Alejandro y Mireia: "Conseguir un trabajo en la Once ha sido un avance en nuestra lucha por ser independientes"

-Ambos se han incorporado ayer a la plantilla de vendedores del cupón en Ourense

-“Tengo la mochila llena de sueños , dice Alejandro, que se quedó ciego a los 14 años , y a los 22 ya ha ha sido contable, actor y muchos más

-Para su compañera, de solo 25 años, este será su primer contrato

Alejandro y Mirereia  con Leo,  el perro guía del vendedor, ante el kiosco del Posío

Alejandro y Mirereia con Leo, el perro guía del vendedor, ante el kiosco del Posío / Alan Pérez

Alejandro y Mireia tienen 22 y 25 años, respectivamente, y, desde ayer, son dos nuevos rostros de la lucha por la integración social y laboral que acomete la ONCE, al incorporarse como vendedores del cupón, el primero en el kiosco del Posío, y Mireia, de forma itinerante , en una mesa de los puestos de Carrefour y Lidl en Barbadás. Hoy mismo se incorporará también a esta plantilla Cecilia, en otro kiosco de la ciudad. Todos ellos rompen una barrera a favor de la igualdad de oportunidades.

Con ellos son ya 72 vendedores del cupón en la provincia , esos que venden “la ilusión de todos los días”, –haciendo uso de una de sus más conocidos lemas publicitarios– la ilusión de todos sus clientes, de conseguir un premio millonario, y que les ha permitido cumplir también la suya que es “conseguir ese trabajo que nos permite avanzar en nuestra independencia personal y económica” señalan.

Alejandro se quedó ciego a los 14 años por una enfermedad rara, pero nunca claudicó. “Me levanto cada día con la mochila llena de problemas pero también de proyectos por cumplir” señalaba ayer, en su primer día de trabajo en el kiosco de Posío, y acompañado por Leo, su perro guía.

Joaquín Touza, es el gestor comercial de los vendedores de la Once en Ourense explica que actualmente hay 360 afiliados en la provincia con deficiencia visual, y 72 trabajadores, cada uno tipo distinto de discapacidad “unos son ciegos totales, otros con discapacidad física o discapacidad visual grave, que tienen algún resto visual pero que tienen dificultades” .

Mireia Hermida se mostraba encantada ayer de esta nueva apuesta laboral, en su caso no en un kiosco fijo, en mesa, en los supermercados de Barbadás. Ayer se estrenaba en Lidl. “Estoy un poco echa un flan porque es mi primer trabajo.” explica , “aunque también pasé por la universidad, y preparo oposiciones y un ciclo a distancia”, explica. Reconoce que, en general ve respeto por parte de la gente “y para mi tener este trabajo y no depender de nadie es estupendo”.

A sus 22 años, Alejandro González tiene ya un expediente imparable. “La verdad es que trabajé de contable en una empresa, y además tuve experiencias ya en el teatro como actor de reparto con la Once, y recorrí toda España”. Su “problema”, como él lo llama, se produjo a los 14 años. “No tenía nada que ver con el mundo de la discapacidad, pero una enfermedad rara generó una ceguera total. Sin embargo mientras el mundo me deje yo no voy a parar de hacer cosas”, advierte.

“Llevaba un tiempo tratando de cambiar de trabajo como contable, pero a las empresas, cuando vas con una discapacidad ya se asustan. La Once no, te echan una mano con todo lo necesario. Ahora aquí, tengo una jornada laboral completa con un ingreso base e incentivo por ventas”.

Reconoce que “cuando alguien viene a “contarme las penas, a veces soy un poco brusco, le pongo en el sitio, le digo que yo arrastro una mochila de problemas pero también de sueños y retos”.

Para canalizar formación y ayuda a sus socios, la ONCE tiene un ITT que pertenece al grupo Social 11, que incluye a empresas de numerosos ámbitos. “Para personas con discapacidad, tenemos Inserta, que es la empresa de trabajo temporal de la Once. Solo aceptamos personas con discapacidad y, según sus perfiles, los técnicos de empleo los llevan al lugar más adecuado indica Joaquín Touza”.

Leo, la nobleza del perro guía que aguarda en el kiosco

Alejando, Mireia y, desde hoy Cecilia, siguen creciendo en la vida, a pesar de la trabas que esta les puso en un determinado momento. De hecho ayer el kiosco de la parada de bus situada cerca del Posío, era un continuo fluir de personas comprando el cupón. Joaquín Touza reconoce que, en los 6 años que lleva como responsable de ventas en Ourense, “no ha habido un solo caso de robos a los vendedores de la Once; hay un respeto general hacia ellos que mantiene hasta el último delincuente”. En todo caso en el kiosco de Alejandro hay un “vigilante” de excepción, Leo, un labrador que ha sido educado como perro guía y que “ me acompaña desde hace 6 años. Me lo enviaron cuando él era un cachorro de 6 meses”. La nobleza de estos animales “me facilita enormemente la vida; él es mis ojos, me ayuda a buscar atajos y me hace una compañía enorme: es una prolongación de mi cuerpo” confiesa Alejandro sobre a Alejandro de ese esta joya canina, aportación también de la ONCE.

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