Una entrega a Polonia que “abre puertas” a los museos de Pontevedra y Poznan para cooperar

El ministro polaco de Cultura recoge hoy el díptico de la escuela flamenca entregado por la Diputación | Una delegación provincial pontevedresa asiste al acto en el castillo de Goluchów

El castillo de Gołuchów es una fortaleza construida entre 1550 y 1560 en el voivodato de Gran Polonia, que fue utilizado como residencia y baluarte defensivo. De allí, hace ochenta años, durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis se llevaron cientos de obras de arte, entre ellas dos cuadros que fueron localizados hace tres años por el gobierno polaco en el Museo de Pontevedra. Se trata de un díptico del siglo XV formado por una dolorosa y un ecce homo, creado en el taller del pintor holandés Dieric Bouts, principal representante de la Escuela de Lovaina, por uno de sus alumnos, probablemente su hijo, y que pertenecían a la Colección Czartoryski.

Ocho décadas más tarde y después de tres años de comprobaciones, trámites y análisis, las dos obras regresan hoy a su hogar tras la devolución acordada por la Diputación en septiembre pasado. En enero de este año, las autoridades polacas acudieron a Pontevedra a recoger las obras y desde hoy se exponen de nuevo en el castillo de Goluchów, a 2.930 kilómetros de la ciudad del Lérez.

El díptico que custodió el Museo desde 1981.

El díptico que custodió el Museo desde 1981. / FdV

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Tras repasar someramente la convulsa historia de su país, Lecki explicó que el díptico que ahora regresa a su hogar fue adquirido por la familia Czartoryski en 1873 en una subasta en París y tres años después los cuelga en el citado castillo a cien kilómetros de Poznan. Con la invasión alemana de Polonia en septiembre de 1939, estos dos cuadros y otras muchas obras fueron escondidos en la capital, Varsovia, pero en 1944 son descubiertos por los nazis y se les pierde el rastro. Hasta ahora. Hace tres años, el arqueólogo Mariusz Wisniewski descubre en Facebook unas imágenes de esas dos obras vinculadas al Museo de Pontevedra y comienza una aventura que finaliza hoy.

O quizás no. El Museo de Pontevedra y el Museo Nacional de Poznan han sellado las bases para colaborar en una posible investigación científica sobre el origen y recorrido del díptico y abrir la posibilidad de realizar exposiciones mediante el intercambio de fondos. Como recordó ayer José Manuel Rey, “un post en Facebook para promocionar la obra” puso sobre la pista a las autoridades polacas. “Internet hizo el resto”. Solo restaba certificar que las piezas en Pontevedra eran las mismas que las desaparecidas en 1944 y garantizar que no habría problemas legales con la familia propietaria en su día.

En un capítulo más lúdico y turístico, el Gobierno polaco ofreció ayer a la delegación pontevedresa un recorrido por la población de Rogalin y su palacio. El origen del pueblo de Rogalin se remonta a principios del siglo XIII y el palacio y el parque fueron la residencia principal de la familia Raczyński, distinguida en Polonia. También nació allí en 1592 Krzysztof Arciszewski, famoso almirante de la flota holandesa y general de artillería del rey Władysław IV.

Museo de Artes Aplicadas, uno de los visitados ayer en Poznan.

Museo de Artes Aplicadas, uno de los visitados ayer en Poznan. / N.D.

Con tal motivo, el Ministerio de Cultura de Polonia ha invitado a la Diputación, como gesto de agradecimiento por la devolución de los cuadros, a participar en la ceremonia de apertura de la exposición con la presencia del vicepresidente provincial y representante político del Museo, César Mosquera, el director de la institución museística, José Manuel Rey y los diputados provinciales Carlos López Font y María Ortega. Tras un viaje de catorce horas, con una escala y horas de espera en dos aeropuertos, la delegación pontevedresa llegó a las 23.00 horas del miércoles a Poznan, a 105 kilómetros de Goluchów.

En el acto de hoy está prevista la presencia del ministro de Cultura y Patrimonio Nacional da Polonia, Piotr Gliński, el embajador de España Ramiro Fernández, y el director general de Patrimonio Cultural y Bellas Artes del Ministerio de Cultura y Deporte de España, Isaac Sastre de Diego, entre otras autoridades. La devolución es “agridulce” para la entidad pontevedresa porque “perdemos una obra importante, pero contentos porque es un acto de justicia histórica”, explicó Rey.

Antes del acto oficial de hoy, la delegación pontevedresa se reunió ayer con el equipo directivo del Museo Nacional de Poznan, entidad que se ha hecho cargo de los dos cuadros robados. “Estamos conmovidos por esta devolución. Polonia continúa con más de 500.000 obras expoliadas sin devolver y cada restitución es motivo de gran satisfacción”. Son palabras de Tomasz Lecki, director de esta institución.

