Arranca el trámite de la ley del jurado contra la mujer que confesó haber descuartizado a un hombre
La investigada, en prisión, recibe en una comparecencia la imputación por el asesinato y la jueza acuerda diligencias solicitadas por la Fiscalía
J. F.
En una consulta médica, en diciembre de 2021, Cristina R. V. confesó que había calcinado el cadáver de un hombre de mediana edad que se desplazó desde Barcelona en agosto para comenzar una relación presencial tras haberse conocido por internet. Dos días después, detenida y en un registro judicial, pidió hablar con la magistrada y le confesó el crimen. Admitió que suministró un medicamento a su pareja, que lo asfixió mientras dormía y que calcinó y descuartizó su cuerpo, cuyos restos quiso ocultar en bolsas, en las proximidades de su casa de la aldea de Rabiño (Cortegada).
Este jueves, dos años después del macabro suceso, la investigada, que sigue en prisión provisional, participó en una comparecencia que supone la continuación del procedimiento judicial por los trámites de la ley del jurado. En un auto dictado tras la comparecencia, la jueza de Ribadavia acuerda unas últimas diligencias, solicitadas por la Fiscalía. Hace un mes trascendía el hallazgo de nuevos restos de la víctima en las proximidades de la casa. La investigación ha barajado la posibilidad de que la acusada contase con ayuda para deshacerse del cadáver.
El acto judicial de este jueves conlleva el traslado formal de la imputación, en este caso por un delito de asesinato, cuyo enjuiciamiento compete a un tribunal del jurado. La ley que regula esta figura que consagra la participación ciudadana en la justicia establece, en los artículos 25, 26 y 27, lo que sucedió en Ribadavia este jueves: la concreción de la imputación en una comparecencia –en la que también se dio la palabra a la defensa–, la propuesta de nuevas diligencias de investigación –la jueza acordó las que propuso la Fiscalía–, y la decisión de continuar el procedimiento por los trámites del jurado.
La joven, que padece problemas psiquiátricos, se encuentra en la prisión pontevedresa de A Lama. Durante una primera estancia en la de Pereiro de Aguiar intentó suicidarse varias veces. Su defensa llegó a solicitar un internamiento psiquiátrico, pero el juzgado de Ribadavia y la Audiencia desestimaron la pretensión.
Antes de ser detenida, la joven contó al médico y al psiquiatra que había calcinado y enterrado el cuerpo del varón. Después de su detención –la Guardia Civil llevaba tiempo siguiendo su rastro, antes de aquella consulta de salud–, Cristina R. V. decidió confesar el crimen ante la jueza, durante el registro en las inmediaciones de su casa de Rabiño.
Según la versión que ofreció a la magistrada –en la puesta a disposición judicial se acogió a su derecho a no declarar–, el hombre estaba enamorado pero ella no sentía lo mismo y quería dejarlo. Además, aseguró que era agresivo y posesivo.
Decidió deshacerse de él y detalló cómo: presuntamente acabó son su vida asfixiándolo con una almohada tras dormirlo con pastillas. Su intención era quemar los restos para intentar ocultar el crimen pero, después de que una vecina le llamara la atención por el humo de una fogata, decidió llevarse en bolsas parte del cuerpo que había descuartizado con una pala. Dejó los restos en un monte próximo y arrojó al Miño el móvil de la víctima. En una finca colindante a la casa se recuperó una videoconsola PlayStation del hombre.
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