Los viejos oficios: Marta Seco Trindade, hilandera y tejedora

El hilo de la tradición

Profundizando en las raíces Marta Seco descubrió que el oficio de hilandera era uno de los más arraigados en la cultura y el folclore. Ella lo perpetúa con lana de oveja gallega que transforma en piezas creativas y personalizadas tanto para vestir como para decorar. Velaivén es su marca

A Marta Seco Trindade siempre le gustó la artesanía en todas sus manifestaciones. Desde pequeña reciclaba, restauraba y daba otras vidas a los materiales. Después de experimentar y formarse en diferentes oficios tradicionales, se dio cuenta de que el de fiandeira era uno de los más representativos de la cultura tradicional gallega, referente de todo un universo de costumbres y folclore. Y a la vez que estudiaba Sociología iba hilando y trenzando la que sería su pasión. Hoy esta chairega de 36 años residente en Mondariz elabora complementos de moda, ropa y piezas decorativas que pueden ir a cualquier punto del mundo.

Antes de llegar a Velaivén, el sello con el que crea sus piezas, Marta se formó con maestros con los que aprendió cestería, pintura o reciclaje de muebles. Pero fue durante un invierno haciendo un curso con Fina Casal cuando se dio cuenta de que “se pueden hacer cosas creativas y funcionales con muy pocas herramientas y nuestras manos a partir de una fibra, la lana, que tratamos como un residuo”. Y dar continuidad también a “un trabajo ancestral maravilloso”. Aprendió igualmente a dar color a las piezas con tintes naturales. Empezó a dar cursos, a acudir a ferias y a hacer encargos personalizados que tuvieron muy buena acogida.

El hilo  de la tradición

Marta Seco elabora desde Mondariz todo tipo de piezas artesanas. / Cedida

Marta quiere dar el lugar que merece al oficio de fiandeira, que aúna el valor de la artesanía con la magia de la tradición oral al calor de la lumbre de la que surgieron canciones, bailes y leyendas. Convertir las fibras de animales –oveja– o vegetales –lino– para vestir la vida era tarea fundamental, puesto que con ellas se rellenaban colchones, se hacían colchas, mantas, calcetines, jerseys o abrigos. 

Poetas de la tierra como Uxío Novoneyra cantaron el trabajo de las hilanderas, siempre pacientes con la carda, el huso y la rueca. A ellas les dedicó versos como los de Fiandeira namorada, recogidos en su obra Os Eidos. Libro do Courel: “…Fiandeiriña que fías/nas noites do longo inverno/as liñas máis delgadiñas/que o fío do pensamento”.

El hilo  de la tradición

Las prendas que crea son prácticas y creativas que muestran la vigencia del viejo arte de tejer e hilar. / Cedida

Lo cierto es que la historia del hilado está vinculada al ser humano desde la antigüedad, y Marta trata de que se valore este oficio ancestral.

Esta artesana dedica todo el tiempo que puede al viejo arte del hilado, el tejido y el ganchillo, combinando la tradición para diseños de hoy . “Hacer hilo relaja y se entra en un proceso meditativo a través del cual pueden surgir muchas ideas creativas”. También hay artesanos que le encargan hilo para hacer sus creaciones e incluso particulares. En sus redes sociales, escribiendo Velaiven, pueden verse sus trabajos.

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