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Covid-19 y humedad: en el término medio está la virtud

El virus mantiene muy bien su infectividad a baja y alta concentración de vapor de agua | Lo ideal sería mantenerla entre el 40% y el 60%

Sabemos que a temperaturas más altas se reduce la transmisión del coronavirus, aunque eso no impidió que España comenzase la segunda ola del Covid-19 en pleno verano. Pero ¿influye la humedad?

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La pregunta no es gratuita. Con el virus de la gripe ocurre que, a mayor humedad, se transmite peor. “La menor humedad absoluta de los meses invernales, junto con el hacinamiento, por el frío, es uno de los principales desencadenantes de epidemias las epidemias anuales”, ha señalado el virólogo Raúl Ortiz de Lejarazu, director del Centro Nacional de Gripe de Valladolid. Los estudios realizados sobre la incidencia de la humedad en la transmisión del SARS-CoV-2 apuntan a que los ambientes secos y fríos favorecen la propagación de este patógeno. De ahí, por ejemplo, que se hayan registrado numerosos brotes en plantas de procesamiento de carne. En esto coincide un metaestudio de científicos de la Universidad de Pará, en Brasil, que revisó 517 artículos sobre el tema.

“La menor humedad absoluta de los meses invernales, junto con el hacinamiento, por el frío, es uno de los principales desencadenantes de epidemias las epidemias anuales”

Raúl Ortiz de Lejarazu - Virólogo

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El mes pasado, un estudio de la Universidad de Kobe (Japón) que utilizó simulaciones con una supercomputadora, concluyó que la humedad produce un gran efecto en la dispersión de las partículas víricas, y que el riesgo se dispara en los ambientes interiores secos típicos del invierno. Son las condiciones que se producen, por ejemplo, en centros comerciales donde se pone muy alta la calefacción y el aire se vuelve muy seco, lo que ha contribuido siempre al contagio de la gripe.

Simulación de propagación de aerosoles por la Universidad de Kobe, en Japón U. KOBE

Entonces, ¿debemos fomentar que haya altos niveles de humedad? La respuesta corta es que no. “La humedad tiene influencia en el contagio, pero es un poco complejo, porque tiene forma de U”, matiza a FARO José Luis Jiménez, profesor de Química de la Universidad de Colorado (EE UU) y uno de los mayores expertos mundiales en aerosoles. Jiménez explica que para los virus envueltos en lípidos, como el influenza de la gripe y el SARS-CoV-2 del Covid-19, hay un estudio preliminar –en el que participa su compañera de investigación Linsey Marr, profesora de Ingeniería Civil y Ambiental en la Universidad Virginia Tech (EE UU)– que dibuja una “U” en la gráfica que describe este efecto. Es decir: estos virus se mantienen infecciosos muy bien a baja humedad y a alta humedad. A una humedad intermedia, entre el 40% y el 60%, el virus pierde infectividad más rápido. “Cuando se dice que hay que deshumidificar, depende: si estás al 90% de humedad y deshumidificas al 60%, esto produce un beneficio. Pero si estás al 60% y deshumidificas hasta el 20%, estás aumentando la infectividad”, apunta José Luis Jiménez. “He firmado un manifiesto que reclama mantener la humedad entre el 40% y el 60%. Pero esto me parece secundario, porque es más fácil y más barato quitar el virus del aire completamente, ventilando o con un filtro, que tratar de humidificar”, precisa el científico. En Galicia, dada la alta humedad existente en el ambiente exterior, al abrir las ventanas logramos un doble beneficio: uno principal, que es diluir con aire nuevo la concentración de aire exhalado y potencialmente infectivo; y otro secundario, aumentar la humedad en la sala.

“Es más fácil y más barato quitar el virus del aire completamente, ventilando o con un filtro, que tratar de humidificar”

José Luis Jiménez - Profesor de Química de la Universidad de Colorado

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Una humedad muy reducida perjudica también nuestras mucosas y otras barreras primarias de defensa contra los virus. “La baja humedad hace que nuestro sistema respiratorio se defienda peor: los cilios [pulmonares] del sistema respiratorio que limpian lo que se deposita funcionan peor”, añade Jiménez.

Por tanto, si usted vive en una ciudad costera o en general en un medio ambiente húmedo, no necesita comprar un humidificador ni un deshumidificador contra el Covid-19. Simplemente abra las ventanas y ventile la casa.

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