El “elixir” de Mourente que sabe a gloria

La 32 edición de la Festa do Caldo Galego reparte más de 3.000 platos

Vecinos disfrutando del cocido y del caldo

Vecinos disfrutando del cocido y del caldo / Gustavo Santos

Gala Dacosta

Más de 3.000 raciones de caldo y cocido se sirvieron en la XXXII Festa do Caldo Galego de Mourente, declarada de interés turístico gallego hace ya seis años y la cita gastronómica más destacada del municipio. Tal y como rezaba en los carteles de este año, “O que queira caldo quente, que pase por Mourente!.

Y vaya si hubo caldo: el presidente de la Asociación de Veciños O Castro de Mourente, Santiago Laya, detalló que se necesitaron 200 kilos de ternera, 180 de morro, 180 de panceta, 95 de lacón, 700 manojos de grelos y 1.800 chorizos para elaborar el famoso manjar. Se trata, más o menos, de la misma cantidad empleada en la pasada edición de la fiesta.

Comensales en las mesas de la carpa de Monte Porreiro en plena hora punta.  | // GUSTAVO SANTOS

Vecinas sirviendo el "elixir" / Gustavo Santos

Mucho antes del pregón a cargo de la humorista Leti da Taberna, ya había colas de gente ansiosa por el manjar. Apenas pasaba el mediodía y ya había hambre, o más bien ganas de comer, que no son la misma cosa.

Leti da Taberna fue la pregonera.   | // GUSTAVO SANTOS

Leti da Taberna fue la pregonera. | // GUSTAVO SANTOS / Gala Dacosta

Como tuvo a bien señalar la comediante, la fiesta guarda semejanzas con Lalín “con la diferencia de que allí escurrieron el caldo, mientras que nosotros tenemos dos platos”. Se refería, claro está, al caldo y al cocido, que también se servía en platos de barro a precios populares.

El frío polar que reinó en Mourente, y en toda la comarca, acentuaba la sensación de bienestar que causaba el tradicional plato gallego, un “elixir” contra el frío que bien podría ser declarado de paso el plato de concordia: en el escenario convivieron representantes de distintos grupos de la política local, así como en el resto de la carpa, y a buen cobijo de la lluvia, los vecinos y visitantes compartieron calor y buen ambiente.

Se necesitaron 200 kilos de ternera, 180 de morro, 180 de panceta, 95 de lacón, 700 manojos de grelos y 1.800 chorizos

En palabras del alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores, que fue el encargado de cerrar las intervenciones de las distintas autoridades allí presentes, “las mujeres y los hombres que están ahí dentro llevan días trabajando y esta es la comida más importante que tiene el país, porque aprovecha todos los recursos que tenemos y tiene de todo. Quitó el hambre a mucha gente”. También intervinieron el concejal popular y vicepresidente de la Diputación Rafa Domínguez y la concejala nacionalista Eva Vilaverde, recién nombrados por la Orde do Caldo.

Pontevedra. Festa do Caldo de Mourente.

Los vecinos entre fogones / Gustavo Santos

Efectivamente, lejos del escenario, por el que pasaron además algunos de los recién nombrados cofrades del caldo de Mourente (las concejalas Eva Vilaverde y María Xosé Abilleira; el presidente y vicepresidente de la Diputación, Luis López y Rafa Domínguez; el presidente de APE Galicia, José Ramón Caldas; y el general jefe de la Brilat, Alfonso Pardo), los más atareados estaban dentro de la asociación vecinal, donde se preparaba y se servía la tan esperada comida.

A continuación, después de suficientes turnos de palabra, llegó el momento de las actuaciones musicales. Ya que el evento iba más allá de las fronteras del país, estuvo amenizado por la charanga portuguesa Penafiel e Lagares, así como las gallegas A Cabeza non Para, Os Trazantes de Tenorio, la Coral Voces Amigas de Mourente, Los Alegres de Mourente y, por último, O Son do Bao.

Comensales disfrutando del caldo

Comensales disfrutando del caldo / Gustavo Santos

Una cita popular “para que la gente disfrute”

Además de los varios miles de personas que se pasaron por la carpa instalada en Os Areás, decenas de vecinos ayudaron en la organización del evento en Mourente. Se trata de una cita de carácter popular que es posible y tiene sentido gracias a los vecinos. La preparación para una celebración de tal magnitud y también tan querida por los vecinos no fue una cosa de la noche a la mañana, sino que llevaban muchos días preparando todo, como los vecinos explican: “Llevamos semanas lavando las carnes del caldo”.

Algunos de los encargados de amenizar la fiesta con su música

Algunos de los encargados de amenizar la fiesta con su música / Gustavo Santos

Lo corrobora Lola, una de esas personas que pasó el domingo entre fogones y detrás de la barra repartiendo el sabroso plato típico. “Es una fiesta de mucho trabajo y de mucha gente, pero todos somos vecinos y no cobramos nada a nadie y la fiesta se hace para que la gente disfrute. Hace unos cuatro años este caldo llegó a Argentina y a Venezuela. Vinieron con una cazuela, lo congelaron y lo enviaron allá unos argentinos que andaban por aquí”, relató esta vecina.