Fue la gran novedad en el once del Celta y realizó un excelente trabajo hasta que dos tarjetas amarillas en cinco minutos, en torno a la hora de partido, acabaron con Pape Cheikh expulsado en la jornada que se estrenaba como titular. La ausencia del joven centrocampista senegalés la aprovechó entonces Martín Odegaard para sacar a relucir el talento que le llevó a la elección de jugador más valioso de LaLiga en el mes de septiembre. El noruego, ya sin la vigilancia de Pape Cheikh, pudo asistir a Isak para que el sueco anotase en los minutos finales el gol del triunfo de la Real Sociedad en Balaídos, en un partido muy igualado en el que el Celta generó las ocasiones más claras de gol.

Para el senegalés fue un estreno de titularidad amargo porque su tercera falta durante el partido fue sancionada por el colegiado con una tarjeta amarilla muy rigurosa, como subrayó más tarde su entrenador, Fran Escribá. Odegaard se vio así favorecido por la rigurosidad del colegiado para dejar a su marcador a una cartulina de la expulsión, que llegó cinco minutos después, en el 65. El céltico llegó tarde a la disputa del balón y derribó a un rival.

Hasta entonces, Pape Cheikh, que ayer suplió a Okay Yokuslu como pivote, fue un muro de contención contra un rival que buscaba combinaciones en corto y por dentro para llegar al área de Rubén o encontrar buenas posiciones de disparo.

La víspera del partido ante la Real Sociedad, Escribá reclamaba más agresividad e intensidad a su equipo y Pape cumplió con el cometido del entrenador desde el primer minuto. El mediocentro, sin embargo, tardó casi media hora en cometer la primera infracción. Fue a Merino. Entonces, el Celta ya acumulaba 7 infracciones. En el minuto 20 de juego cometía la quinta infracción, el mismo número con que completó su gris partido en Mendizorroza.

Con Pape en el campo, el Celta se mostró ayer más contundente y agreviso en la presión para evitar que jugadores de talento como Oyarzabal, el citado Odegaard o Portu encontrasen espacios para generar ocasiones de peligro ante la portería de Rubén Blanco.

Pero como viene ocurriendo en este año 2019, algunos de los debutantes en el once del Celta no acaban el partido por expulsión. Primero le ocurrió al holandés Wesley Hoedt en su estreno ante el Valladolid. Tampoco estuvo afortunado Ryad Boudebouz en su primera aparición como celeste. El argelino vio la roja directa en el partido ante el Levante en el minuto 50. Aunque la palma se la llevó Jorge Sáenz en su primera aparición como celeste. A los diez minutos se llevó la máxima penalización por pisar el tendón de Aquiles a Soldado, del Granada. Ayer, el desafortunado fue Pape Cheikh, que se pierde el partido del miércoles ante el Betis.