Ser vegetariano en A Estrada: “No es fácil”

La localidad cuenta con poca variedad de ofertas para personas que deciden eliminar animales y derivados de su dieta, especialmente a la hora de salir a comer fuera

Establecimiento “realfooding” en el Novo Mercado de A Estrada.  | // BERNABÉ

Establecimiento “realfooding” en el Novo Mercado de A Estrada. | // BERNABÉ / nerea couceiro

El vegetarianismo y el veganismo son dietas cada vez más comunes y cuyos adeptos aumentan año tras año. Pese a que no existen encuestas o datos oficiales de fuentes gubernamentales, informes de consultoras privadas, como la actualización de 2021 del informe “The Green Revolution” de Lantern, sitúan el porcentaje de población vegana y vegetariana en España en un 13%, aumentando con respecto al 2019 en un 34%. Es por ello que en las grandes ciudades, como pueden ser Madrid o Barcelona, son múltiples las opciones para poder llevar a cabo esta dieta, desde restaurantes a tiendas especializadas, pasando por cafeterías, pastelerías y otro tipo de negocios relacionados con la alimentación.

No obstante, en una localidad del interior de Galicia, mayoritariamente rural, como es A Estrada, ser vegano o vegetariano puede presentar algunos retos. Para hablar de ellos, dos vecinas estradenses comparten su experiencia intentando seguir este estilo de vida en la villa.

La primera es Alizia Taboada, que fue vegetariano durante 17 años. En su caso asegura que lo más problemático era siempre encontrar restaurantes con opciones adaptadas a su dieta. Menciona, sin embargo, que “el que más se adaptaba era el Velis Nolis, que si llamábamos con antelación nos preparaba algo”.

En este sentido, cabe mencionar que generalmente, en caso de comer fuera, las personas que escogen apartar pescado y carne de sus platos, acaban con un abanico muy limitado, reducido a ensaladas, pimientos de padrón o tortilla.

Sin embargo, aquellos que renuncian también a los productos de derivación animal, como los huevos o la leche se ven todavía en más dificultades para encontrar cartas que se ajusten a sus necesidades.

La estradense Carla Areán sabe de esto, ella optó por el veganismo hace cuatro años. “Lo curioso es que el proceso no empezó con un cambio de dieta, sino que empecé a investigar sobre productos de maquillaje e higiene libres de crueldad animal, o sea que no estuviesen testados en animales que tampoco llevasen ingredientes de origen animal, caí en un agujero negro de información terrorífica al que nunca antes me asomara e inevitablemente eso me llevó a adoptar el veganismo en todos los aspectos de mi vida en los que me es posible llevarlo a cabo”, cuenta.

Areán reconoce que “es complicado darse un capricho o improvisar un menú cuando quieres cocinar, porque las opciones veganas o vegetarianas están lejos de ser algo habitual. Sé que por ahora es algo normal ya que no hay mucha demanda, ni oferta, aunque esto está cambiando”.

En concreto, admite que en términos de restaurantes “las ofertas son muy escasas o directamente inexistentes” y lamenta que esto sea así dada “la gran calidad y variedad de verduras que tenemos a nuestra disposición”. En general, lo que más echa de menos es “poder pedir comida a domicilio, tengo antojo de una buena pizza de verduras con queso vegano”.

Una buena perspectiva de futuro

Aunque por fortuna, la situación está cambiando y la estradense observa que: “Cada vez es más habitual encontrar opciones vegetales. En los supermercados de la villa ya hay secciones enteramente veganas que se renuevan a menudo”. “Pero creo que el mérito en este cambio lo tienen los pequeños empresarios. Ellos se preocupan de tener variedad y calidad en muchos y diferentes productos, en tiendas como La Xorxeira, Sabia Natura o Eco-Loan hay cosas que no encuentras en el súper”, añade. La estradense continúa explicando que “un buen ejemplo es el Ananás, que tiene opciones veganas para desayunar desde que abrió. Y a la hora de comer hay restaurantes que ya incorporan platos vegetales o veganizables, como el Velis-Nolis o el Navegación”. Finalmente, Areán concluye con positivismo que “aún queda camino hasta que haya paridad entre las opciones vegetales y no-vegetales, pero yo diría que mejoramos cada día”.

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