Todo el año para trabajar por los niños

Cruz Roja Pontevedra cuenta con dos proyectos centrados en la parentalidad y el acompañamiento en la crianza

La psicóloga y voluntaria de Cruz Roja Andrea Muñiz.   // GUSTAVO SANTOS

La psicóloga y voluntaria de Cruz Roja Andrea Muñiz. // GUSTAVO SANTOS / Ana López

El 20 de noviembre de 1959, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración de los Derechos del Niño y, en 1989, la Convención sobre los Derechos del Niño, el primer tratado internacional en reconocer a los niños como seres humanos con derechos innatos. Los cuatro principios básicos de la Convención son la no discriminación, el interés superior del niño, el respeto de las opiniones del niño y el derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo.

La defensa de estos derechos debe realizarse no solo desde las instituciones y el ámbito político, sino también en el entorno más cercano del menor: familia, educación, sanidad... Por ello, Cruz Roja Pontevedra cuenta con programas de Infancia, como el de “Apoyo a la parentalidad positiva” y “Criando en positivo”, dirigidos a orientar y fortalecer a las familias en sus labores de crianza.

Los voluntarios son los que tratan directamente con las familias participantes, como es el caso de Andrea Muñiz, psicóloga y voluntaria desde el pasado mes de marzo.

“En el último máster que hice me especialicé en infancia y adolescencia, por lo que estos proyectos son perfectos para mí. Antes ya había sido voluntaria del proyecto de Juventud”, reconoce.

Ambos, “Apoyo a la parentalidad positiva” y “Criando en positivo”, se llevan a cabo simultáneamente. “En vez de trabajar directamente con los niños, potencias competencias parentales a través de las familias e incides, indirectamente, en el desarrollo de los niños. Se trabaja a la par”, resume.

Para Andrea Muñiz es muy importante reservar parte de su tiempo libre al voluntariado de Cruz Roja, de modo que aunque ahora no dispone de tanto por estar trabajando, procura siempre guardar al menos un día al mes para estos proyectos. “Lo bueno de Cruz Roja es que siempre se ajusta a tu disponibilidad”, matiza.

Riesgo de exclusión social

Los usuarios más frecuentes de estos proyectos son personas en riesgo de exclusión social, por lo que se suelen beneficiar de otros programas y es a través de ellos que entran en los de Infancia, tras detectarse en la familia alguna necesidad en parentalidad.

Son talleres de dos horas de duración y tienen como objetivo apoyar y acompañar en la labor de crianza durante la infancia y adolescencia.

Primero de todo, se realiza una entrevista sobre competencias parentales a las familias y tras medírsele se trabajan a través de talleres y se hace un seguimiento.

Las competencias parentales son: Percepción adecuada del rol parental, autorregulación emocional, afrontamiento del estrés parental, desarrollo evolutivo (motor, cognitivo, emocional y social), relación adulto-niños/adolescentes, control inductivo y supervisión, estimulación del desarrollo, implicación parental y acompañamiento, gestión doméstica y apoyo social.

“Nunca está de más aprender que tu hijo o hija se desarrolle lo máximo posible"

Andrea Muñiz

— Voluntaria de Cruz Roja

Por lo general, la mujer está mucho más implicada en la participación. “El 90% de los que vienen son mujeres, aunque hay algún caso en el que vienen ambos”, informa la voluntaria de Cruz Roja.

“Nunca está de más aprender que tu hijo o hija se desarrolle lo máximo posible. Cuanto más pequeño es el niño más fácil va a ser trabajar con la familia y le va a beneficiar más, ya que con los adolescentes es más difícil lograr el cambio”, considera.

Los principales problemas son de conducta, muchos de los cuales se manifiestan en el centro escolar, con un bajo rendimiento. A nivel personal, a Andrea Muñiz colaborar con Cruz Roja le supone una satisfacción importante: “Animo a la gente a que se haga voluntaria, porque es algo muy motivador y porque creas un vínculo con la gente con la que trabajas. Quiero seguir viniendo aunque no tenga tiempo. Es algo maravilloso”.

El año pasado Cruz Roja Pontevedra contó para estos programas con siete voluntarios con los que se atendió a numerosas familias y se efectuaron charlas en varios centros educativos.

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Según la Memoria Provincial 2022 de Cruz Roja, el año pasado se llevaron a cabo en el área de infancia cuatro proyectos: Criando en positivo, Parentalidad positiva, Abuelos educadores y Familias de acogida. En Criando en positivo se atendió a nivel provincial a 88 personas, mientras que en Parentalidad positiva fueron 42. Asimismo, fueron 31 en el programa de Abuelos educadores. En cuanto a las familias que acogieron menores en sus hogares de forma temporal, sumaron 61 y fueron 69 los niños y adolescentes beneficiarios. Cruz Roja Pontevedra trabaja en diferentes ámbitos: personas mayores, personas sin hogar, refugiadas, migrantes, privadas de libertad, mujer, infancia vulnerable, medio ambiente, salud, empleo...

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