Las bodegas de las DO se enfrentan a la falta de temporeros a pocas semanas para vendimiar

Es un problema que sufren para el resto de labores vitivinícolas y que pone en riesgo su cosecha | Las condiciones laborales incluyen alta en la Seguridad Social, 8 horas de jornada y una buena remuneración

Temporeros en la vendiamia de 2022 de la Adega Cachín (DO Ribeira Sacra)..   | // FERNANDO CASANOVA

Temporeros en la vendiamia de 2022 de la Adega Cachín (DO Ribeira Sacra).. | // FERNANDO CASANOVA / aixa r. carballo

La fecha para que de comienzo la vendimia en las cuatro Denominaciones de Origen de la Provincia (Monterrei, Ribeiro, Ribeira Sacra y Valdeorras) se aproxima. De hecho, los viticultores ya hablan de un posible adelanto a principios del mes de septiembre. Sin embargo, las bodegas, se enfrentan a un grave problema: la falta de temporeros para vendimiar. Una situación que arrastran desde hace varios años, pero que se agrava cada vez más.

A pocas semanas de que de comienzo esta actividad, una de las más importantes para la industria del vino, muchos viticultores todavía siguen buscando mano de obra de forma desesperada. “Necesitamos entre unas 15 y 20 personas, de momento encontré varios que repiten, pero seguiré buscando hasta que llegue la fecha. También necesitamos personal para la bodega y no lo encontramos”, destaca Ernesto Rodríguez de la Bodega Crego Monaguillo de la DO Monterrei.

Guardar el contacto de los temporeros que dan buen resultado, es una de las opciones más recurrentes para las bodegas, pues esta es una de las pocas opciones para localizar trabajadores. “Cuando una persona vale ya se intenta quedar con ella de un año para otro “, añade Ernesto. José Manuel Fernández, de la Bodega Castro de Lobarzán (DO Monterrei) ha encontrado así, una parte de los temporeros que necesita: “Hay cuatro personas que vinieron el año pasado y vuelven este. Sino es muy difícil encontrarlas, y eso que nuestra boda es pequeña y con ocho vamos arreglando”. Las otras cuatro personas que completan el equipo las localizó gracias al “boca a boca”. “Un vecino del pueblo que sabía que estaba buscando personal me preguntó si podían venir sus nietos, que este año estaban sin trabajo. Es así como vamos solucionando”, confiesa.

También Amancio López de la Adega Avelina (DO Valdeorras) tiró de la agenda del móvil para montar su cuadrilla: “Tenemos ya localizadas a unas 10-12 personas porque nos quedamos con su contacto de un año para otro y las avisamos con tiempo”. Estos viticultores, después de mucho esfuerzo ya tienen aseguradas casi todas las manos necesarias para cortar todos sus racimos. Sin embargo, las bodegas de mayor dimensión, que necesitan un mínimo de 20 personas continúa realizando la búsqueda y anunciando contratos para el mes de la vendimia.

Temporeros vendimiando el año pasado en la Adega Cachin, A Teixeira (DO Ribeira Sacra).   | // IÑAKI OSORIO

Vendimiadoras en los viñedos de Viña Costeira. | // IÑAKI OSORIO / aixa r. carballo

La problemática se alarga

Esta problemática puede repercutir en su cosecha y tirar por la borda muchos meses de sudor y esfuerzo. “Hay ciertos trabajos como la poda que pueden atrasarse o adelantarse hasta quince días porque no provoca alteración, pero cuando hay que empezar a vendimiar, si no se hace, el producto empieza a mermar en cantidad o calidad, pues puede llover y se pudre o bien la fruta sobremaduro y el vino no tienen la misma calidad. En definitiva, si no encuentras temporeros el trabajo de todo el año se echa a perder”, explica José Manuel.

