El pinchazo más solidario: la provincia registra 40 donaciones de sangre cada día

O Barco, Verín, A Valenzá o Ribadavia son algunos de los lugares de mayor participación ciudadana

ADOS recuerda la importancia de colaborar durante las épocas vacacionales

Victoria Toledo, Lucas Ribeiro y Beatriz Ribeiro, frente al autobús.

Victoria Toledo, Lucas Ribeiro y Beatriz Ribeiro, frente al autobús. / Iñaki Osorio

En plena Semana Santa, la Axencia de Doazón de Órganos e Sangue (ADOS) pone el foco en la importancia de seguir colaborando en sus campañas en periodos vacacionales. “La gente no deja de enfermar por ser vacaciones”, recalca Beatriz Santamaría, médica de la entidad. De hecho, ante el aumento de desplazamientos por carretera y el mayor riesgo de siniestros viales, la necesidad de sangre en los hospitales crece. “Tanto por las hemorragias que se pueden producir como por las cirugías derivadas de los siniestros”, puntualiza.

La facultativa pone en valor la participación de la población en la donación, tanto en el conjunto de Galicia como en la provincia. “En 2022, la comunidad alcanzó la tasa recomendada por la OMS”, destaca. En el caso ourensano, la cifra también es positiva: el promedio diario de donaciones en la unidad móvil de ADOS alcanza las 40. “Es cierto que varía mucho, hay días muy buenos en los que llegas a las 50 o 60 donaciones, pero depende mucho del día, el lugar...”, explica.

Diferencias por municipios

En municipios como O Barco, Verín, Ribadavia o Barbadás, la participación suele ser muy elevada. “Son lugares muy poblados, así que es fácil que se note más movimiento. A mí el lugar que más me sorprende siempre es O Barco, hay tardes que en menos de cuatro horas ya hemos registrado 40 donaciones, la gente dona muchísimo. Pero también pasa en A Valenzá, mucha gente se anima”, señala. Dentro de la ciudad, hay barrios más solidarios que otros: O Couto es uno de los de mayor actividad. La unidad de ADOS hace parada semanalmente en la calle del Paseo, en pleno centro, por la ubicación. “Es una zona de paso de mucha gente y hay muchas personas que trabajan por aquí”, añade.

La edad

El envejecimiento de la población es uno de los factores que explica las diferencias por municipios, ya que a partir de los 70 años no se permite donar. “Desde los 66 hasta los 70 años necesitan un justificante anual de su médico de Familia conforme son aptos para seguir donando, pero a partir de los 70 ya no pueden, y claro, hay concellos, sobre todo en el rural, donde el porcentaje de personas que ya no pueden donar es elevado”, detalla. Eso sí, dentro de la edad permitida, en las campañas participan tanto jóvenes como mayores. “La gente mayor también se anima a empezar a donar, el otro día vino una mujer de 59 años que quería hacerlo por primera vez”, comenta la médica de ADOS. “A veces la gente necesita un empujón para animarse, como que un familiar o una persona conocida pase por la situación de necesitar una transfusión de sangre”, añade.

Entre los más jóvenes, lo habitual es iniciarse en la etapa universitaria, ya que ADOS cuenta con una campaña específica en campus de toda Galicia. “Ahí el 70% de las personas que participa es donante nuevo. Muchos acaban de cumplir los 18 años y les hace ilusión poder donar, y además también animan también a sus amigos a que se acerquen... La verdad es que el Campus de aquí es un hervidero, son días de muchas donaciones”, asegura Santamaría.

Este tipo de campañas, así como las que se realizan en empresas, cuentan con una elevada participación. “Hay como una especie de mentalidad, la gente sabe que vamos cada tres meses y ya participa cada vez que vamos”, apunta.

“Quedamos para donar”

Beatriz Ribeiro, Victoria Toledo y Lucas Ribeiro son un ejemplo de concienciación entre las nuevas generaciones. Tienen 22 años y este lunes se citaron frente al autobús de ADOS en la ciudad para donar sangre. “Yo empecé a donar con 19 años, un día me llevó mi madre y desde ahí no dejé de hacerlo. Les comenté a ellos si querían venir y decidimos quedar para donar los tres”, explica Beatriz Ribeiro. “Yo vengo con un poco de miedo porque nunca lo he hecho, pero bueno, creo que es por una buena causa”, asegura su amiga Victoria.

Un donante de sangre, acompañado por una de las enfermeras de la unidad móvil de ADOS. |   // IÑAKI OSORIO

Un donante de sangre, acompañado por una de las enfermeras de la unidad móvil de ADOS. / IÑAKI OSORIO

Tienen claro que, aunque el pinchazo duela, su colaboración es clave para la vida de otros. “Yo me mareo un segundo, pero luego ya se me pasa y estoy bien, y es algo muy necesario”, apunta Ribeiro, que participa en las campañas cada vez que le llegan las alertas de ADOS al móvil. “Soy 0 positivo, mi sangre le sirve a todos los grupos positivos”, añade.

Muchas dudas

Santamaría asegura que los donantes todavía tienen “muchas dudas”, sean primerizos o no. “Hay mala información, hay gente que piensa que todas las medicaciones están contraindicadas, o todo lo contrario”, señala. Por eso, las personas que quieren donar responden antes un pequeño cuestionario, para descartar algún motivo de exclusión (como pruebas médicas invasivas, tatuajes, cierto tipo de enfermedades o de medicaciones).

Uno de los errores más habituales es confundir la donación con la analítica de sangre: “Muchas personas vienen en ayunas por la mañana, como si fuese una analítica, cuando aquí es todo lo contrario, hay que comer para donar”.

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