en el peligro: ¿Os acordáis de las campañas de prevención sexual de los 90? ¡Cuidado el SIDA! Por otro lado, también a nivel de sucesos terribles como el de las niñas de Alcasser, una realidad espeluznante en la que el pánico social nos llevaba a las que éramos adolescentes en aquella época a sentir terror al pensar que nos podían violar y asesinar. Todos estos miedos son lógicos, están asociados a situaciones peligrosas en el contexto sexual, en ocasiones es normal y útil, pero existen personas que sufren un miedo extremo (pánico) a situaciones sexuales que no presentan un peligro real. Y ésas sí hay que tratarlas como problema o trastorno en consulta.

La erotofobia

La Erotofobia es el miedo extremo a mantener relaciones sexuales. Es una construcción que vamos desarrollando por nuestras experiencias vitales y la educación que hemos recibido. En el otro lado estaría la Erotofilia. En realidad, tanto una como otra es el afecto el sentimiento que nos provoca todo lo relacionado con los estímulos sexuales, el erotismo, señales que son relacionadas con sexo al fin y al cabo; lo natural y saludable sería estar en la mitad de este afecto, y en los polos estarían la fobia y la filia.

Una persona erotofóbica que observa, por ejemplo, unos genitales o una actitud pornográfica en una foto o vídeo ya puede sentir miedo y rechazo; el hecho de pensar en que pueden surgir situaciones sexuales predispone a la persona a desarrollar síntomas fisiológicos como palpitaciones, tensión muscular, problemas para respirar etc; recordamos que solo lo está imaginando, no está pasando.

Obviamente, las personas que sufren de Erotofobia acaban por renunciar a tener relaciones sexuales; aquí debemos tener en cuenta que no es una elección, como en el caso de las personas asexuales que no desean, ni quieren, ni les apetece y punto: eso no tiene tratamiento obviamente, son perfectamente felices con su elección. Una persona erotofóbica sí sufre y, normalmente, le gustaría cambiar ese sufrimiento, por lo que en algunos casos pide ayuda profesional.

¿Cómo se trata la erotofobia?

Existen diversas intervenciones y, obviamente, se adaptarán a la persona y sus circunstancias y diferencias individuales, historial y demás, pero en general yo las centraría en dos:

Terapia cognitivo conductual: En esta intervención comenzamos con una escucha activa a la persona, recopilación de sus experiencias sexuales, observar si han existido sucesos traumáticos, qué mensajes recibían en su familia, colegio, etc. Una vez realizado el “inventario de vivencias sexuales”, tratamos de cambiar las cogniciones (pensamientos) relacionados con el tema por otros más realistas y positivos, que poco a poco provocarán también un cambio en los comportamientos y una reducción en el sentimiento de miedo. Es un camino duro pero de crecimiento personal, erótico y afectivo muy interesante, y que además mejora muchas otras áreas de nuestra vida.

Nueva y sana educación sexual: Ofrecer información veraz, contrastada y científica con respecto a todo lo relacionado con la sexualidad es la base para eliminar miedos y reestructurar los mitos y falacias que vamos aprendiendo a lo largo de la vida. “La penetración duele”, “Sin coito el sexo no es completo”, etc., estas asociaciones que aprendemos desde la infancia van calando y cada día encuentro personas adultas que piensan así, por lo que la prevención y la promoción de la salud sexual de la educación es clave para evitar estos problemas y otro tipo de disfunciones.

¡Placeres! Gracias por vuestro tiempo y comentarios, os leemos como siempre en nuestra web www.saludplacer.com 

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