Los viejos oficios: Alejandro Roig Bergantiños, ceramista

Cerámica con clase

Crear con arcilla está de moda. Lo sabe Alejandro Roig, que desde su taller coruñés Arobe Cerámica ve como la demanda continúa al alza. Además de cursos, las piezas de este artesano gozan de gran aceptación por sus formas puras, funcionales y llenas de alma

Cerámica: arte de fabricar objetos con arcilla cocida. Fue uno de los inventos más importantes de la humanidad. Desde almacenar y transportar productos a beber líquidos, supuso toda una revolución en la evolución. Se conoce ya desde el Neolítico y las formas, colores y acabados que pueden conseguirse con su modelado siempre fascinaron a Alejandro Roig Bergantiños, artífice de Arobe Cerámica, su taller coruñés donde lleva a cabo su obra y donde imparte clases que cada vez tienen más demanda.

Tras terminar sus estudios en la escuela de artes Pablo Picasso de A Coruña, Álex continuó indagando en las posibilidades de esta artesanía. Después de asistir a cursos y aprender de otros maestros decidió emprender su propio negocio. Arobe es el acrónimo de su nombre y apellidos (Alejandro Roig Bergantiños), taller con el que ha perfilado un estilo propio en el que cabe un catálogo de centenares de piezas inspiradas en la funcionalidad y con un “toque japonés” por sus líneas puras y sencillas y a la vez llenas de alma.

En estos años Arobe ha estado presente en importantes ferias como la de Estocolmo, todo un escaparate de la artesanía gallega para el mundo y ha atendido encargos de particulares, piezas especiales, vajillas completas para regalos de bodas y asistido a pequeños mercadillos, “para experimentar de primera mano la aceptación de mis productos por parte del público”, dice Alejandro.

Cerámica con clase

Alejandro Roig trabajando en su taller Arobe, en la Ciudad Vieja de A Coruña. / Arcay/Roller Galicia

Arobe está ahora en San Francisco, en la Ciudad Vieja de A Coruña, con zona de taller y zona de exposición y venta y clases de iniciación a la cerámica, que han superado las expectativas de Alejandro. Y no son jubilados ociosos precisamente los que asisten, sino integrantes de una generación Z que siguen a influencers en las redes sociales. Si antes estuvo de moda hacer el pan o ganchillo, ahora lo está cocer las propias piezas de cerámica. “Hay una gran demanda y entre la gente que asiste también hay alguno que se plantea una posible salida profesional”, cuenta este artesano. De hecho, ya han salido varios ceramistas acreditados.

En su taller se cuecen todo tipo de objetos: platos, bandejas con forma de hojas o de pez, cuencos, jarrones… todos con amplia aceptación tanto entre los compradores como entre la gente joven que quiere probar. Hacer las propias piezas está de moda porque es una actividad relajante y creativa, con un material que, al ser flexible y maleable, transmite una sensación de bienestar.

Cerámica con clase

Algunas de las piezas de Arobe. / Artesanía de Galicia

En este 2023 que comienza a Álex no le faltan proyectos. Algunas de sus piezas (unas macetas con caras, platos…) vuelven a la feria de Estocolmo y tiene encargos de restaurantes gallegos y japoneses, aparte de las clases para esa generación Z que ha descubierto en la cerámica un mundo de posibilidades.

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