Alertan del déficit de personal en residencias porque sale a cubrir vacaciones en hospitales

La problemática para encontrar personal cualificado existe durante todo el año, pero se agudiza especialmente en los meses de verano | Los centros tienen que ajustar al máximo los calendarios de vacaciones para asegurar la asistencia

Residencia de la tercera edad de Campolongo.

Residencia de la tercera edad de Campolongo. / Gustavo Santos

C. Prieto

Las residencias de mayores de la comarca de Pontevedra tienen cada vez más problemas para encontrar personal cualificado para sus centros. La “fuga” de profesionales del sector de la dependencia al sanitario es una constante durante todo el año, pero el problema se agudiza especialmente en el verano, cuando cambian de sector para cubrir vacaciones en diferentes hospitales y centros de salud, no solo públicos, sino también privados.

Médicos y enfermeras son los puestos que más se necesita cubrir, pero también auxiliares de enfermería y fisioterapeutas. Uno de los posibles motivos de esta “fuga” es que las residencias de mayores no pertenecen a la Consellería de Sanidade, sino a la de Política Social, lo que supone condiciones laborales diferentes tanto en aspectos profesionales, como en remuneraciones económicas, formación, reconocimiento, desarrollo o movilidad.

La sobrecarga asistencial, la precariedad salarial y la falta de reconocimiento de las enfermeras que trabajan en residencia conlleva a aceptar cualquier puesto de trabajo ofertado desde la Conselleria de Sanidad, ya que el objetivo es sumar puntos para aumentar los méritos y conseguir, antes o después, una plaza.

Prácticamente todas las residencias de mayores de Pontevedra y los alrededores sufren esta problemática desde hace mucho tiempo y no están siendo capaces de atajarlo. Por ejemplo, Juan José López, director de la residencia de Campolongo, de titularidad pública, apunta que actualmente las listas de contratación están vacías y que, como segunda opción, tienen que tirar de las listas del INEM, pero igualmente hay un gran déficit de profesionales.

“Es un tema que llevamos mucho tiempo intentando resolver. Ahora mismo tenemos grandes dificultades para cubrir las vacaciones porque no hay personal”, lamenta. En este sentido, recalca que considera que se trata de “un problema estructural. La Sanidad y el Sistema Sociosanitario necesitan enfermeros y médicos y es algo que nos trasciende a nosotros”.

Entre otras cuestiones, los profesionales del sector señalan a las nuevas promociones de Enfermería y Medicina como posibles soluciones, pero son conscientes de que, aún así, el Servicio Galego de Saúde (Sergas) absorbe cada año una gran cantidad de profesionales, y otros tanto buscan oportunidades fuera de Galicia e incluso de España.

“Si tuviésemos más personal, podríamos cubrir mejor las vacaciones, pero al menos nos estamos organizando bien. Lo que tenemos claro es que los residentes están por encima de cualquier otra cosa, su bienestar es lo único importante, y nos pelearemos con el calendario, con el verano o con lo que haga falta para que la asistencia sea la mejor”, recalca Juan José López, que aprovechó para poner en valor el trabajo del personal de su residencia, “gracias al esfuerzo de todos estamos consiguiendo solventar este problema”.

Saraiva, la excepción

A la espera de que finalice la construcción de la residencia proyectada en A Eiriña, de la Fundación Amancio Ortega para la Xunta de Galicia, el de Campolongo es el único centro para la tercera edad de gestión pública que funciona en Pontevedra, donde hay otros tres de titularidad privada: Domusvi (en Loureiro Crespo), Soremay (en O Gorgullón) y Saraiva (en el casco histórico).

Precisamente en esta última reconocen que existen problemas para encontrar personal, pero en su caso particular son mucho menos graves que antes porque “esta situación la veíamos venir, por eso lo empezamos a trabajar desde hace tiempo”. Según explica su responsable, Lucía Saborido, “trabajamos mucho la retención del talento y la experiencia de los trabajadores, tenemos unas condiciones mejores que las que recoge el convenio y esto nos permite, de momento, que nuestros equipos sean estables”.

Saborido comenta que “con Enfermería siempre tuvimos esta situación y en verano siempre hubo dificultad para encontrar personal para cubrir las vacaciones. Actualmente no es nuestro caso, pero sí que es un problema general en todo el sector”.

En este sentido, la responsable de Saraiva destaca que “el reto del sector de los cuidados es conseguir que retener al personal cualificado, creo que es un problema que trasciende a Galicia y España, creo que es un problema a nivel europeo, y no se hacen políticas apropiadas para ello”.

Sobrecarga asistencial y precariedad salarial

El pasado mes de mayo, las enfermeras que trabajan en todos los centros sociosanitarios de titularidad pública realizaron diferentes concentraciones para denunciar su situación laboral de sobrecarga de trabajo. “Desde el año 2012 las enfermeras y enfermeros que prestan sus servicios en estos centros trabajan a destajo sin ningún tipo de compensación”, afirmaban en un comunicado, en el que añadían que estos profesionales “están bajo mínimos, con ratios que rondan los 150 pacientes para una sola enfermera en turno y que a pesar de trabajar en fines de semana y festivos no ven ningún tipo de compensación salarial”.

En este sentido, destacaban que sufren un estado de agotamiento por la carga de trabajo y que las múltiples manifestaciones que estaban realizando no tenían respuesta por parte de la Xunta de Galicia. La situación laboral de estas profesionales es uno de los motivos por los que cambian el sector de los cuidados por el de la sanidad cuando tienen ocasión. En verano se suelen mover mucho las bolsas de empleo público, ya que se refuerzan las plantillas de hospitales y centros de salud para cubrir las vacaciones del personal fijo. Aunque estos trabajos sean temporales, por dos o tres meses en total, el objetivo de los profesionales sanitarios es sumar puntos para aumentar los méritos y conseguir, antes o después, una plaza. En este sentido, cabe recordar que el 75 por ciento de los centros de la tercera edad de Pontevedra son privados.

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