Tavares vuelve a mirar a China y baraja una “gigafactoría” en Europa con CATL

Tras el alcanzado con Leapmotor, Stellantis cierra un acuerdo con el primer proveedor mundial de baterías de tipo litio-hierro-fosfato, más baratas

La planta de baterías de CATL en Alemania.

La planta de baterías de CATL en Alemania. / CATL

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

El CEO de Stellantis, Carlos Tavares, fue la primera gran voz de la industria del automóvil en Europa que dio la voz de alarma sobre la llegada del coche chino al mercado del continente y censuró la “alfombra roja” puesta a los fabricantes del gigante asiático. De hecho, llegó a decir que tenía “fuertes sospechas” de que las firmas chinas están “subvencionados por el gobierno”. Desde entonces, el grupo que dirige, que cuenta con planta en Vigo y otras dos más en España, ha ido virando cada vez más hacia oriente. Primero, a finales de octubre, cuando anunció un importante acuerdo de inversión (1.500 millones de euros) en Leapmotor, que entre otras cosas supondrá la venta de coches eléctricos baratos en Europa como si se tratase de la decimoquinta marca de Stellantis. Y lo último, ayer mismo: la compañía anunció la firma de un memorando de entendimiento (MoU, en inglés) con CATL, que entre sus puntos incluye la construcción de forma conjunta de una nueva gigafactoría de baterías en el continente.

Según todos los rankings del sector, CATL es el principal fabricante mundial de baterías para el sector de la automoción. Con el acuerdo, Stellantis se asegura “el suministro local de celdas y módulos de baterías de litio-hierro-fosfato [LFP, en inglés] para impulsar la producción de vehículos eléctricos” en Europa.

El pacto establece “una colaboración a largo plazo” entre ambas compañías y se centra en “construir una hoja de ruta tecnológica” para apoyar la fabricación de coches eléctricos de Stellantis con “baterías de última generación”, lo que permitirá al grupo ofrecer vehículos eléctricos de los segmentos B y C “de alta calidad, duraderos y asequibles”.

Además, el MoU incluye “identificar oportunidades para fortalecer aún más la cadena de valor de las baterías”. Este último punto, supone la creación de una gigafactoría que estaría orientada a la fabricación de vehículos low-cost, como puede ser el recientemente anunciado Citroën ë-C3, ensamblado en la fábrica de Eslovaquia.

“Hoy tenemos capacidad cero de producción de LFP en Europa”, señaló el vicepresidente ejecutivo y responsable mundial de Compras y Cadena de Suministro de Stellantis, Maxime Picat. “En los próximos cinco a diez años, será una tecnología muy importante”, apuntó, según recoge Bloomberg. Por el momento no se anunció donde se ubicaría, pero en caso de concretarse sería la quinta planta de baterías en la que participa Stellantis en suelo europeo después de las tres ya confirmadas de Automotive Cells Company (Italia, Francia y Alemania) y la cuarta prevista para Zaragoza, que depende de los apoyos del Gobierno a través del Perte VEC (Vehículo Eléctrico y Conectado).

Por su parte, Carlos Tavares explicó que el acuerdo “es otro ingrediente” en la estrategia “a largo plazo” de Stellantis “para proteger la libertad de movilidad de la clase media europea”.

CATL quiere construir una instalación en Hungría y en enero inició la producción en una fábrica de Erfurt (Alemania) para suministrar a BMW. Su presidente, Robin Zeng, dijo que el MoU “será un paso decisivo en el camino de ambas partes hacia los objetivos de neutralidad de carbono”. “Seguiremos dedicados a ofrecer soluciones más competitivas y sostenibles a nuestros socios para promover la transición energética global”, recalcó.

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