La secretaría técnica del Celta
Francisco Hernández Vallejo
Empezaré diciendo que ojalá que la, a mi juicio, prematura y arriesgada contratación de Marco Garcés para la secretaría técnica del R. C. Celta de Vigo salga a pedir de boca y revierta una política errática y descabellada de un asesor externo, cuyos vínculos no han respondido a las expectativas creadas y, mucho menos, los resultados.
Se vuelve a mirar al extranjero para una incorporación que desconoce la Liga española mucho más que técnicos que ya pasaron por el primer equipo y que, con el apoyo e información adecuada, podrían perfectamente dar la talla.
En la década de los 90 tuvimos en Pedro Herrera y Javier Maté dos excelentes encargados de esa parcela. Personas cuya virtud, además de saber trabajar en equipo respetando tanto al Consejo de Administración como al entrenador con el que trabajaban en sintonía, sabían estar en su lugar y, sobre todo, hacían una perfecta radiografía de los jugadores que se iban incorporando.
Eran otros tiempos. Se trabajaba con muy pocos medios económicos para poder viajar, pero se tiraba de esfuerzo e imaginación. Se fue creando desde la comisión deportiva una base de datos en la que es justo recordar el apoyo informativo de Julio Maldonado, que era y sigue siendo una enciclopedia futbolística. Nos proporcionaba vídeos que visionábamos con avidez y muchos contactos, al igual que Fernando Redondo, entonces en el despacho de Zoran Vekic, que había sido secretario técnico del Valladolid, y agentes que, como Daniel Muñoz o Torcal, nos ayudaron a conseguir verdaderas perlas que dieron un excelente resultado deportivo.
"Suerte y buen ojo con lo que podamos traer porque a día de hoy hacen falta refuerzos de rendimiento inmediato"
Me decía Chechu Rojo, el entrenador del Celta cuando llegué al club, que era fundamental en un análisis determinar algo tan aparentemente sencillo como esto: “Es o no es jugador”. Pocas veces a él, a Herrera y a Maté les falló el ojo clínico.
Vivimos ahora otros tiempos, pero el buen ojo sigue siendo fundamental. Carácter, espíritu competitivo, calidad, trabajo, actitud con los compañeros, trayectoria y también, claro, que respeten las lesiones. Hoy, la propia Liga española y la nutrida información, a través de ojeadores, internet y un esmerado seguimiento nos acercan a mercados donde hay que andar listos sabiendo, además, que un club como el Real Club Celta tiene poco margen de error y una idiosincrasia propia.
El Celta tiene en su nómina a un exjugador como Borja Oubiña al que solo una grave lesión impidió ser, sin duda, candidato a jugar en un equipo grande. Inteligente, formado, conocedor de la casa, educado y respetado. Estas cualidades son difíciles de encontrar y, además, conoce la Liga a la perfección. Sin dudar de la potencialidad del nuevo secretario técnico, la Liga de México poco tiene que ver con la española y la situación del Celta hace necesario que salir de la crisis sea algo especialmente urgente.
De todas maneras, terminando por el principio: suerte y buen ojo con lo que podamos traer porque a día de hoy hacen falta refuerzos de rendimiento inmediato.
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