Un severo toque de atención

El Alavés descubre las carencias que las buenas sensaciones habían camuflado en el discreto arranque de temporada del Celta

Rafa Benítez, entrenador del Celta.

Rafa Benítez, entrenador del Celta. / Toni Albir

Las buenas sensaciones y el convincente juego desplegado ante adversarios de tanto fuste como el Madrid o el Barcelona han camuflado las carencias que han acompañado el discreto arranque de temporada del Celta. La desconsoladora imagen ofrecida el pasado jueves frente al Alavés las ha puesto abruptamente al descubierto, sembrando de dudas la hoja de ruta que Rafa Benítez parecía haber trazado con pulso firme desde la pretemporada.

Incluso para un equipo en construcción, como acostumbra a recordar el técnico, el actual Celta presenta indudables grietas: carece de gol, no acaba de defender bien pese a jugar con cinco defensas y no ha resuelto sus problemas en medio campo con un fichaje de calidad que mitigase la anunciada marcha de Gabri Veiga. Cumplidas siete jornadas, el cuadro celeste no ha logrado despegarse de los puestos de descenso, ha ganado y de forma agónica un solo partido y desconoce el triunfo en Balaídos, donde no ha conseguido marcar por sus propios medios y solo ha podido sumar, con mucha fortuna, un punto gracias a un ridículo autogol del contrario.

Persiste la falta de gol y comienzan a asomar grietas en la defensa de cinco

“Es una llamada de atención para que no nos durmamos”, advertía tras el choque contra los babazorros Benítez. “Tenemos que hacer autocrítica, del primero al último”, precisaba Iván Villar en referencia al mal desempeño general, al que no fue ajeno el pacato planteamiento del técnico madrileño. Es mucho lo que hay que mejorar, además de los resultados. Tanto los jugadores como el técnico son conscientes de ello.

Esquema inflexible

Desde el segundo tiempo del partido contra la Real Sociedad, el Celta juega con esquema de cinco defensas que no ha servido de momento para cumplir con el objetivo de reducir de forma drástica el alto número de goles en contra que el conjunto celeste venía recibiendo en las últimas temporadas. Apenas dos menos contabiliza el equipo vigués de los que llevaba el pasado curso a estas alturas de competición. Con el madrileño, el Celta viene encajando un promedio de 1,5 tantos por choque, mayor que la media conjunta que presentaron Coudet y Carvalhal (1,39).

La idea inicial de Benítez era desplegar una línea de cuatro defensas (bien un 4-4-2 o un 4-2-3-1) como dibujo de cabecera. Así lo ensayó durante la pretemporada, pero con LaLiga en marcha no tardó en rectificar y la mejoría experimentada contra la Real Sociedad lo convenció de modificar su plan inicial. Con ligeras variantes de piezas, no se ha movido de este esquema, independientemente del rival o el escenario, con buen nivel futbolístico frente a rivales sobre el papel más poderosos pero pobres prestaciones goleadoras y errores defensivos con el choque avanzado que han costados caros.

Gracias a una buena interpretación del contragolpe, el Celta ha dado un buen nivel frente a rivales propositivos, pero le ha costado más salir adelante cuando el rival le ha jugado con sus propias armas. Frente al Alavés, un recién ascendido sin grandes recursos, Rafa Benítez se mostró inflexible con el esquema, a pesar de los evidentes problemas que su equipo tuvo para llegar al área rival y la facilidad con que el equipo vasco le llegó por los costados. Ni un solo lanzamiento entre los tres palos ejecutó el Celta, que apenas lanzó un par de veces contra el portal de Sivera. El hecho de defender de principio a fin con línea de cinco hombres no impidió a un equipo que no va sobrado de gol y que de hecho no había marcado fuera de casa lanzar en 21 ocasiones (11 de ellas entre palos) contra el portal de Iván Villar.

Pobre pegada

Más allá de Aspas, el Celta carece de gol y la sequía que desde hace más de seis meses viene arrastrando el veterano astro céltico incrementa un problema que el pasado curso el equipo solucionó en buena parte gracias a Gabri Veiga.

Con Iago más retrasado debido a la necesidad de canalizar el juego de ataque por la ausencia de centrocampistas ofensivos que puedan ejercer de enlace con los delanteros, el problema, si cabe, se agrava.

Ha faltado puntería y últimamente llegada, con poca participación de jugadores que debían dar un plus, como Carles Pérez, y escasas oportunidades para Miguel Rodríguez. El esquema de juego no ha resuelto el problema y ha restado atacantes a la ecuación. Douvikas y Larsen tampoco han jugado juntos ni han coincidido en el campo con Aspas.

Sin porterías a cero

El hecho de defender con cinco defensas no ha impedido que el Celta haya recibido goles en todos los partidos, con el agravante de que la mayor parte de ellos han llegado en los últimos 20 minutos de partido.

El Barcelona remontó en menos de 8 minutos una desventaja de 2 goles dando la vuelta a un partido que parecía ya en el bolsillo y el Almería solo necesitó de 14 para neutralizar la renta de dos tantos que los de Benítez se habían llevado al descanso.

Cuando ha marcado primero, el Celta no ha sido capaz de conservar su ventaja y rara vez ha logrado neutralizar su desventaja cuando ha sido el contrario el que ha golpeado en primer lugar. Solo en el Reale Arena empató el Celta un partido que comenzó perdiendo. Hay que agregar a todo ello un problema de falta de concentración o de oficio para manejar los finales de partido que le ha llevado a encajar siete de sus once goles en los últimos 20 minutos de partido.

Cambios ineficaces

Con toda su experiencia y savoir faire, Benítez no ha logrado sacarle por el momento partido a los cambios. Salvo en el cambio de Swedberg, autor del tanto de la victoria en Almería, el técnico celeste rara vez ha conseguido mejorar el juego del equipo desde el banquillo y en más de una ocasión, sin ir más lejos en Montjuic o este último jueves, no ha interpretado correctamente lo que requería el partido. Los cambios se han realizado casi siempre hombre por hombre, sin influir en el esquema, que a excepción del partido de San Sebastián no se ha movido.

Improductivo como local

El apoyo incondicional del celtismo no ha tenido correspondencia por el equipo, que firma con Benítez el peor arranque de su historia como local. Los celestes han sumado como locales 1 solo punto de 12 posibles gracias a un grotesco gol en propia meta del rival.

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