La plaga de medusas velero se adentra en la ría de Arousa

Fueron descubiertas ayer aboyadas como una manta en la zona de bateas próxima al muelle de O Cantiño, en A Illa

Un grupo de medusas velero roza una cuerda de batea en A Illa. |

Un grupo de medusas velero roza una cuerda de batea en A Illa. | / A. G.

A. G.

Los constantes temporales que está sufriendo la costa gallega desde el invierno podrían estar detrás de la llegada de miles de medusas velero que, en zonas como Carnota, Muros o Cangas, ya han arribado a las playas. En la ría de Arousa no existía constancia de su llegada hasta el día de ayer, cuando los bateeiros que trabajaban en los parques de cultivo próximos al muelle de O Xufre, se encontraron con varios mantos de estas medusas, una circunstancia que no les pasó para nada desapercibida, al tratarse de una especie que no es habitual por estas zonas.

Además de su intenso color azul y su llegada en forma de manta por la superficie del mar, lo que más alerta de la presencia de este hidrozoo es su intenso olor a podrido, algo que permite descubrirlo mucho antes de hacerse patente sobre la superficie del mar.

Con una morfología similar a la de la temida carabela portuguesa, su tamaño es mucho menor, y lo más importante, su veneno es inofensivo para los seres humanos al no contar con células aguijón, por eso no pueden traspasar la piel de los seres humanos.

Es previsible que, en los próximos días, comience a localizarse en playas de toda la ría de Arousa, como ya ha ocurrido en otros puntos de Galicia. La medusa velero, o velella velella, acostumbra a flotar en la superficie del agua y está formada por una especie de flotador rectangular u ovalado que presenta una vela más o menos triangular en su parte superior, contando con un intenso color azul que la hace resaltar por encima del agua del mar cuando llega flotando en superficie.

Sin ser extraña, su presencia en aguas gallegas no es tan habitual, tal y como reconocían ayer los bateeiros que se encontraron con ellas. No en vano, han sido localizadas en toda la costa atlántica y mediterránea en los últimos años, especialmente tras ser arrastradas por la corriente hasta los arenales, pero donde acostumbran a provocar verdaderos problemas es en lugares como la costa oeste de Estados Unidos, lugar habitualmente invadido por millones de ellas y que, incluso, los vecinos de la zona llegan a calificar el fenómeno natural como la “marea púrpura”.

Suele vivir en aguas cálidas y templadas, lejos de la costa y sus pequeñas velas ayudan a distribuirlas usando la fuerza del viento. Sin embargo, debido a que solo navegan a sotavento o en un ligero ángulo con el viento, a menudo son arrastrados a tierra en grandes cantidades, tal y como ha ocurrido con la sucesión de temporales que se ha registrado en Galicia, con vientos fuertes e intensos del sur que acabaron distribuyendo esta especie por todo el litoral.

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