Una villa a través de sus iconos

Los logos de establecimientos del casco urbano estradense dan fe de la evolución estética e identitaria de la localidad, así como de su diversidad económica

En cada rincón del pintoresco pueblo de A Estrada, los carteles y logos de negocios y establecimientos dan vida a las calles, hablando en silencio sobre la identidad y la esencia de nuestra comunidad. Más que simples señales, estas manifestaciones visuales son testimonios de la posición de marca de cada empresa, reflejando la diversidad y el carácter de nuestra sociedad, mientras contribuyen al paisaje lingüístico que define a esta localidad.

Desde las tradiciones arraigadas en siglos pasados hasta las expresiones modernas de arte y cultura, cada señal cuenta una historia única. Ya sea la tienda de moda femenina que exhibe un logo con formas suntuosas, como es el caso de Anna, o la taberna Aturuxo, que celebra la herencia musical de la región, cada elemento visual contribuye a la narrativa colectiva de la comunidad.

El logo es la representación visual más importante de la identidad de una marca. Es lo primero que los clientes ven y lo que los ayuda a recordar y reconocer la empresa. Un logo bien diseñado transmite los valores, la personalidad y la esencia de la marca de manera efectiva. En un mercado saturado, un símbolo distintivo y memorable ayuda a destacar entre la competencia, a diferenciar la marca de otras en la mente de los consumidores, lo que puede ser crucial para atraer la atención y ganar la preferencia del cliente.

En las calles del casco urbano estradense se puede presenciar una fascinante convergencia entre los letreros de negocios antiguos y los más recientes. Esta interacción entre lo viejo y lo nuevo no solo sirve como un recordatorio del pasado, sino que también ofrece una ventana única para analizar la evolución estética a lo largo de las distintas generaciones.

Los letreros de negocios antiguos tienen una cualidad nostálgica que evoca el encanto de épocas pasadas. Hechos a mano o con técnicas de producción tradicionales, estos letreros a menudo presentan una estética artesanal y una rica pátina de historia. Desde las elegantes tipografías de la década de 1920 hasta las llamativas luces de neón de la era de mediados del siglo XX, cada letrero cuenta una historia única sobre el comercio y la vida en tiempos anteriores.

Así pues, la convergencia de carteles y logos de negocios antiguos y modernos nos ofrece una oportunidad única para analizar la evolución estética a lo largo de los años. Al observarlos lado a lado, podemos apreciar cómo han cambiado las preferencias de diseño, los materiales utilizados y las técnicas de fabricación a lo largo de las décadas y nos permite comprender cómo la estética comercial ha ido mudando para reflejar los valores culturales, sociales y tecnológicos de cada época.

No obstante, para hablar de este tema con más criterio, siempre es oportuno contar con la opinión de alguien que se dedique profesionalmente al sector creativo y el diseño gráfico. Es el caso del artista conceptual estradense Iago Fernández, que dentro de la amplia oferta de carteles y logos de la villa, no duda en confesar su favorito: “Para min o mellor logo de A Estrada é sen dúnida algunha o de Mosvi Moda. Pareceme lindisimo, transmite ben a mensaxe e envelleceu moi ben co tempo. É dun estilo moi dos anos 80 pero que casualmente está moi de moda de novo, podería case ser unha portada dun album de música Italo Disco e non desentonaría o máis mínimo”.

Fernández considera que los logotipos son “dunha importancia máxima porque transmiten a mensaxe de quen eres, que vendes e a quen te dirixes cunha soa ollada”. “Necesitas evidentemente que sexa chamativo e fácil de recordar, que cando penses nel automáticamente se che veña á cabeza esa mensaxe que pretenden darche co mesmo” expresa.

Por su parte, como persona que se dedica al sector creativo, el estradense expone una serie de fórmulas que se suelen buscar y reproducir cuando se diseña un logotipo para una marca o establecimiento: “En xeral búscase que sexa algo recoñecible, chamativo e cunha certa armonía. Que non desentone co traballo que se desenrola no negocio en concreto e que transmita confianza”.

Las modas seguirán avanzando y resulta intrigante pensar qué nuevos iconos se sumarán al paisaje de la villa en el futuro.

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