La creciente concienciación social refuerza la lucha contra la basura marina en la ría
Son cada vez más los ciudadanos que cuando pasean por las playas retiran residuos
Un hombre saca de la arena viejos aparejos aparecidos en la playa de A Lanzada. | // M. MÉNDEZ / Manuel Méndez
La creciente concienciación medioambiental de la sociedad contribuye a reforzar la lucha contra la basura marina a lo largo y ancho de las comarcas de O Salnés y Barbanza.
Como puede constatarse con cierta facilidad al caminar por la costa, cada vez hay más ciudadanos que cuando pasean por las playas no dudan en agacharse para, a su paso, ir retirando algunos de los residuos que el mar ha “escupido” sobre el litoral.
Basura que los paseantes sacaron de la playa de A Lanzada y depositaron en uno de sus accesos. / M. Méndez
Como se explicaba el lunes en FARO DE VIGO, el movimiento solidario generado en los últimos días para tratar de retirar las bolas de plástico vertidas al Atlántico por el mercante “Toconao”, permite a los voluntarios comprobar que la costa gallega está plagada de residuos.
Pero muchos se han percatado también de que en algunas playas se observan montones de desperdicios que suelen situarse fuera de la arena y lejos de la acción de las mareas.
Colaboración ciudadana
Que esos desperdicios aparezcan amontonados es, precisamente, el fruto de esa concienciación medioambiental antes referida, ya que quienes colaboran voluntariamente en la retirada de la basura marina o bien la introducen en algún contenedor o, en su defecto, la colocan en los accesos a los arenales, a la espera de que los servicios municipales de limpieza la recojan.
Residuos contaminantes en la playa de Testos, en el Concello de A Illa, ayer. / Noé Parga
Una acción que hace años llevó al Concello de O Grove, a propuesta del grupo municipal de Esquerda Unida, a instalar en alguna de sus playas grandes sacos de obra especialmente habilitados para depositar esa basura que el océano y los vientos empujan sobre la orilla.
Latas de refrescos, botes de cristal, plásticos y microplásticos, una gran cantidad de viejos aparejos de pesca, marisqueo y acuicultura, bastoncillos empleados en higiene personal, tapones y cuerdas son solo algunos de los desperdicios que a causa de la acción del ser humano acaban en el mar y que este devuelve a tierra con cada temporal o con la simple acción de las mareas.
Todo ello objetos ahora relegados a un segundo plano a causa de los pélets plásticos.
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