Pacientes de Psiquiatría del CHUO cultivan un huerto urbano para hacer terapia en grupo

Los sanitarios que trabajan en la unidad psiquiatrica apuestan por esta iniciativa porque les ayuda a integrase y autogestionarse | También les imparten musicoterapia, psicomotricidad y baile, entre otras muchas actividades

Pacientes del Hospital de Día de Psiquiatría trabajando en su huerto urbano ubicado en Mariñamansa.   | // IÑAKI. OSORIO

Pacientes del Hospital de Día de Psiquiatría trabajando en su huerto urbano ubicado en Mariñamansa. | // IÑAKI. OSORIO / aixa r. carballo

Cándido Amorín, psicólogo clínico y doctor del Hosptal de Día de la Unidad de Psiquiatría del CHUO recibe cada mañana, de lunes a viernes, a más de una veintena de pacientes que llegan para hacer rehabilitación y tratar sus enfermedades mentales. Una terapia que dista mucho de lo que la sociedad conoce como una consulta con un psicólogo, pues él y su equipo decidieron introducir otro tipo de tratamiento complementario centrado en experiencias lúdicas. “Hay un campo que tenemos que abrir y que nosotros ya estamos abriendo. Se trata de una atención grupal, pero tampoco consiste en meterlos a todos en una sala para que le den vueltas a los problemas, sino de hacer con ellos ejercicios en los que revisan cosas concretas y con los que tienen que pensar y desarrollar habilidades”. Esta nueva apuesta llama tanto la atención de los usuarios y resulta tan positiva que “cuando reciben el alta continúan acercándose al CHUO de forma periódica”, confiesa Amorín.

Un huerto terapéutico

Una de las últimas novedades que introdujeron este año en el programa es el cultivo de un huerto urbano ecológico situado a las orillas del río Barballa en el barrio de Mariñamansa. “Solicitamos la parcela al concello para que pudiesen plantar aquí diferentes productos. Esta actividad les ayuda a organizarse en grupo, a autogestionarse, a tener una buena relación entre ellos y a integrarse. Además, les sirve de base para aplicar los conocimientos al resto de actividades”, explica Cándido. También cuenta con otro huerto en la terraza de la octava planta del edificio quirúrgico del CHUO. Un espacio que ahora incluso visitan los pacientes de otras áreas cuando quieren ver el exterior después de días o meses ingresados. En la jornada de ayer empezaron a recoger ya su cosecha, lo que les aporta una experiencia emocional y de disfrute al ver todo lo que han conseguido.

Los beneficios de la jardinería y la horticultura están bien documentados en la literatura científica, pues dejan una huella positiva tanto en la longevidad como en el bienestar y satisfacción personal, especialmente cuando es grupal, ya que permite la socialización, obtener experiencias emocionales positivas y reducir el estrés.

Musicoterapia, baile, psicomotricidad, poesía, deporte en el Pabellón de Os Remedios, conversaciones sobre sus planes del fin de semana, andainas, excursiones o un curso de cocina son otras de las actividades que realizan. “El Hospital de Día tiene que ser un espacio de confort en el que las personas se reencuentren con los demás y consigo mismos. Aquí se está consiguiendo, pues hay tres pacientes que acaban de aterrizar en el grupo y cualquier usuario que los observe no distinguiría quienes son, eso significa que el grupo funciona bien y que los nuevos se sienten acogidos”, destaca Amorín.

El psicólogo Cándido Amorín los acompaña en la mayor parte de sus actividades lúdicas.   | // IÑAKI. OSORIO

El psicólogo Cándido Amorín los acompaña en la mayor parte de sus actividades lúdicas. | // IÑAKI. OSORIO / aixa r. carballo

Implicación del personal

Los beneficios de trabajar con experiencias lúdicas y emocionales se reflejan en el progreso positivo de la enfermedad. “Desde que empezamos a desarrollar esta idea vemos que los pacientes necesitan menos medicación y que disminuye el número de ingresos de urgencias o en el psiquiátrico de Piñor. Incluso si alguno sufre un brote su intensidad es menor y su día de ingresos se reduce de las dos o tres semanas a los dos o tres días”, indica este psicólogo.

Para conseguir estos resultados el equipo de profesionales se implica muchas más horas de las que establece su jornada laboral. “Nuestro esfuerzo va más allá y estamos muy comprometidos. Tenemos un grupo de WhatsApp para atenderlos cuando lo necesitan y pueden llamarnos en cualquier momento. La semana pasada nos fuimos con ellos a la Ribeira Sacra y llegamos a las 21.00 horas. Es cierto que tenemos una implicación que no es la habitual”, reconoce Cándido. Durante la pandemia incluso trabajaban con ellos de forma telemática y telefónica. “En aquel entonces estaba disponible las 24 horas del día. Hubo jornadas en las que solo dormí 3 horas porque al principio fue muy difícil”, recuerda.

Además, se esfuerzan diariamente para sorprenderlos con actividades y juegos novedosos, pues su objetivo es que sus pacientes se rehabiliten los antes posible y que puedan integrarse a la sociedad de nuevo. De hecho, Amorín confiesa que ya hay usuario que han accedido al mundo laboral o a otras actividades aparte a las del programa del CHUO.

Progresos personales

Los propios pacientes aseguran que trabajar de forma activa y dinámica les está ayudando a recuperarse mucho mejor de lo que esperaban. “Trabajar en grupo es muy positivo, además de distraernos generamos un ambiente buenísimo y hay comunicación entre nosotros, noto que me favorece”, indica Jesús. “Llevo solo tres días, pero ya se que va a ser un apoyo fundamental para mejorar. De hecho, una vez que me recupere no lo quiero dejar y seguiré viniendo mínimo un día a la semana”, aclara otra usuaria. “Me gusta todo lo que hacemos, trabajar con mis compañeros me llena y me aporta beneficios al mismo tiempo, estoy encantada”, añade otra paciente.

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