Los cibercacos no frenan a los consumidores gallegos

El robo de datos bancarios es el ciberdelito más común en Galicia

Siete de cada diez usuarios no renuncian a usar los servicios digitales

El 52% compartiría más datos personales a cambio de mayor protección

Una persona comprando online desde su teléfono móvil

Una persona comprando online desde su teléfono móvil / FDV

Internet se ha convertido en un inmenso mercado donde puede encontrarse cualquier cosa desde el salón de casa. La confianza en los establecimientos y sitios web es cada vez mayor y le hemos perdido el miedo a las transacciones online, por lo que cada vez demandamos más productos y servicios en línea. Según el “Estudio de Ecommerce 2023”, el 77% de los españoles usa internet como canal de compra, realizando una media de 3-4 compras al mes. De forma paralela al crecimiento del comercio electrónico, lo hacen los ciberdelitos, con ataques informáticos a empresas y particulares que se disparan en Navidad, una de las épocas de mayor consumo online del año. Cada vez más, los estafadores se hacen pasar por empresas de energía, mensajería, entidades bancarias, empresas de lotería e incluso parejas románticas para extraer dinero, datos personales o ambas cosas a sus víctimas.

Del mismo modo, la ciberdelincuencia preocupa y mucho a los internautas gallegos. De hecho, el 85% reconoce temer ser víctima de algún tipo de fraude digital. Éste es uno de los datos que aporta el estudio global “Faces of Fraud” (las caras del fraude), encargado por la compañía SAS de analytics e IA para conocer las tendencias clave del fraude contra los consumidores. Los resultados se basan en una muestra de 13.500 personas encuestadas, con una proporción del 50% de hombres y mujeres, procedentes de 16 países de Europa, Estados Unidos, Canadá, Brasil, Emiratos Árabes Unidos y Sudáfrica, y que contiene datos referentes a Galicia.

"Un alto porcentaje de consumidores ya es consciente de su exposición y del riesgo de ser atacado”

Según Manuel Rodríguez, mánager para Fraudes y Delitos Financieros en SAS, los consumidores gallegos son cada vez más conscientes de su exposición en la red. “Los ciberdelincuentes pueden recopilar multitud de información sobre nosotros y pueden atacarnos en cualquier momento, y un alto porcentaje de consumidores ya es consciente de su exposición y del riesgo de ser atacado”, afirma.

De hecho, el 85% de los gallegos está más preocupado que antes por la posibilidad de sufrir un ciberataque, especialmente desde la pandemia, cuando aumentó la digitalización de numerosos procesos, tanto en el ámbito laboral como en el personal. “Desde entonces, cada vez más gente realiza operaciones online y cada vez hay más gente que experimenta ella misma o en su entorno comportamientos sospechosos, lo que hace que aumente la percepción de riesgo y la preocupación”, afirma el experto de SAS.

De hecho, el estudio apunta que tres de cada diez (37%) gallegos han sufrido algún intento de ciberestafa en el último año y seis de cada diez creen haber sido víctimas de un ciberfraude en alguna ocasión.

El 85% de los gallegos teme ser víctima de algún tipo de fraude digital

Rodríguez detalla que el robo de datos bancarios se posiciona como el tipo de fraude más común en Galicia. Les siguen aquellos que pretenden engañar a los consumidores haciéndoles creer que han ganado algún tipo de premio económico y la sustracción de datos personales.

Los canales más utilizados por los ciberdelincuentes para realizar sus ataques y dirigirse a sus víctimas en la comunidad autónoma son los teléfonos móviles (75%), el correo electrónico (68%) y WhatsApp (45%).

El 37% de los consumidores gallegos no tiene claro las medidas que sus entidades financieras adoptan para protegerles del fraude u otro tipo de delitos, mientras que el 90% cambiaría de entidad financiera o aseguradora si los competidores le ofrecieran mejores medidas de seguridad.

El 85% de los gallegos está a favor de contar con más comprobaciones en sus transacciones y compras con el fin de conseguir una protección más efectiva. En este sentido, el 63% prefiere los métodos de autenticación como el reconocimiento facial frente a las contraseñas, el 72% está dispuesto a utilizar tecnología de biometría e IA para sentirse más protegido y el 53% compartiría más datos personales con la condición de que los proveedores puedan utilizar esa información para protegerlos.

A lo que no parecen estar dispuestos es a dejar de realizar procesos online: siete de cada diez consumidores gallegos planean seguir utilizando los servicios digitales en lugar de acudir presencialmente a las tiendas físicas, lo que constata que el comercio digital ha venido para quedarse.

Asimismo, el estudio muestra que el 87% de los consumidores gallegos considera que tanto las administraciones públicas como las entidades financieras y aseguradoras pueden hacer más para protegerlos.

Los grupos etarios más vulnerables son, por este orden, la generación Z (1994-2010) y la generación Y o milenials (1981-1993). “Están continuamente interactuando en las redes sociales, por lo que están muy expuestos a la ingeniería social, técnica que emplean los ciberdelincuentes para ganarse la confianza del usuario y conseguir que haga algo bajo su manipulación y engaño”, explica.

Los usuarios mayores no se encuentran entre los más expuestos al ciberfraude, según este estudio. “Nosotros lo interpretamos a otros comportamientos no digitales y a una mayor desconfianza del medio”, comenta Rodríguez.

datos del estudio

  • Ciberestafas en Galicia

    El 37% de los gallegos ha sufrido un intento de ciberestafa en el último año y un 60% cree haberlo sido en alguna ocasión.

  • Canales del ciberdelito

    El teléfono móvil, el correo electrónico y el WhartApp son los canales más habituales por los ciberdelincuentes.

  • Métodos de autentificación

    El 63% prefiere los métodos de autentificación como el reconocimiento facial a las contraseñas.

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Hace unas semanas, el Colegio Profesional de Ingeniería en Informática de Galicia (CPEIG) advertía del incremento de ciberestafas aprovechando esta temporada de grandes compras. Este organismo colegial recordaba que los ciberfraudes se presentan bajo la apariencia de ofertas muy atractivas, especialmente con campañas de phishing –un tipo de estafa con la que los ciberdelincuentes roban el nombre del usuario o su contraseña– e ingeniería social que llegan a través de SMS, WhatsApp y correo electrónico.

Para protegerse contra un ataque de phishing, en lugar de hacer clic en el enlace del correo electrónico, el consumidor debe ir directamente al sitio web de la empresa o marca e iniciar sesión desde ahí. Otra amenaza que se dispara en esta época es el smishing, una mezcla entre phishing y SMS en el que el usuario recibe un mensaje de texto que simula ser de una entidad de confianza, como una empresas de transporte, que le pide que haga una acción (llamar a un número, clicar en un enlace o hacer un micropago) para conseguir sus datos personales.

“Hay que desconfiar de mensajes que no sean lógicos e incluso de aquellos que sí lo parecen, y pensárnoslo dos veces antes de hacer cualquier acción como pinchar en un enlace. Debemos comprar en plataformas que den garantías y utilizar tarjetas de crédito exclusivas para comprar online para reducir el impacto en caso de ciberestafa”, recomendaba el presidente del CPEIG, Fernando Suárez.

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