En el recibimiento de ayer, participaron por parte gallega el vicepresidente provincial y encargado político del Museo, César Mosquera, así como la jefa del departamento provincial de Memoria Histórica María Ortega y el diputado de Economía Carlos López Font, junto al director del Museo de Pontevedra José Manuel Rey. Por parte polaca, estaban, además del responsable de la entidad de Poznan, asistieron, la directora científica Martyna Zurastewic, y la jefa del departamento de Educación, Kataryna Gradowska, junto a otro personal técnico.

Lecki aseguró que parte del equipo de su Museo incluso lloró de alegría cuando supo que las tablas volverían a su lugar de origen. Agradeció al Museo de Pontevedra la custodia y cuidado del díptico y destacó que en Polonia sería extraño haber aprobado por unanimidad la devolución. Agregó que la “guinda a la nobleza de la restitución es que una delegación de la Diputación se desplace a Polonia”, algo que, a su juicio, “muestra la importancia que se le da al acto”.

Recorrido por el castillo de Rogalin.

Recorrido por el castillo de Rogalin. / N.D.

El funcionario polaco abogó por profundizar en la colaboración entre instituciones y fortalecer las relaciones, y destacó el interés del Museo de Poznan por continuar con el estudio científico de las pinturas, indicando el amplio conocimiento que el Museo de Pontevedra tiene de las piezas. Por otro lado, señaló que aunque Polonia y España son muy diferentes, existen similitudes e incluso el Museo de Poznan también cuenta con una gran colección de arte español.

El director del Museo de Pontevedra, José Manuel Rey, respondió mostrando su interés por incrementar el vínculo entre ambos territorios y que una vez finalizada oficialmente la restitución del díptico “no se deben cerrar puertas, sino abrir más, y debe haber más colaboración institucional en el futuro”. Destacó, de hecho, que todo el personal del Museo Provincial de Pontevedra estará disponible para trabajar en las peticiones del Museo de Poznan, abriéndose la posibilidad incluso del intercambio de fondos para realizar exposiciones cruzadas en una y otra ubicación.

La delegación pontevedresa en el Museo de Poznan.

Recorrido por la sala de pintura española. / N.D.

Como colofón a la visita de la delegación pontevedresa al Museo, hubo una visita guiada a la exposición, que incluye 24 obras de la autora Jacka Malczewskiego de Lwow, en Ucrania, con el fin de protegerlas de la guerra y evitar su destrucción. o robo.

Antes de la restitución formal y oficial de hoy de los cuadros expoliados por los nazis al estado polaco, la comitiva pontevedresa afrontó ayer una intensa agenda que incluyó esta visita al Museo Nacional de Poznan y al Castillo Real de esta ciudad de 530.000 habitantes. Este museo se hizo cargo de los dos cuadros robados y de él depende el Castillo de Goluchów y su colección de arte, adquirido por el Estado tras la Segunda Guerra Mundial a la familia Czartoryski, anteriores propietarios de la fortaleza y de las obras robadas por los nazis.

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Polonia perdió durante la II Guerra Mundial el 70% de todo su patrimonio artístico y muchas de ellas, siete décadas después, continúan en paradero desconocido y recuperarlas es una prioridad del Ministerio de Cultura y Patrimonio Nacional de Polonia.

A ello se dedica un departamento especializado que, tras haber clasificado todas las piezas de arte robadas tras la invasión nazi, centra sus esfuerzos en buscarlas por todo el mundo y solicitar su devolución a sus legítimos propietarios. Se dedican a rastrear estas obras por todo el mundo y fue así como hace justo tres años, en marco de 2020, en pleno confinamiento de la pandemia, descubrieron que dos de estos cuadros estaban en Pontevedra. Y reclamaron su devolución al Museo, que siempre se mostró dispuesto a ello, después de verificar que la historia era cierta.

Las pinturas, tras salir de Varsovia en 1944, reaparecieron en un comercio de arte de Madrid en 1973 y llegaron al Museo de Pontevedra en 1981, cuando se cedió la colección Fernández López, adquirida años después, en 1994, formada por 313 pinturas de autores y cronologías diversas. En ningún momento se supo, antes del correo electrónico de 2020 de Mariusz Wisniewski, que había obras expoliadas en esa colección.

Los expertos desconocen dónde y en qué momento fueron adquiridas por Fernández López, pero todo parece indicar que pudo haberlo hecho en la Sala Parés de Barcelona o en la Galería El Cisne de Madrid, de las que era cliente habitual. 

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