Todavía sin fecha de apertura, el nuevo proyecto del cocinero con Estrella Michelin y dos Soles de Repsol ocupará todo el edificio de la antigua Ferretería Varela. Como indica Xosé Cannas, la comunicación con el dueño del inmueble fue clave: "Quisimos mantener el espíritu del negocio". El cocinero lo tuvo claro desde que entró por primera vez en el lugar: quería mantener ese edificio, que le pareció más propio de Brooklyn que de la Boa Vila. Fascinado e inspirado por su aspecto y su historia, se puso en contacto con Rafael Varela para transformar la antigua ferretería en su nuevo proyecto gastronómico. La intención es la de intentar que transmita por dentro el aspecto fuerte e industrial que tiene por fuera.
La planta baja es una clara transición entre el exterior y el interior: la primera parte funcionará como terraza interior o soportal, que comunicará con la parte informal de tapeo. También allí estará la zona de servicios. En la siguiente planta, donde destacará una imponente escalera y la majestuosa bodega con los muebles restaurados de la oficina, albergará el comedor.
El respeto por lo que fue el edificio es clave para Cannas. Por ejemplo, los muebles de castaño de la antigua oficina se restaurarán y reutilizarán en la zona de la vinoteca, situada en la segunda planta. En este mismo piso se instalará la cocina: "Queremos sublimar el concepto de churrasquería". Será un concepto de cocina más popular del que Vieira nos tiene acostumbrados, con cocina de leña y un espacio diáfano donde surge la magia: "La cocina se verá desde cualquier punto del local". El restaurante de la Praza de Curros Enríquez mantendrá el mítico letrero en el exterior, siguiendo con la intención de habitar el nuevo espacio pero dejando el espíritu de su anterior vida. Habrá que esperar un tiempo para disfrutar de los braseados con los que el Estrella Michelin promete deleitar y sorprender a los pontevedreses.