La empresaria Carmen Solla, primera mujer presidenta del Rotary Club de Pontevedra

La acompañan en la ejecutiva, que esta mañana fue recibida por el alcalde en el Día Mundial contra la Polio, otras dos profesionales

Carmen Solla, tercera por la izquierda, en la reunión que mantuvo esta mañana el alcalde con la nueva directiva del Rotary Club de Pontevedra.

Carmen Solla, tercera por la izquierda, en la reunión que mantuvo esta mañana el alcalde con la nueva directiva del Rotary Club de Pontevedra. / Rafa Vázquez

La empresaria Carmen Solla, la segunda generación de su familia al frente de la conocida confitería Solla, es la nueva y primera mujer presidenta del Rotary Club de Pontevedra. Con ella, otras tres profesionales figuran en la directiva, caso de la vicepresidenta Mariola Ramírez, y en la mañana de este martes fueron recibidas por el alcalde, Miguel Fernández Lores, en el Día Mundial de la Lucha contra la Polio.

“Es una suerte y un honor” ser la primera mujer en encabezar el club, señaló Carmen Solla a propósito de esta organización que inició sus actividades en la Boa Vila en 1988. En estos 35 años ha venido desarrollando actividades en diversas áreas como el saneamiento de agua, salud materno-infantil, la paz mundial, la alfabetización o el desarrollo económico.

Explicó que la presidencia cambia con carácter anual. “Cada año se elige un presidente que marca la pauta y el estilo que le dará” en ese ejercicio a un club que en estos momentos cuenta en Pontevedra con 18 integrantes, y que Carmen Solla encabeza desde el pasado verano.

La idea de los rotarios es que en cada uno de los 33.000 clubes que tiene en casi 200 países haya un solo integrante que represente a una determinada profesión, oficio o actividad. “Tiene cabida cualquier persona”, destacó, “no hace falta ser empresario, aunque la mayoría lo son, y puede entrar cualquier persona, nosotros no distinguimos raza, sexo, ideología o religión; pero sí es cierto que las personas que estamos utilizamos a veces nuestros contactos para poder llevar a cabo los proyectos, y también las habilidades que tenemos en nuestras profesiones”.

Abonan una cuota mensual y “todo lo que hacemos lo hacemos de manera voluntaria, lo único que obtenemos es la satisfacción de ayudar”.

“Es una suerte y un honor” ser la primera mujer en encabezar el club, señaló Carmen Solla a propósito de esta organización que inició sus actividades en la Boa Vila en 1988. En estos 35 años ha venido desarrollando actividades en diversas áreas como el saneamiento de agua, salud materno-infantil, la paz mundial, la alfabetización o el desarrollo económico

En especial, cada 24 de octubre el club se propone visibilizar la poliomelitis, una enfermedad viral que puede afectar la médula provocando debilidad muscular y parálisis. El virus entra en el organismo a través de la boca, generalmente cuando las manos se han contaminado de otra persona infectada. Es una dolencia “infecciosa, que se transmite de persona a persona”, recordó Carmen Solla, “normalmente por aguas contaminadas, y afecta sobre todo a niños de menos de 5 años”.

En la Unión Europea se considera erradicada “pero todavía quedan algunos casos en Afganistán y Pakistán”, añadió la nueva presidenta del Rotary, que incidió en que para dar por extinguida una enfermedad “tienen que pasar al menos 3 años sin que haya ningún caso. Por eso seguimos recordando la importancia de luchar contra ella hasta que esté totalmente erradicada”.

Carmen Solla agradeció el apoyo y la receptividad del alcalde en la visibilización del Día Mundial contra la Polio, una jornada en la que la nueva directiva rotaria también visitó al presidente de la Diputación, Luis López, para hacerle partícipe de las campañas de la organización internacional contra la enfermedad.

Los rotarios inciden en que “ahora que por desgracia hemos vuelto a experimentar los efectos de una pandemia como la derivada del virus SARS-COV-2, conocida como COVID 19, somos si cabe más conscientes de la necesidad de los esfuerzos precisos para combatir las pandemias y para mantenerlas controladas en la medida de lo posible, esfuerzos que se tienen que reproducir año tras año, ya que bajar la guardia equivale a volver a épocas pasados”.

En especial, cada 24 de octubre el club se propone visibilizar la poliomelitis, una enfermedad “infecciosa, que se transmite de persona a persona”, recordó Carmen Solla, “normalmente por aguas contaminadas, y afecta sobre todo a niños de menos de 5 años”. En la Unión Europea se considera erradicada “pero todavía quedan algunos casos en Afganistán y Pakistán”, añadió.

Recuerdan que la población a proteger “es fundamentalmente aquella que vive en los países donde el sistema de salud no provee de los servicios y vacunaciones básicos y necesarios, de ahí la importancia de mantener la intensidad en el proyecto”.

Se trata de una de las principales acciones del club Rotary de Pontevedra, pero no la única. Así, la nueva presidenta se refirió a otros proyectos más centrados en el ámbito local, como el pensado para niños de quinto y sexto de primaria, menores en riesgo de exclusión social que mantienen encuentros con deportistas de élite con el fin de motivarlos y empoderarlos. “Las charlas les ayudan mucho”, destacó Carmen Solla.

Se refirió asimismo a la iniciativa “Jóvenes en acción”, pensada para adolescentes de primero de Bachillerato, “a los que tutorizamos para que nos diseñen proyectos de ayuda en las áreas de servicio del Rotary”.

A mayores, el club también organiza eventos cuya recaudación se destina a ONG o colectivos con necesidades para resolver problemas puntuales.

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