Fresas aroma color y sabor
Las fresas son un aroma, un color y un sabor, Pero sobre todo son una fruta, muy ligera, que aporta valiosos nutrientes y ayuda a depurar y a tonificar el organismo
A. B.
Su nombre botánico, Fragaria vesca, deriva del latín fragans, que significa “olorosa”. Es, como imaginarán, la fresa. Una fruta que posee una notable riqueza mineral, especialmente de hierro –es la fruta más rica en él, junto a la frambuesa y la grosella– y magnesio. 200 grs. de fresas cubren un 17% de las necesidades diarias de hierro y un 9% de las de magnesio. También aporta potasio, calcio, fósforo, manganeso, cobre y silicio, por lo que es un alimento muy indicado en curas de remineralización y en el tratamiento de déficits nutricionales.
El aporte energético de la fresa es mínimo y su contenido en fibra crea sensación de saciedad, ideal para personas que deben seguir dietas restrictivas.
La fresa es una fruta con pocos azúcares y una alta dosis de ácido fólico, hierro y un efecto ligeramente laxante gracias a su fibra, por lo que se recomienda para embarazadas. Además de escaso, el azúcar de la fresa es fructosa (levulosa), así que son aptas para diabéticos.
Esta fruta resulta asimismo una excelente fuente de vitaminas C, K y ácido fólico. Concretamente 200 grs. cubren más del 200% de las necesidades diarias de vitamina C, una tercera parte de la vitamina K, la sexta parte del ácido fólico y cantidades notables de vitaminas del grupo B.
Por su contenido en potasio, aumenta la diuresis (la formación de orina) lo que contribuye a reducir la tensión arterial. En un estudio realizado por universidades españolas e italianas se probó que comer 500 grs. de fresas al día disminuye el colesterol malo LDL (un 14%) y los triglicéridos (un 21%). Las fresas son además ricas en antocianinas, los compuestos químicos que dan color a las fresas. Estos pigmentos ayudan a mantener en buen estado las paredes de los vasos sanguíneos, de manera que previenen una variedad de trastornos vasculares y además mejoran la función de las plaquetas.
Gracias a sus propiedades alcalinizantes y a su riqueza en calcio y potasio, la fresa facilita la eliminación de ácido úrico. Esto ayuda a prevenir enfermedades como la gota, la litiasis biliar (piedras en la vesícula) y alteraciones hepáticas.
Se ha comprobado la presencia de ácido salicílico en estas frutas, el mismo componente de las aspirinas pero natural, que tiene una acción antiinflamatoria y ayuda a mejorar afecciones como el reumatismo y la artritis.
Con un intestino delicado (colitis, colon irritable…), puesto que tienen cierto poder irritante. También para personas con litiasis renal (piedras en el riñón) por oxalatos, pues la fresa contiene estas sustancias en pequeñas dosis. En caso de alergia: Hay que tener en cuenta que las fresas, debido a su contenido en ácido salicílico, produce en algunas personas reacciones alérgicas que normalmente no van más allá de la hinchazón de labios o de la simple urticaria.
Se trata de las mismas personas que tienen alergia a la aspirina.
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