La Diputación anula el proceso de reforma de Santa Clara por discrepancias con el proyecto

Anuncia un nuevo proceso de licitación

Domínguez critica que se reservasen más de 2.000 metros cuadrados para fondos arqueológicos y se “vandalizase” la finca

Asevera que “cuanto antes” se abrirán los jardines a la ciudad

Vista del claustro y la fuente del convento de Santa Clara.

Vista del claustro y la fuente del convento de Santa Clara. / Rafa Vázquez

La Diputación paraliza el proyecto de reforma del convento de Santa Clara. El vicepresidente provincial, Rafa Domínguez, compareció ayer en la iglesia del cenobio para anunciar que el nuevo gobierno provincial discrepa “en el fondo y en la forma” de la previsión del anterior Ejecutivo y anunció el futuro arranque de un nuevo proceso de licitación.

En concreto, apuntó a que “el proyecto para el concurso de ideas fue elaborado por el anterior director”, arqueólogo de profesión, y se centraba en la necesidad de la gestión integral de la extensa colección arqueológica del Museo de Pontevedra. Para ello, reservaba un área de unos 2.000 metros cuadrados para depósito de restos, con acceso restringido, y otros 600 metros de superficie para laboratorio arqueológico, también reservado a especialistas.

Rafa Domínguez criticó que “una parte fundamental” del cenobio se destinase a “simple depósito y laboratorio… Desde el primer momento entendimos que Santa Clara no se puede convertir en depósito” y apuntó a que “habrá otros lugares para almacén” de los fondos arqueológicos que custodia la institución.

El segundo punto de discrepancia es que se excavarían 2.500 metros cuadrados de los jardines, en el subsuelo, para esos depósitos, “generando una agresión mortal a unos jardines que llevan 400 años sin ser vistos por los pontevedreses, destrozándolos para siempre”, criticó el vicepresidente provincial.

Éste expresó su clara intención de “mantener la esencia de los jardines”, que considera tan importante como la preservación del propio cenobio. Se refirió en distintos momentos a esta proyectada excavación como un intento de “vandalizar” y un “agresión inaceptable” a la finca; y calificó la idea de cubrir con hierba el edificio subterráneo de “un engaño”.

Rafa Domínguez criticó que “una parte fundamental” del cenobio se destinase a “simple depósito y laboratorio… Desde el primer momento entendimos que Santa Clara no se puede convertir en depósito” y apuntó a que “habrá otros lugares para almacén” de los fondos arqueológicos que custodia la institución

Apunto a estas diferencias en el fondo y la forma como el motivo por el que se decidió el cese del anterior director del Museo, José Manuel Rey, que trabajó en el proyecto de reforma de Santa Clara durante dos años y “no sería capaz de implicarse con la misma ilusión en el nuevo proyecto”, aseveró Rafa Domínguez. Tras reiterar el agradecimiento por la labor del anterior responsable de la institución cultural, señaló que “entiendo que ha trabajado pero no puedo consentir que se vandalicen los jardines”.

Con todo, aseguró que parte del trabajo del anterior director “se va a aprovechar” para el futuro proceso de licitación. Éste establecerá como nuevos objetivos que Santa Clara sea “parte fundamental del Museo y albergue las mejores colecciones” y que sus jardines se abran al público “tan pronto como sea posible”.

Desde el pasado lunes, afirmó Rafa Domínguez, su equipo trabaja en la reforma del proyecto, que se sacará de nuevo a concurso, ya que entiende que al cambiarse el “concepto museológico” ha de iniciarse un nuevo proceso dado que debe establecerse “un diálogo intenso entre las obras y la arquitectura”.

Voces de la cultura expresaban ayer su temor a que, tras la anulación de la restauración prevista, el convento acabe por convertirse en “un nuevo Lourizán” y al igual que el antiguo palacio de Montero Ríos alcance un alto grado de deterioro por la falta de intervenciones en los próximos años

Considera que en este punto “hay que reiniciar” el proyecto y “resulta imposible” adaptar la idea que ganó el concurso internacional, de Nieto Sobejano, a las exigencias establecidas por el nuevo Ejecutivo provincial.

