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Coronavirus: un “efecto dominó” con fichas en Nochebuena, Nochevieja y Reyes

Alguien que se infectase hoy estaría en su punto máximo de contagiosidad en Fin de Año; y si lo hiciera el día 31, lo alcanzaría el 6 de enero | “Es una situación terrible”, advierten

El calendario de fiestas navideñas en España parece diseñado a medida del coronavirus SARS-CoV-2. Su periodo de incubación suele ser de entre 4 y 6 días –aunque puede prolongarse hasta 14, de ahí la duración de las cuarentenas–, por lo que estos días de encuentros, comidas y cenas familiares se podría producir un “efecto dominó” de contagios de nefastas consecuencias sobre la curva de casos, los ingresos hospitalarios y la mortalidad. Así, alguien que se contagie en la cena de esta noche podría ser asintomático, pero atravesar el periodo de máxima contagiosidad en Nochevieja. A su vez, quien se infecte el 31 de diciembre estaría en óptima disposición de contagiar el día de Reyes.

“Es una situación realmente alarmante y terrible”

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“Es una situación realmente alarmante y terrible”, confirma a FARO Sandra López León, doctorada en Epidemiología y Genética Molecular por la Universidad de Erasmus en Róterdam (Países Bajos). Explica que una persona expuesta al virus durante el día de hoy, 24 de diciembre, terminaría el periodo de incubación –de 4 a 6 días, típicamente– justo antes de Fin de Año. Además, el periodo de incubación puede prolongarse hasta 14 días, por lo que podría llegar hasta las celebraciones de Reyes (noche del 5 y día 6 de enero). Considerando que el periodo de infección se estima entre 8 y 10 días, ese contagiado el 24 de diciembre sería contagioso entre el 31 y el 2 de enero. “Para los que se contagian el 24 de diciembre y no tienen síntomas, pero sí transmiten el virus, el día más crítico es el 31 de diciembre –explica la epidemióloga de origen español–. Y para los que se contagien el 31, será el 6 de enero”.

  • “Lo peor que se podría hacer sería estar con un grupo en Navidad y luego con otro el 31”

    Sandra López León - Epidemióloga

A esta problemática línea temporal se añade lo que un miembro del comité clínico que asesora a la Xunta de Galicia definió el martes como “situación de alto riesgo” y “cóctel explosivo”: “Fiestas familiares, reuniones que pueden ser de no convivientes, de diferentes familias y diferentes contactos”, sumado a la hostelería, los movimientos poblacionales –permitidos para visitar a los familiares hasta las 23.00 horas de mañana– y el clima frío, que nos invita a reunirnos en espacios cerrados y a no abrir las ventanas, como recordaba el doctor Sergio Vázquez Estévez, del Hospital de Lugo.

Todas estas circunstancias, unidas a un nivel de circulación del virus nada desdeñable –la incidencia acumulada a 14 días en Galicia es de 178,96 casos por 100.000 habitantes, lejos de la cifra de 50 que se considera como umbral deseable–, aconsejan respetar las recomendaciones de las autoridades sanitarias y de los científicos: optar por el minimalismo y ceñirse al grupo de convivientes. “Lo que tienen que hacer las personas es celebrarlo con la gente con la que viven –recalca la epidemióloga Sandra López León–. Lo peor que se podría hacer sería estar con un grupo en Navidad y luego con otro grupo el día 31”.

Esta científica afincada en Nueva York conoce de primera mano el pronunciado pico de contagios que se ha producido en Estados Unidos después del día de Acción de Gracias, celebrado el pasado 26 de noviembre, y en el que, como es tradicional, se produjeron millones de desplazamientos para celebrar la cena del pavo con amigos y familiares. El país norteamericano lleva un par de semanas con cifras cercanas a los 200.000 contagios y 3.000 muertos por COVID-19 diarios, y con récord de hospitalizados por esta enfermedad: más de 117.000.

Mantener las “burbujas” de convivientes es esencial

El doctor José Miguel Gaona advertía el pasado 18 de diciembre en el canal de YouTube Milenio Live sobre este “efecto dominó” que dejará en enero consecuencias incalculables. “Se van a ir solapando los contagios –advirtió–. Es lo que sucedió después del puente de la Constitución, se va a unir en un efecto de fichas de dominó: la siguiente será más grande ya. Habrá miles de contagiados en Nochebuena que expresarán su enfermedad el 5 de enero, diez o quince días después, pero muchos coincidirán en Nochevieja o Año Nuevo, que a su vez se contagiarán y coincidirán con los de Reyes, que es justo una semana después...”.

