Churrasquería con estrella

El nuevo proyecto de Pepe Vieira arranca con listas de espera

“Hace 23 años que abrí mi primer restaurante y sigo teniendo un nudo en el estómago”, reconoce el chef

“Es emocionante, tengo la sensaación de poner el kilómetro a cero, como si fuese la primera vez”, reconocía el chef Pepe Vieira una hora antes de recibir a los primeros comensales en su nuevo proyecto gastronómico, la churrasquería Varela, ubicada en la antigua ferretería de la plaza de Curros Enríquez, de la que hereda el nombre.

No es lo único. Los primeros que realizaron reservas también se encontraron otros giños al pasado como los archivadores o la antigua caja fuerte, ahora reservados a los vinos. Con ellos, el polipasto que se usó en su día para trasladar el material pesado,los cajones de la tornillería y madera reconvertidos en vajilleros y cuberteros o las tulipas, que en esta nueva andadura alumbran las mesas.

Una imagen del restaurante, ubicado en la plaza de Curros Enríquez.

Una imagen del restaurante, ubicado en la plaza de Curros Enríquez. / Rafa Vázquez

Del histórico edificio se reservan para el público las dos primeras plantas (cada una con capacidad para unos 100 comensales) y el entresuelo, donde se sitúa la cocina, en la que trabajan entre 10 y 12 profesionales. A ellos se suman otros tantos en las salas, de modo que la empresa espera movilizar en sus jornadas punta a cerca de una treintena de trabajadores.

Un grill para aves o un horno de leña para pizzas, entre los equipamientos de la cocina, que preparará sobre todo carnes y pescados a la brasa.

Un grill para aves o un horno de leña para pizzas, entre los equipamientos de la cocina, que preparará sobre todo carnes y pescados a la brasa. / Rafa Vázquez

Al frente se sitúa el jefe de sala, Jacobo Cabanelos, que dio la bienvenida a los 30 primeros comensales que recibió el local a la hora del almuerzo y a los que se sumaron otros tantos durante la cena. La jornada, explica, “se vive con nervios”, después de unos últimos días que “han sido no diría que caóticos pero sí que con mucha presión”.

Del histórico edificio se reservan para el público las dos primeras plantas (cada una con capacidad para unos 100 comensales) y el entresuelo, donde se sitúa la cocina, en la que trabajan entre 10 y 12 profesionales. A ellos se suman otros tantos en las salas

Varela Churrasquería cuenta con lista de espera para sus próximos servicios. El jefe de sala destaca que “estamos empezando poco a poco, con reservas limitadas” a esos 60 comensales por día. En adelante, la idea es ir ampliando los cupos de modo escalonado.

La bodega arranca con 200 unidades y unas 80 referencias.

La bodega arranca con 200 unidades y unas 80 referencias. / Rafa Vázquez

Carnes y pescados cocinados a la brasa, pizzas preparadas en un horno de leña o aves asadas en el grill son algunas de las propuestas de la carta. Se completa con una extensa bodega que arranca con 200 unidades de unas 80 referencias que “irán aumentando”, señalan desde el restaurante.

Una vista de la planta baja del local.

Una vista de la planta baja del local. / Rafa Vázquez

Éste cuenta con varias zonas, la San Sebastián, hacia la calle posterior del mismo nombre, Estantería, presidida por el antiguo mueble de castaño de la ferrtería, la Bodega en las viejas oficinas o la Mesa do Alcalde, con vistas a Curros Enriquez.

El restaurante cuenta con varias zonas, la San Sebastián, hacia la calle posterior del mismo nombre, Estantería, presidida por el antiguo mueble de castaño de la ferrtería, la Bodega en las viejas oficinas o la Mesa do Alcalde, con vistas a Curros Enriquez

En general, “se ha buscado compaginar la parte industrial con el restaurante, en un homenaje al lugar y a los maravillosos muebles”, indican los profesionales.

El chef al frente del equipo, por su parte, constata que no hay experiencia que valga en esto de abrir un local: “Siempre es la primera vez. Han pasado 23 años desde que abrí mi primer restaurante y sigo teniendo un nudo en el estómago”. “También es bonito”, reflexiona este profesional que en 2022 consiguió su segunda estrella Michelin, “conservar esa sensación y esa misma ilusión” con la que ahora insufla una nueva vida a la antigua Ferrería Varela.

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