KEVIN VÁZQUEZ, JUGADOR DEL CELTA Y ESTUDIANTE DE QUÍMICAS

"Lo que más me mueve es la enología; de momento solo sé hacer vino con mi padre en casa"

Estudiante de Químicas en la UVigo, Kevin Vázquez protagoniza este reportaje en el que el defensa del Celta muestra su lado más personal

"Lo que más me mueve es la enología; de momento solo sé hacer vino con mi padre en casa"

Marta Clavero

Marta Clavero

Kevin Vázquez Comesaña (Nigrán, 23 de marzo de 1993) forma parte de esa nómina de futbolistas que concilia los estudios con su profesión. Un perfil, la del lateral diestro del Celta, que encaja como referencia para la universidad donde estudia, -y en general para toda la juventud- y de ahí que en la UVigo hayan elegido al nigranés para protagonizar un reportaje audiovisual con el fin de promocionar entre los estudiantes de sus campus el movimiento 'Muver'.

Se trata de un programa que pretende inculcar el deporte y los hábitos saludables entre los universitarios que pueden beneficiarse de ventajas y facilidades para compaginar esa práctica en equipos federados y en las instalaciones de la Universidad con su formación estudiantil.

En este corto documental de siete minutos y medio, las cámaras se trasladan a los laboratorios de la facultad de Químicas donde Kevin hace sus prácticas como futuro profesional de bata y probeta. La entrevista nos permite conocer el lado más personal de uno de los canteranos más desconocidos del primer equipo. Así, explica cómo reparte su día a día entre el balón y los apuntes. Reconoce que el tiempo es el gran sacrificado en su vida, en la que no solo intenta dejar espacio para estar con su familia, con su pareja y sus amigos, una agenda que completa con el curso de entrenador y con sus sesiones como técnico de un equipo alevín, dos tardes a la semana.

En definitiva, todo un ejemplo de constancia y dedicación de un chaval que llegó al Celta juvenil procedente del Areosa, para debutar con 16 años vistiendo la camiseta del Celta B. Un día que recuerda con especial ilusión: "Dos minutos jugué en Ipurúa contra el Eibar; entré en el campo con 2-2, y en ese minuto nos metieron el 3-2; es egoista decirlo, pero yo salí de allí con una sonrisa de oreja a oreja; en el vestuario, todos cabreados y tristes por perder, pero yo, en ese momento era el hombre más feliz del mundo".

Su debut con el primer equipo tardó en llegar. Tenía 25 años, y en este tiempo ha estado siempre a la sombra del capitán Hugo Mallo, aunque sin queja, siempre trabajando como el que más y cumpliendo cuando le ha tocado salir al terreno de juego, algo que en las últimas jornadas ha podido disfrutar un poco más.

Sobre sus estudios de Química, el canterano querría enfocar su profesión hacia la enología: "aún no conozco casi nada del tema, solo de hacer vino con mi padre en casa, pero me gustaría acabar la carrera y ver algún máster que esté enfocado a eso", confiesa Kevin quien, de cumplir sus sueños, en un futuro podría seguir pisando el campo de fútbol, pasando de jugador a entrenador, y el de viñedos, en este caso, como enólogo.