En el mismo espacio, el médico gallego Tomás Camacho, especialista en análisis clínicos, criticaba la obsesión por reunirse “un montón de gente” y por hacerse antes una PCR, “como si estas pruebas fuesen un fin y no un medio, y como si esta fuera a ser la única Navidad”.

“Los tiempos entre infecciones de este virus parecen hechos a medida”, advierte en su perfil de Twitter el físico y profesor de la Universidad de Zaragoza Jesús Gómez-Gardeñes. “Los contagiados en Navidad serán contagiadores en Nochevieja, y los contagiados el 31 infectarán en Reyes. Por favor, si os juntáis, evitad mezclas entre celebraciones. En la variedad está el peligro”, subraya este científico, investigador de ciencia de sistemas complejos.

La semana pasada, el epidemiólogo gallego Juan Gestal, epidemiólogo y profesor emérito de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Santiago, advertía en FARO del peligro de esta “sucesión de eventos” potencialmente de supertransmisión: Nochebuena, Navidad, Fin de Año, Año Nuevo y Reyes, con fiestas, reuniones familiares y aglomeraciones. Es terreno abonado para los supercontagiadores, “personas con una carga viral muy alta que contagian y son responsables de los brotes más explosivos”, explicaba el experto.

La mayoría de los científicos están seguros de que llegará una tercera ola, aunque su intensidad depende de todos nosotros. Las burbujas de convivientes, en lugar de las tradicionales del cava, deberán ser la norma estas Navidades.

HUGO BARREIRO | Pincha en en la imagen para ampliar

Llegan días de frío intenso y seco: otro ingrediente para la tormenta perfecta

Por si fuera poco el peligro que presentan estas fiestas navideñas para la propagación del COVID-19, la climatología tampoco ayudará. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) anunció ayer que un ambiente muy frío y seco, de pleno invierno, marcará la Nochebuena y el día de Navidad. Llega una masa de aire polar que dejará heladas nocturnas generalizadas en el interior y nieve en cotas superiores a 500 metros. En Galicia, se estima que las temperaturas se desplomarán entre 6 y 9 grados. Precisamente las bajas temperaturas y el ambiente seco favorecen la transmisión del coronavirus SARS-CoV-2.

“La razón por la que van a subir los casos, además de que se reúnen las personas, también es que el virus sobrevive más tiempo en temperaturas bajas y le gusta el frío”, explica la epidemióloga Sandra López León.

Su opinión está en consonancia con lo apuntado la semana pasada por su colega gallego Juan Gestal: “Hace más frío, por lo que nos disminuyen las defensas de los epitelios, y la humedad relativa más baja favorece la formación de aerosoles, lo que facilitará la transmisión del virus”, afirmó el epidemiólogo y profesor emérito de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Santiago.

Ya no es solo que el frío nos empuje a permanecer mucho tiempo en interiores. Las bajas temperaturas propician la transmisión, como indican los múltiples brotes surgidos en factorías de procesamiento de carne. Y los ambientes secos también favorecen la propagación. Es un efecto ya conocido en otros virus: la menor humedad absoluta de los meses invernales, junto con el hacinamiento por el frío, es uno de los principales desencadenantes de las epidemias anuales de gripe, como ha señalado el virólogo Raúl Ortiz de Lejarazu, director del Centro Nacional de Gripe de Valladolid.

En una entrevista con FARO, el profesor de Química de la Universidad de Colorado (EE UU) José Luis Jiménez citó un estudio estadounidense que demuestra que este coronavirus se mantiene en condiciones óptimas de infecciosidad a baja y a alta humedad. A una humedad intermedia, entre el 40% y el 60%, el SARS-CoV-2 pierde infectividad más rápido. Además, la baja humedad reduce las defensas de nuestro sistema respiratorio: los cilios que limpian los gérmenes que se depositan en nuestro sistema respiratorio funcionan peor.

