Dos familiares de uno de los siete asturianos fusilados en Celanova: “No tenemos rencor”

Dos nietas de Abelardo Suárez del Busto visitan la fosa celanovesa donde ya han aparecido dos cuerpos más y se elevan los esqueletos hallados a seis | La siguiente fase será cotejar, en Verín, el ADN de los hallazgos

Un arqueólogo limpia la zona donde se halló un cráneo.   | // B. LORENZO

Un arqueólogo limpia la zona donde se halló un cráneo. | // B. LORENZO / A. G. T.

Gracia y María José llegaron a Celanova para observar como el equipo multidisciplinar realizaba las labores de exhumación de los cadáveres de siete asturianos fusilados, con la firme intención de encontrar los restos de su abuelo. Las dos nietas de Abelardo Suárez del Busto, que fue fusilado con 28 años en el cementerio celanovés, reconocen la “emoción” que les supone poder pensar que los restos de su abuelo estén ahí.

“Estamos aquí con un sentimiento de entre nervios y emoción que no podemos describir, porque no es solo por nosotras, sino también es por mi madre, por nuestra abuela y por nuestro abuelo. Vivir esto es tremendo, es una situación que no se nos va a olvidar y nos gustaría que uno de estos esqueletos fuera el de nuestro abuelo, pero ahora hay que esperar”, dice Gracia. Y es que el equipo de arqueólogos ha encontrado seis de los siete cuerpos de los asturianos fusilados en el cementerio celanovés y esperan seguir para poder encontrar el séptimo cuerpo y certificar que son ellos. Ahí entra otra fase como es la del cotejo del ADN de Gracia y Maria José (y los de otra familia) con los de los restos hallados para determinar si son sus familiares.

Las nietas de Abelardo comentan que “tanto Fernando Serrulla (antropólogo y forense del Imelga) como los arqueólogos nos dicen que nos lo tomemos con calma y prudencia porque no saben si son ellos y además hay que determinarlo en el laboratorio, que de eso se encargará Serrulla, en Verín”.

Tras la exhumación, los restos óseos se llevarán a la unidad de antropología forense del Instituto de Medicina Legal de Verín y para proceder a un estudio antropológico y un análisis genético en el Hospital Luis Concheiro. No solo se buscará desenterrar la memoria de Abelardo, sino también la de Alfonso Moreno Gayol, 26 años; Baldomero Vigil Escalera Vallejo, 19 años; Belarmino Álvarez, García, 29 años; Guillermo de Diego Álvarez, 25 años; Marcelino Fernández García, 21 años; y Mariano Blanco González, 36 años.

Gracia y Maria José, con una foto de su abuelo, en el cementerio de Celanova, mientras se realizan las labores de exhumación.   | // BRAIS LORENZO

Gracia y Maria José, con una foto de su abuelo, en el cementerio de Celanova, mientras se realizan las labores de exhumación. | // BRAIS LORENZO / A. G. T.

“Esto pasó”

Gracia y Maria José no conocieron a su abuelo y cuando preguntaban a su madre y su abuela le decían que “era un bocazas”. Abelardo fue miembro de la Confederación Nacional del Trabajo y eso le marcó en la Guerra Civil. Huyó de Gijón en “El Gaviota” por la costa asturiana y gallega, hasta que en Ribadeo fue apresado. Su historia se apagó en Celanova después de un fusilamiento que se decretó en un juicio en Pontevedra.

Las dos nietas de Abelardo comentan que “este tipo de actuaciones tienen mucha importancia, porque como dice Serrulla, sirve para decir que ‘esto no era cosa de abuelitos, esto pasó’. Y cuando nos dicen que muertos hubo en los dos bandos, digo siempre lo mismo. No voy a discutir, pero que cada uno busque a los suyos, para que no vuelva ocurrir. Para recordar la memoria de lo que pasó y sirva para el futuro, pero se ve que no aprende nadie, con todo lo que nos rodea”.

“No tenemos rencor por lo que pasó"

Y añade que “muchos de los que comentan eso, tienen a su padre, abuelo o familiar enterrados en algún sitio y saben donde están, nosotros no, al igual que muchas otras familias. Y esto sirve también para demostrar a las generaciones venideras lo que pasó, que realmente no son historias de abuelitos, que estó pasó de verdad y fue una realidad que dividió a España”.

Eso es lo que quieren Gracia y María José, tener a su abuelo cerca de sus familiares. Ellas comentan que “no tenemos rencor por lo que pasó, no hay rencor, pero pedimos que haya una reparación y un poco de dignidad para mi abuelo, para que tenga un nombre y sea recordado, como muchos otros”.

“Asignatura pendiente”

La madre de Gracia y María, hija de Abelardo, murió hace cuatro años y confiesan que “para ella hubiera sido muy importante. A pesar de que nuestra madre no conoció a nuestro padre, sí que hablaba mucho de él por lo que le había contado mi abuela”.

“Celanova era una cuenta pendiente para nosotras, una asignatura pendiente"

Y sobre llegar a la fosa celanovesa comentan que “Celanova era una cuenta pendiente para nosotras, una asignatura pendiente, que teníamos y siempre estuvo en nuestra mente. Tenemos que agradecer la labor del Comité de Memoria Histórica de Celanova que fue la que empezó este proyecto y también a todos los miembros del equipo multidisciplinar que se están volcando con esto. Para nosotros, es algo que no podemos describir con palabras, solo tenemos comentarios de agradecimiento”.

Las labores de exhumación siguen. Celanova desentierra la memoria de siete asturianos fusilados que pretenden ser ellos, después de que la medicina forense trate de confirmarlo. Para Gracia y María José sería la reparación familiar que desearon siempre. Para las generaciones presentes la mejor forma de decir que hubo represión y represaliados, fusiladores y fusilados y un episodio de la historia moderna de España.

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