El proceso de licitación se retoma “desde el principio” en su totalidad, de modo que primero se estudiará el “concepto museológico” y después la “fórmula administrativa”, un plan que, reconoció Rafa Domínguez, “va a retrasar todo de forma importante”. En este escenario, los nuevos plazos para la reforma de Santa Clara se harán públicos en próximos días, según el calendario que explicó el vicepresidente provincial.

Domínguez considera que “hay que reiniciar” el proyecto y “resulta imposible” adaptar la idea que ganó el concurso internacional, de Nieto Sobejano, a las exigencias establecidas por el nuevo Ejecutivo provincial

Por lo que respecta a las previsiones de inversión (estimadas entre 22 y 24 millones de euros), Rafa Domínguez considera que estaban infravaloradas. “Es una cantidad muy inferior a la que nosotros teníamos” en previsión, aseveró.

A propósito de la apertura hacia la plaza de Barcelos, afirmó que su equipo trabaja para que se materialice “cuanto antes”. Están estudiando “varias fórmulas”, afirmó, que por el momento “no están avanzadas”. Al igual que en el caso del futuro nuevo proyecto de reforma del convento, declinó por el momento detallar un calendario de fechas.

Mosquera: “Es una disculpa para adjudicar a dedo el plan” y sin fecha para la rehabilitación

Distintas voces de la cultura expresaban ayer su temor a que, tras la anulación de la prevista restauración de Santa Clara, el convento acabe por convertirse en “un nuevo Lourizán” y al igual que el antiguo palacio de Montero Ríos alcance un alto grado de deterioro por la falta de intervenciones en los próximos años.

Por su parte, el exvicepresidente provincial y anterior responsable del Museo, César Mosquera, principal impulsor de la restauración, incidió en que “deshacer todo lo hecho es el actuar destroyer y la línea de actuación del señor Domínguez” y destacó que se busca “convertir el Museo en una dependencia gestionada directamente” por el Partido Popular.

Considera la paralización del proyecto sencillamente “una disculpa para dar a dedo el proyecto de Santa Clara” y sin fecha concreta para la rehabilitación.

Recordó que “allí hay 14.000 metros” y apenas están ocupados más de mil, de modo que podrían dedicarse 3.000 o 4.000 a los fondos arqueológicos y, dado que el nuevo Ejecutivo no está de acuerdo con este destino, el plan podría seguir adelante reformulando exclusivamente ese punto. Son, concluyó, “dispulpas de mal pagador” y bastaría con retirar ese extremo del anteproyecto ganador, un cambio más que se sumaría a los que ya había exigido Patrimonio.

Mosquera defendió que “por necesidad y por obligaciones legales” entra las prioridades del Museo han de estar los restos arqueológicos, “porque por ley tiene como obligación recoger todos los restos que aparecen en todas las excavaciones de la provincia, a excepción de Vigo, que van al Quiñones de León. Resulta que hay restos repartidos por todos lados porque no tiene capacidad”.

En el caso concreto de Santa Clara, apuntó a que los restos que aparecieron en el propio convento “también van a ir para otro lado”.

Criticó que “es espectacular” que “quien está ejerciendo de director efectivo del Museo, director profesional, es Domínguez”. Como ejemplo, preguntó si alguien “ha oído hablar algo a la nueva directora” o a la responsable de la gestión.

¿Sabemos cuál es el proyecto profesional, museístico, museológico, para el nuevo Museo? Inquirió antes de destacar que “toman decisiones” incluso de modo previo a contar con esa línea base de trabajo, de modo que su conclusión es que la idea es “destruir todo”.

Explicó que la nueva directora del Museo, Ángeles Tilve Jar, “no es la nueva directora” sino que “tiene atribuidas las funciones” por la falta de un responsable, “entre otras cosas, porque no puede serlo”, dado que los cargos directivos han de ser funcionarios y ella es personal laboral.

“Las cosas hay que decirlas bien, con precisión”, señaló, antes de aseverar que el escenario “solo se puede interpretar en este marco: quieren volver al escenario anterior a 2015”, en el que la guerra entre el director del Museo y el diputado responsable de la institución “era a muerte, era pública y notoria. Y ahora no quieren que haya ninguna dirección con peso, con proyecto, para controlarlo. Es clarísimo y no se puede cubrir la dirección a dedo”.

Suscríbete para seguir leyendo