La difícil cena de Nochebuena perfecta

Las minuciosas recomendaciones para evitar contagios en los encuentros familiares navideños pueden resumirse en una sola: en lo posible deben aplazarse o hacerse virtuales

A distancia, con mascarilla salvo en el momento de llevarse la comida o la bebida a la boca, con las ventanas abiertas, sin música o televisión alta, rápida y con pocos comensales. Las citas familiares estas N+avidades, marcadas por la pandemia, cuentan con unas recomendaciones que, a la postre, transmiten un único mensaje: si puedes, evítalas. Esta información, avalada por las autoridades sanitarias, sirve para planificar unos encuentros familiares de bajo riesgo de contagio.

Si puedes, aplázalo.

Se recomienda evaluar si el encuentro familiar es esencial y si no podría posponerse o realizarse de otro modo. Por ejemplo, mediante “interacciones virtuales” o planteándolo al aire libre, en un jardín o espacio que pueda estar bien ventilado.

Cuantos menos, mejor.

La Xunta recomienda reuniones formadas únicamente por personas de una misma unidad familiar. En este escenario no hay límite en el número de personas que se pueden reunir. Si no hay más remedio que reunirse dos unidades familiares, el límite de asistentes que establece Sanidade es de 10, según lo acordado entre el Gobierno central y los autonómicos. Si son más de dos unidades familiares las que se reúnen, el límite es de 6 adultos y 4 niños de no más de 10 años. Existiendo aún circulación de virus, un principio básico sería: menos es más, menos personas supone siempre más seguridad. Esta recomendación no se limita a las cenas y comidas, sino a todas las interacciones. Es decir, no es recomendable pasar la Navidad con los padres y la Nochevieja con los suegros.

Hay que ventilar y llevar mascarilla salvo en el momento mismo de la ingestión

Si hay mayores o personas enfermas, doble precaución. Aunque se tomen todas las precauciones, un encuentro en un espacio interior, con ventilación insuficiente y con momentos en que no se utilicen las mascarillas va a suponer un riesgo para las personas con enfermedades o vulnerables. También eso debe tenerse en cuenta si hay personas que trabajan en el cuidado de enfermos o mayores.

Ante el menor síntoma, aíslate.

Unas décimas de fiebre deben llevar a la decisión de anular cualquier cita familiar navideña. Si se presentan síntomas compatibles con la enfermedad, o contacto con una persona confirmada como contagiada, hay que ponerse en contacto con el centro de salud, anular toda cita y aislarse o someterse a cuarentena.

Planifica bien los encuentros y siempre con buena ventilación.

Hay que dedicar tiempo a evaluar la seguridad de nuestras citas navideñas. “Todas las personas que participen deben sentirse cómodas y asumir las medidas de protección”, resaltan las autoridades sanitarias. Además, reiteran que si se juntan dos grupos de personas no convivientes, hay que extremar precauciones: distancia, ventilación adecuada, mascarilla mientras no se coma y no se beba, y rigurosa higiene de manos. Una vez más, si esas condiciones no se cumplen, se debe valorar anular la cita familiar. Además, es recomendable no tener de fondo música o la televisión, ya que eso nos obliga a elevar el tono de voz y permite que haya más expulsión de aerosoles que pueden llevar virus. También hay que evitar fumar.

Hay que prepararse limitando la vida social 15 días antes.

Las autoridades sanitarias y los científicos resaltan que es importante prepararse dos semanas antes de las celebraciones, ya que el riesgo será menor si se evitan contactos y situaciones que puedan dar pie a contagios previos que terminen infectando a nuestra familia. Es importante, resaltan, respetar nuestra “burbuja social”. Encontrarnos con el mismo grupo de personas dos veces en una semana tiene menos riesgo que encontrarse con dos grupos diferentes en ese mismo periodo.

  • No abraces; pero si lo haces, contén la respiración

    Todos sabemos que hay que evitar los abrazos. Sin embargo, habrá quien no podrá contenerse, sobre todo si lleva meses sin ver a sus padres o hijos. Si esto ocurre, el científico José Luis Jiménez, eminencia mundial en aerosoles de la Universidad de Colorado (EE UU) aconseja contener la respiración en el momento del abrazo. Jiménez recomienda también los purificadores de aire con filtro HEPA, aunque subrayando que no deben sustituir a las otras medidas: distancia, mascarilla, ventilación e higiene.

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