Fandicosta apura una reestructuración del grupo para reforzar su estado de tesorería

La histórica pesquera penaliza la caída de ventas y márgenes, “general” en el sector, y aborda una solución “rápida”

El grupo, 5º del país en ingresos, factura casi 300 millones de euros

Vista parcial de las instalaciones de Fandicosta, en Domaio.

Vista parcial de las instalaciones de Fandicosta, en Domaio. / MARTA G. BREA

Lara Graña

Lara Graña

La imponente escalada de costes ha provocado, en los dos últimos años, una reacción en cadena en la industria gallega de transformación pesquera. Las empresas han encarado un terreno muy escarpado: incremento exponencial del precio de la energía, de las materias primas o transportes y, a la postre, encarecimiento de la financiación –por la persistente subida de tipos del Banco Central Europeo (BCE)– y reducción del consumo. Y, para las asentadas en Argentina, que son muchas, una colosal hiperinflación (del 124% interanual en agosto, por ejemplo).

Un escenario que ha afectado y afecta a buena parte sector, que acusa una reducción de los márgenes en un mercado ultracompetitivo. Una de las que encara ahora el impacto de esta multiplicidad de factores es una de las referencias históricas: Fandicosta. La firma que preside Ángel Martínez Varela ultima una reestructuración del grupo para reforzar el estado de su tesorería, según pudo saber FARO y como confirmaron fuentes de la dirección. “Va a ser rápido, lo vamos a conseguir”.

Las mismas fuentes han atribuido esta situación a un descenso en las ventas, “coyuntural” al conjunto del sector, y que ha tensionado la caja. Además de la factoría de Domaio, que cuenta con instalaciones para elaborados y una base logística de frío, el holding incluye Casa Botas, Peixemar y Bonfrig, así como una participada en Argentina (Pesquera Cruz del Sur) con dos buques poteros y cuyo accionariado comparte desde el año pasado con Gandón SA. En conjunto, Grupo Fandicosta cerró el pasado ejercicio fiscal con ventas por 290 millones de euros y 55.193 toneladas comercializadas, de acuerdo a los datos facilitados a este periódico. Es la quinta firma de España por volumen de ingresos.

La reestructuración que aborda ahora es a nivel de grupo, de amplio espectro, y que pretende hacer con la máxima celeridad. El despacho Garrigues y la auditora Deloitte dirigen el proceso, en el que participan también las entidades financieras y la Xunta. El Gobierno gallego posee, a través de Sodiga, el 12,15% de la compañía asentada en Moaña y que es la cabecera del conglomerado empresarial.

Fandicosta cuenta con una extensa raigambre en toda la industria, de modo que empresas de distintos servicios advirtieron hace semanas –“era vox populi”, confía un directivo del sector– que era preciso encarar una reestructuración para equilibrar la tesorería. Especialmente en estas fechas, en la antesala de la vital campaña de Navidad. Un grupo de estas características dispone no solo de coberturas financieras de las entidades bancarias –líneas de crédito, documentarios, pólizas...–, sino también de aseguradoras que garantizan la expedición de mercancía (sin tener que pagar un contenedor al contado, por ejemplo).

En el último tramo del año, con un volumen de actividad tan alto, se consume mucho circulante en las empresas de la pesca. Fandicosta, no obstante, no es la única compañía del sector que trabaja con intensidad estos días para encarar con garantías el futuro a corto plazo.

Sobre la factoría de O Morrazo han sobrevolado en los últimos años intensos rumores de venta que no se llegaron a materializar y que confirmó a FARO el propio Martínez Varela. A falta de conocer el proceso íntegro de reestructuración actual, hay al menos tres empresas competidoras interesadas en adquirir parte de sus activos. El presidente de Fandicosta –pertenece a una saga empresarial vinculada a la pesca desde 1904– ya se había avenido en el pasado a una eventual desinversión, al menos de las instalaciones de Moaña, si el precio era satisfactorio. Para su grupo trabajan en Galicia, sin contar con los picos de producción y la demanda asociada de empresas de trabajo temporal, unas 350 personas.

En la memoria anual de 2021 –no está disponible la del pasado ejercicio–, la cabecera del grupo ya anticipaba una negociación con los principales clientes de retail (supermercados) para subir los precios finales ante la escalada de costes. Fandicosta también firmó un contrato de suministro de electricidad a largo plazo y puso en marcha una nueva línea de negocio a la que auguró un “crecimiento exponencial”, de envasado en atmósfera protectora.

También entonces (2021) avanzó el inicio de “las acciones necesarias para llevar a cabo la venta de una parte de sus activos no estratégicos”. El grupo experimentó una espectacular redención en el último lustro, después de que un incendio calcinase buena parte de su factoría de Domaio, reconstruida con una inversión de 25 millones de euros.

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