Opinión

Cuatro Cosas

Avecilla, que como os supondréis está atenta a cuanto le llama las atención, se fijó en unos aspirantes a poncios que el domingo, a la entrada de su iglesia parroquial comentaban las audiencias civiles del Pontífice romano. Uno de ellos, con voz poco prudente y en apariencia enfadado dijo que “solo falta que reciba a Puigdemont”, tras leer que lo hizo con Armengol. Sí, Francina, la del Congreso...

La conversación, por lo que pudo oír el pájaro antes de alejarse volando para que los charlistas no se percatasen, se fue animando. Otro de los que allí estaban, en vez de hipótesis recordó que el presidente de la Generalitat de Cataluña estuvo en el Vaticano al día siguiente de declarar ante el Senado, en Madrid, donde dijo que era catalán, no español. Por lo visto, en el mini/Estado vaticano ha cambiado el sistema diplomático. Y sin avisar. ¿Eh?

Antes de irse, el pajarillo cantor pudo oír a un tercer conversador que, quizás animado por los otros, recordó que Su Santidad habló con los más significativos del actual Gobierno de España. De uno en uno, sin mezcla: Sánchez, Bolaños, Yolanda Díaz. O sea, lo más selecto del rojerío patrio: solo falta la primera de las Montero, Irene y María Jesús, aunque la primera ya no manda un caralho. Así que ojito...

Anacleto, por su parte, ya no se extraña. Recordad cuando contó aquí lo de que el Papa no aceptó las varias invitaciones recibidas para viajar a Galicia (España) en ninguno de los dos años santos últimos, tras y durante la pandemia. Por ello aún perdura un mosqueo del nueve largo. Y que conste que el agente secrato no se refiere solamente a los sectores no confesionales. ¿Capisci?