Aunque la vendimia es una de las labores más conocidas del mundo de la viticultura, son muchos otros los trabajos que se deben llevar a cabo para que la cosecha dé unos buenos frutos: podar, enrramar, atar, sulfatar y controlar el ataque de hongos son algunos de ellos. Para realizarlos, tampoco encuentran mano de obra. “ Llevamos todo el año con muchas dificultades para encontrar gente “, asegura Javier González de la Bodega Casal de Armán (DO Ribeiro). “Nos enfrentamos a esta situación todo el año y vamos sobreviviendo como podemos, pero cuando llega la vendimia se agudiza”, añade Ernesto. “Llevo un año sin coger vacaciones para conseguir las uvas que tenemos a día de hoy, no descansé ni un sábado, ni un domingo”, desvela José Manuel. Una vez más, las bodegas pequeñas van sobreviviendo con el esfuerzo de sus dueños, pero las grandes, que tienen miles de hectáreas, necesitan sí o sí personal.

Unos motivos claros

Todos los viticultores coinciden en el motivo que les lleva a sufrir esta problemática: la gente no quiere trabajar en el campo. “Con las cifras que hay de paro no me cuadra que no encontremos temporeros, así que eso significa que no les interesa trabajar y que prefieren aprovechar las ayudas del Estado”, lamenta José Manuel. “Prefieren estar acostados en casa ganando 600 o 800 euros en vez de venir a trabajar y ganar más de 1.000 euros”, añade Ernesto.

También destacan que muchos de los que llaman para preguntar por la oferta solicitan cobrar en negro, lo cual es ilegal y les puede traer graves problemas. “Mucha gente quería cobrar en negro para seguir beneficiándose del paro, pero nosotros no nos podemos arriesgar a contratar a alguien sin un seguro, ni tampoco nos beneficia ese método para desgravar”, indica Tania González de la Bodega Cachín (DO Ribeira Sacra). “Hay gente que nos pide que no la demos de alta para seguir cobrando otras prestaciones, pero es un riesgo para nosotros y además ese tipo de contratos a mí no me dejan dormir”, comenta Amancio.

Las condiciones laborales

Algo en lo que también coinciden todos es en que las condiciones laborales que se ofertan son buenas y dignas. “Las condiciones son trabajar 8 horas por 60 euros netos al día. Nosotros no encargamos del IRPF, del seguro y de una formación de riesgos laborales. Si se multiplican los 60 euros por los 22 días laborables que tienen el mes de septiembre es un sueldo de 1320 euros, y no pedimos ningún requisito de titulación o formación”, explica José Manuel. “Cuando alguien es bueno antes de que se vaya, se le paga bien. Creo que nuestras condiciones son buenas, nadie dejó de trabajar aquí por el dinero”, reconoce Ernesto. “La vendimia es un trabajo duro, pero bien pagado”, añade Tania. “El personal que tengo fijo está contento y no se quiere ir, con lo cual las condiciones de hoy en día son buenas”, concluye Javier. De momento, continuarán sobreviven con mucho empeño para sacar un trabajo que da identidad propia a la provincia de Ourense.

“No nos quedó otra opción que pagar a una empresa de servicios para encontrar personal”

Ante la falta de temporeros para hacer la vendimia y el resto de labores que demanda el viñedo, las grandes bodegas han tenido que buscar soluciones, aunque sea pagando. Una de ellas, es contratar una empresa de servicios que se encarga de buscar personal. Javier González de la Bodega Casal de Armán, es uno de los viticultores que ya apuesta por esta opción desde el año pasado y asegura que “se está instalando cada vez más en las bodegas”. Él necesita para vendimiar su terreno alrededor de 20 personas y fue así la única manera de conseguirlas: “Es una inversión, pero te da tranquilidad porque le dices los kilos que quieres vendimiar al día y te traen a la gente que necesitas”, confiesa. Este viticultor de O Ribeiro todavía recuerda lo fácil que era conseguir mano de obra antiguamente: “Contratábamos a 40 personas. Poníamos el anuncio a principios/mediados de agosto, y se juntaban”. También Tania Gonzáles de la Bodega Cachín se decantó por esta opción. “No es lo más barato para nosotros, pero no nos quedó otra opción porque necesitamos diez personas la día durante diez días”.