El conflicto del percebe en Baiona sigue en punto muerto y sin solución a corto plazo tras la infructuosa reunión que ayer a mediodía mantuvieron con la conselleira de Medio Rural e do Mar, Rosa Quintana, representantes de la cofradía de pescadores, la agrupación de percebeiros y los grupos políticos municipales. La razón es que Quintana evitó decidir quién debe asumir la gestión de la vigilancia del furtivismo, cuestión que enfrenta desde hace meses al cabildo baionés y a la directiva de la agrupación.

La titular de Mar, que anunció que enviará en las próximas semanas a la cofradía un borrador del convenio por el que su departamento asume el 50% del coste del servicio, deja sin embargo en manos de la dirección del pósito el sistema de financiación de su parte.

El alcalde de Baiona, Jesús Vázquez Almuiña, proponía ayer una vía intermedia para zanjar la discusión, que las dos entidades "compartan la gestión mediante una comisión conjunta". Sin embargo, ni el patrón mayor, Fernando Leyenda, ni la presidenta de la agrupación de percebeiros, Susana González, confiaban ayer en un acuerdo al respecto.

Sus posturas siguen siendo diametralmente opuestas y llevan al sector a un callejón sin salida. González es partidaria de recuperar un acuerdo que regía desde 2003 por el que la cofradía autorizaba a la agrupación a pagar y gestionar su propio servicio de vigilancia. Leyenda, en cambio, cree que solo el pósito está legitimado por ley para contratarlo y que, por tanto, debe asumir su control.

"Hay un reglamento y un plan de explotación que establecen el abono a la cofradía de una cuota [de 30 euros al mes] por parte de los percebeiros para costear este servicio y todos, parece que a excepción de su directiva, están de acuerdo en pagar", declaró el patrón mayor al término de la reunión en Santiago, para agregar que "si la cofradía lo contrata es su responsabilidad gestionarlo".

Leyenda se mostró además descontento por la "inacción" de la consellería ante un problema que aboca al sector a desaparecer en Baiona por la acción de los furtivos, que esquilman el recurso. Además dvierte: "A estas alturas no se puede pretender que vayamos abrazados a la agrupación, solo esperamos que la consellería cumpla la ley".

La perspectiva sobre el problema que aporta la presidenta de la agrupación es bien distinta. Advierte que estarían dispuestos a ceder la gestión al cabildo solo si la cuota y la vigilancia del furtivismo se universalizase a todos los sectores de la cofradía, "pero el patrón mayor incumpliría las promesas que hizo para ganar las elecciones y eso no le conviene", apunta, para agregar que a su juicio el hecho de que Leyenda no quiera ceder el control de la vigilancia se debe a que "no quiere que se combata a los furtivos".