Varios focos originados cerca de la vía del tren desencadenaron una amenaza discontinua de fuego. En Boborás y en O Carballiño, donde varias aldeas estuvieron en peligro, vecinos y autoridades comparten la sospecha de que el origen de las llamas pudo ser el paso de un tren, el posible desprendimiento de chispas debido a alguna incidencia del convoy o a la acción de frenado.

Es lo que sucedió el 29 de junio de 2015, cuando un problema de los frenos de un tren sumado a la falta de limpieza de los márgenes provocó un incendio forestal de 180 hectáreas en Boborás y O Irixo. Adif, que fue condenada junto a la operadora Renfe a pagar 68.000 euros de indemnización por esos hechos de hace siete veranos, no entra en detalles sobre el suceso del miércoles. “Las causas de los focos están por determinar y pendientes de la investigación correspondiente”, afirmó un portavoz del administrador ferroviario ayer, tras una nueva consulta de este periódico.

Un bombero forestal, atento al fuego cerca de la vía. BRAIS LORENZO

Pendiente la determinación de las causas, los efectos son visibles: entre Boborás y O Carballiño ardieron 120 hectáreas –también hubo zonas de O Irixo en las que se levantaron focos próximos a la vía, como en Dadín–, y en varias localidades la lluvia que trajeron las tormentas de anteayer resultó decisiva para frenar al monstruo de fuego.

A las 19 horas de este jueves, la Xunta de Galicia desactivó la Situación 2 que había acordado –en una medida poco habitual– para todo el distrito forestal Arenteiro-Ribeiro, número XI. Sobre las 21.30 del jueves dio por estabilizado este frente.

En O Irixo, el mediodía del miércoles se declaró un incendio cuya causa no está conectada con el tren, asegura el alcalde, Manuel Cerdeira. Los investigadores tratan de esclarecer el origen. Varios puntos calientes se reavivaban el jueves tras una larga madrugada, porque los chubascos no llegaron o fueron insuficientes en este municipio del noroeste de la provincia.

De noche se desalojó a una madre y a su hijo en Trabazón, en O Irixo, y también se marcharon vecinos de las aldeas de A Ermida, Samprizón y Bustelo –informa Salomé Soutelo–, tres pueblos de la parroquia de Lebozán, en Lalín, un concello que resultó afectado, como Dozón, por el frente que partió de O Irixo.

Han ardido 680 hectáreas en estos tres territorios de Ourense y Pontevedra, según la última información difundida ayer de Medio Rural.

Fuego en el Macizo Central. BRAIS LORENZO

En varias zonas de montaña de la provincia el fuego ha devorado miles de hectáreas desde el martes. Se han calcinado 440 en Casaio, en Carballeda de Valdeorras. Este fuego se dio por controlado ayer. El macroincendio de Laza y Chandrexa de Queixa, en el Macizo Central, ha arrasado 2.100, según la Xunta, aunque fuentes del servicio de extinción, según las mediciones por satélite, elevan a más de 3.600 la superficie quemada.

En San Xoán de Río hubo otro incendio

El gran incendio registrado en julio en Vilariño de Conso arrasó 7.000 hectáreas. El frente calcinó entre la mitad y dos terceras partes del parque natural del Invernadeiro. La Xunta informó ayer de un nuevo foco en este paraje de gran valor en flora y fauna, muy castigado por los incendios en este verano negro. Se inició a las 17.39 horas en Sabuguido y quedó extinguido sobre las 21 tras quemar 0,21 hectáreas.

A última hora de este jueves, un incendio forestal localizado por Medio Rural en Vilardá, en el municipio de San Xoán de Río, superaba las 20 hectáreas de superficie. Afectó a zona de sierra entre este concello, Castro Caldelas y Ribas de Sil (Lugo). Antes de las 21 horas se dio por estabilizado.

En solo dos días, las llamas han arrasado en la provincia de Ourense al menos 3.360 hectáreas en los incendios de mayor dimensión y gravedad. Se suman al negativo balance de esta campaña estival de alto riesgo, en la que las llamas habían devorado con anterioridad más de 22.000 hectáreas en este territorio.